Lavando la imagen al terrorismo: Desde los escuderos de Altamira hasta Oscar Pérez


La agencia Reuters hizo una sesión fotográfica a 23 “escuderos” o miembros de la llamada Resistencia, los jóivenes que han cometido graves delitos amparados en su “lucha” contra el gobierno de Nicolás Maduro. “Miraflores en Llamas”, dice este escudo. Foto: Carlos García Rawlins, Reuters.

¿Qué pasaría si los fundamentalistas religiosos que colocan bombas, atropellan personas y ejecutan actos terroristas en países europeos, comenzaran a ser presentados por las agencias de noticias internacionales como héroes, personas sensibles y que se preocupan por los demás? Algo parecido está pasando en estos momentos en Venezuela: importantes agencias internacionales como Reuters, y medios de comunicación de todo el mundo (desde The Washington Post, CNN, El País de España o El Comercio de Perú) presentan como héroes y grandes luchadores a jóvenes opositores que han destruido edificios públicos y asesinado personas inocentes. Lo mismo ocurre con Oscar Pérez, piloto que protagonizó el martes pasado un ataque terrorista contra dos edificios gubernamentales, quien ahora es presentado como un “Rambo”, un “Superman” y una persona sensible, que ayuda a los niños con cáncer. ¿A qué se debe esta actitud de los medios?

Texto: Alba Ciudad 

La agencia Reuters ha publicado este jueves 29 de junio un trabajo especial con 23 fotografías estilo retrato, de igual número de jóvenes miembros del grupo autodenominado “La Resistencia” o “Los Escuderos”. El gobierno venezolano los describe como “terroristas”, y, aunque algunos lo ven como exagerado, razones no le faltan: recorren la difusa frontera entre manifestantes violentos y miembros de una guerrilla urbana. Usan explosivos artesanales y armas potencialmente letales. Han asesinado personas (en algunos casos tras quemarlas vivas) y han atacado edificios llenos de empleados públicos y personas inocentes. ¿Por qué una agencia de noticias británica dedica tantos recursos en lavar la imagen a este grupo de jóvenes?

Las 23 fotos aparecen en un paquete especial para abonados de la agencia londinense. Sus clientes son periódicos, revistas, sitios web, televisoras y medios de comunicación de todo el mundo. Las imágenes cuentan con una iluminación y estética muy profesional. Fueron realizadas por Carlos García Rawlins, fotógrafo venezolano que trabaja para la agencia desde hace varios años y de quien nadie cuestionaría la calidad de sus trabajos.

Captura de pantalla

En una de las fotos, un joven esgrime un cuchillo de cazador. En otra, una muchacha porta un escudo con el lema “Miraflores en llamas”, en referencia al Palacio Presidencial venezolano, que se ve ardiendo en el dibujo hecho en su escudo.

No se pudo conocer cuánto le costaría a uno de estos medios comprar los derechos para utilizar estas fotos, lo que también depende del uso que se vaya a dar, la resolución requerida, el tipo de medio (impreso, digital…), el número de días y otros detalles. Otras agencias venden cada foto a 300 dólares, con descuentos especiales para medios que sean clientes frecuentes.

¿Manifestantes?

“Venezuela’s shield-bearing protesters“, es el título del álbum en inglés. En español, se traduce como: “Manifestantes venezolanos con escudos”. Pero, ¿en realidad puede considerárseles simplemente “manifestantes”?

La propia Constitución venezolana, aprobada en un referendo en 1999, señala que “los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a manifestar, pacíficamente y sin armas, sin otros requisitos que los que establezca la ley”. Pero las mismas fotos de Reuters muestran a un manifestante esgrimiendo un cuchillo, y a otra llamando a quemar el palacio de gobierno.

Cuando “los escuderos” llegan a las marchas en el este de Caracas, con el rostro cubierto con costosas máscaras antigas, los demás opositores los aplauden y vitorean. Generalmente llegan montados en camiones y vehículos que, minutos antes, secuestraron a algún conductor de una empresa privada o pública que cometió el error de pasar por Altamira o Chacao cuando no debía hacerlo. Se han dado casos en los que los camiones son saqueados antes de utilizarse.

La escena muchas veces se parece a la que las agencias nos dejan ver cuando el grupo terrorista Daesh, mal llamado Estado Islámico o ISIS, toma alguna ciudad en Siria o Irak, para terror de sus habitantes.

Los camiones secuestrados se usan como barricada para trancar la principal autopista de Caracas y otras arterias viales. En muchos casos, terminan destruidos. Pocos medios de comunicación señalan que los camiones y vehículos son secuestrados o robados por este grupo de muchachos opositores; tienden a no usar términos negativos contra ellos, a pesar de que, en ocasiones, también han atacado a sus propios colegas periodistas.

Los jóvenes principalmente usan armamento artesanal hechos por ellos mismos: crean una especie de granadas rudimentarias con explosivos pirotécnicos y tirro, que al estallar lanza tornillos, tuercas, clavos y piezas metálicas como si fueran esquirlas. También usan una especie de morteros que arman con tubos metálicos o de PVC, para disparar fuegos artificiales modificados y metras. Pero algunas veces se les ha podido fotografiar usando armas de fuego convencionales.

Este uso de armas artesanales, pero potencialmente letales, les permite mostrarse ante el mundo como “manifestantes” aún cuando se comportan como combatientes, poniendo a prueba leyes, reglamentos e incluso lo que la población venezolana admitiría contra ellos, bajo los principios del uso progresivo y diferenciado de la fuerza y el respeto a los derechos humanos. Aunque hay que acotar que, en otros países que se catalogan de “democráticos”, serían reducidos por la fuerza sin mayor discusión.

Ucrania

El paquete de fotos difundido por Reuters tiene una descripción en inglés: â€œInspirándose en las revueltas ocurridas en Ucrania entre 2013 y 2014, jóvenes manifestantes venezolanos portan escudos parecidos a los Vikingos en sus batallas con fuerzas de seguridad, mirando con impaciencia una película sobre los alzamientos en Kiev“.

¿Una película? ¿Cuál será? ¿Quién la proyecta? Un artículo de Reuters también emitido el 29 de junio complementa el paquete de fotos. Ya ha sido reproducido en medios como La Nación o Clarín (Argentina), El Comercio (Perú), El País (España), El Confidencial (España), La Patilla o El Nacional (Venezuela). Señala que “adversarios del presidente Nicolás Maduro” a quienes no identifica, “han hecho exhibiciones públicas del documental de Netflix Winter on Fire“, que narra los meses de manifestaciones en Ucrania que derrocaron al presidente electo Víktor Yanukóvich.

Portada de “Invierno de fuego, la lucha de Ucrania por la libertad”, el documental de Netflix que la oposición venezolana proyecta a sus jóvenes para “motivarlos”

El artículo de Reuters se esfuerza en dejar muy bien parados a los escuderos violentos venezolanos: señala que se enfrentan de forma desigual a fuerzas de seguridad y que “sus precarios escudos no son lo suficientemente resistentes como para protegerlos de perdigones o de los chorros de agua, y menos de las balas”.

Intenta encontrar equivalentes entre Ucrania y Venezuela hasta en el número de muertos en ambos conflictos, señalando que las protestas en el país europeo dejaron unos 100 muertos, mientras que en Venezuela ya han muerto al menos 80 personas. Es una forma de decir que “la victoria ya está cerca” y levantar la moral a una oposición que confronta muchas dudas sobre la utilidad de esta “lucha”.

Generalmente las agencias internacional no dan mucha información sobre la causa de las muertes de estas personas, salvo en unos pocos casos emblemáticos. De resto, no se habla del tema.

En este caso ocurre lo mismo. Sólo dice, de forma genérica, que “muchas” de las muertes ocurren “por impactos de armas de fuego”. La gran mayoría de los lectores terminan imaginando que los casi 100 muertos que han ocurrido en Venezuela desde abril eran manifestantes inocentes, asesinados por efectivos militares o policiales. Pocas agencias especifican que la gran mayoría de los muertos no eran manifestantes, sino, en muchos casos, personas inocentes que quedaron atrapadas en medio de confrontaciones, que fueron víctimas de accidentes viales causados por barricadas o que fueron víctimas de disparos de la propia oposición.

Tampoco señalan que la Fiscalía, en estos momentos dirigida por una fúrica opositora del gobierno, ha detenido a todos aquellos funcionarios policiales y militares culpados de presuntamente asesinar a manifestantes (unos 19, según declaraciones dadas por la misma Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, a comienzos de junio).

Hasta los dirigentes opositores venezolanos quedan muy bien parados en el artículo, cuando los compara con sus pares ucranianos. “En Venezuela (…) los principales líderes de la oposición marchan junto a los jóvenes venezolanos, mientras que en Ucrania se criticaba la poca participación de la oposición”.

El artículo de Reuters concluye que los opositores tienen que pasar a una nueva etapa en la que ocupen posiciones día y noche, como en Ucrania. â€œLos manifestantes del país eslavo se mantuvieron día y noche en condiciones climáticas adversas, mientras que en Venezuela las protestas terminan casi siempre al caer la noche y, cuando llueve, disminuye visiblemente la participación (…) Es hora de llevar las protestas a otro nivel, pero tenemos que estar organizados si vamos a tomar las calles día y noche, si realmente se trata de un país sin retorno”, dice el artículo citando a Hans Wuerich, activista opositor que ganó fama al desnudarse en una protesta.

¿Es ese el nuevo plan de la oposición? Sólo el tiempo lo dirá.

Lavan la imagen del autor de ataque terrorista en helicóptero

El anterior no es el único lavado de imagen de autores de ataques terroristas, para tratar de minimizar sus acciones. El pasado martes, un efectivo de la policía científica venezolana (Cicpc, Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas), de nombre Oscar Pérez, junto a otras dos personas, robaron un helicóptero del cuerpo policial y, desde él, hicieron un ataque armado contra los edificios del Ministerio de Relaciones Interiores y del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), ambos en el centro de Caracas.

Foto: Redes Sociales

Contra el primer edificio se realizaron numerosos disparos. Contra el TSJ lanzaron cuatro granadas, de las cuales estallaron tres. No hubo muertos ni heridos, pero en ambos edificios había decenas de personas en ese momento: en el primero, se efectuaba un agasajo a comunicadores sociales con motivo del Día del Periodista. En el TSJ se realizaba, hasta unos minutos antes del ataque, una jornada de atención social en su patio.

Además, en ambos lugares había trabajadores en las oficinas, en algunos casos con niños, que sus padres llevan al trabajo debido a que hay vacaciones escolares. Los testimonios de estos trabajadores revela la desesperación que vivieron.

Oscar Pérez dejó, además, un mensaje grabado en video en su cuenta Instagram, en el cual se proclamaban “Guerreros de Dios”, exigía la renuncia de Nicolás Maduro, de su gabinete y la realización de elecciones generales.

Un evento parecido se catalogaría como un “ataque terrorista” en cualquier país del mundo. En Venezuela, su gobierno no dudó en llamarlo así. Pero los medios de comunicación venezolanos e internacionales tomaron una actitud radicalmente opuesta: la de presentar a Oscar Pérez como un personaje positivo.

A nadie en Venezuela se le ocurriría minimizar los ataques terroristas cometidos recientemente por fundamentalista religioso en países europeos, sin importar los problemas que haya en sus propios países. Pero la prensa de Venezuela y Estados Unidos sí se empeña en presentar a Oscar Pérez, uno de los autores de un ataque terrorista contra dos instituciones públicas, como un héroe.

Algunos medios decidieron restarle importancia. Para The Washington Post no se trató de un ataque terrorista, sino de “un vuelo en protesta contra Maduro”.

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