El asesino de Oslo le ganó un juicio al Estado de Noruega


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Anders Breivik , el autor de la masacre que en 2011 mató a 77 personas en un campamento estudiantil en el sur de Noruega, ganó parte de su demanda que interpuso contra el Estado por “violar sus derechos humanos”, según informo la corte de Oslo este miércoles

El homicida denunció que sus condiciones de reclusión en una celda de aislamiento eran comparables con la “tortura” y que estaba “muy estresado”.

Breivik, que al presentarse en la audiencia el mes pasado hizo el saludo “nazi” ante los policías, acusó al gobierno de violar dos cláusulas de la Convención Europea de los Derechos Humanos.

Una de las cláusulas es la que garantiza “una vida privada y de familia”.

También, según su representante legal, le estaban privando de acceder a su “correspondencia”.

Y el Estado acaba de fallar a su favor.

El derecho “representa un valor fundamental en una sociedad democrática” y también se aplica a “terroristas y asesinos”, dijo la jueza Helen Andenaes Sekulic.

El gobierno noruego tendrá que asumir los costos judiciales, que superan los US$40.000.

La masacre

El 22 de julio de 2011, Anders Behring Breivik, el fundamentalista cristiano y ultraderechista de 32 años en ese momento, hizo estallar un coche bomba en la sede del Gobierno ubicado en el centro de Oslo, donde murieron ocho personas. Luego se dirigió a la isla de Utøya, disfrazado de policia – donde disparó indiscriminadamente contra los jóvenes que asistían a un campamento del Partido Laborista, muchos de ellos eran adolescentes. Allí fueron masacradas despiadadamente, una por una, 69 personas. La mayoría tenian de 14 a 19 años de edad. Ese día murieron un total de 77 personas y decenas quedaron heridas.

“La gente estaba tirada en el suelo en la isla y Breivik les disparaba por la espalda”. “Disparó a todos dos veces para asegurarse de que morían”, relató un jóven que sobrevivió la masacre. Otro sobreviviente contó: “Yo y otros dos nos quedamos tumbados boca abajo y sobrevivimos por los cuerpos que pudimos ponernos encima y fingir que estábamos muertos”. “Podía sentir su respiración; podía oír sus botas”.

“Trato humillante”

El mes pasado, Breivik denunció a las autoridades: alegó que las condiciones de reclusión eran “inhumanas y degradantes”.

El abogado de Breivik, Oystein Storrvik, declaró a la prensa que su cliente estaba “muy estresado” en la prisión de Skien, a 100 kilómetros de Oslo.

“Una de las principales cosas que se hacen en la prisión es estudiar y él ha dejado de hacerlo. Siento que esta medida de aislamiento va a ser negativa para su salud mental”, dijo entonces Storrvik.

El gobierno dijo que la correspondencia del autor de la masacre había sido revisada y censurada para evitar que siga construyendo una “red extremista”.

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