Los dioses de la mitología romana


La influencia griega en la mitología fue difícil de resistir. Zeus y Júpiter, Poseidón y Plutón… repasamos los dioses romanos.

25/03/2020

Júpiter

Júpiter

Rey de los dioses; hijo de Saturno, hermano de Neptuno, Plutón y Juno (y también su marido). Se trata del rey de los dioses de Roma: el más poderoso de entre todos los dioses del panteón romano. Un dios que no temía a nadie ni a nada. La máxima autoridad entre las deidades. Dios del cielo y del trueno y administrador de justicia, contaba con el templo más grande de Roma, situado en la Colina Capitolina. Su equivalente griego es Zeus.

Juno

Juno

Reina de los dioses; esposa y hermana de Júpiter, hija de Saturno, hermana de Neptuno y Plutón, madre de Juventas -la diosa que personifica la juventud-, Marte y Vulcano. Juno era la protectora de las mujeres de Roma, diosa del matrimonio y del parto. Encarnación de la familia. Cuenta la leyenda que una ninfa llamada Quelona se negó a asistir a su boda con Júpiter y Mercurio la condenó arrojando su casa al río y convirtiéndola en una tortuga que tendría que cargar su casa a cuestas para siempre. Su equivalente griego es Hera.

Neptuno

Neptuno

Hermano de Júpiter, Plutón y Juno, Neptuno es el señor del mar, dios del agua dulce, terremotos, huracanes y caballos. Normalmente representado con un tridente, Neptuno era un dios muy poderoso (y con bastante mal humor). Los romanos le temían, especialmente aquellos que establecían su hogar cerca de la costa. En algunas monedas y medallas antiguas podemos verlo montado en la proa de un barco como una clara indicación de que presidía los mares. Su equivalente griego es Poseidón.

Minerva

Minerva

Minerva nació de la cabeza de Júpiter después de que él tuviera relaciones sexuales con su hermana Metis, le arrancara a su hija del vientre y la devorara. Era la diosa de la sabiduría, las artes, el comercio y la estrategia pero entre sus “dominios” también se incluían la medicina, la poesía y la artesanía. El poeta romano Ovidio decía de ella que era la “diosa de las mil obras”. Miembro de la Tríada Capitolina con Júpiter y Juno, solía representarse con una serpiente a los pies de la diosa como símbolo del poder creativo de la sabiduría. Su equivalente griego es Atenea.

Marte

Marte

Hijo de Juno (pero no de Júpiter), Marte era el dios de la guerra; guardián de la agricultura; encarnación de la virilidad y la violencia; padre de Rómulo, fundador de Roma. Al parecer, a nadie le caía bien Marte, ni siquiera a sus propios hermanos y hermanas. Era alto, guapo, cruel y vanidoso. La única persona a la que le gustaba Marte era Venus (la esposa de Vulcano). Los sacerdotes de Marte, fueron llamados saliares o salios y vestían extravagantes trajes de viejos guerreros. Fueron instituidos por primera vez por Numa Pompilio, segundo rey de Roma. Su equivalente griego es Ares.

Venus

Venus

Madre del pueblo romano, Venus es la diosa del amor, de la belleza, la fertilidad, el sexo, el deseo y la prosperidad. Tuvo muchos hijos de sus amantes, incluido Cupido, dios del amor. En la antigua Roma, hombres y mujeres invocaban a la diosa para que les ayudase en asuntos del corazón, sexo, compromiso y matrimonio. Su equivalente griego es Afrodita.

Febo / Apolo

Febo / Apolo

Era el nombre del dios del sol, la música, la curación, la poesía, el tiro con arco y la profecía y el hermano gemelo de Diana (la diosa de la Luna). Este hijo de la verdad, es uno de los pocos dioses cuyo nombre se mantuvo intacto respecto a su homólogo griego. Se decía que el emperador Constantino había tenido una visión de Apolo, cuya imagen empleó como uno de sus símbolos clave hasta su conversión cristiana. Instituidos durante la segunda guerra púnica, los Ludi Apollinares eran unos juegos que se celebraban del 6 al 13 de julio en honor a Apolo, patrón del Oráculo de Delfos.

Diana

Diana

Hija de Júpiter y Latona y gemela de Apolo, Diana es la diosa de la caza, la luna y el nacimiento. Era fría y despiadada pero adoraba a sus perros. Ellos la amaban. Esta diosa fue especialmente venerada por las jóvenes doncellas, que sacrificaban su pelo en su honor antes de casarse. Sus perros de caza fueron un regalo de Pan, el dios del bosque, que le dio siete perras y seis machos. Su equivalente griego es Artemisa.

Mercurio

Mercurio

Hijo de Maya y Júpiter, Mercurio es el dios de las ganancias, el comercio, la elocuencia, la comunicación, los viajes, el engaño y los ladrones, así como el guía de las almas muertas al inframundo. Como mensajero de los dioses, pudo obtener información privilegiada sobre casi todo. Y los dioses confiaban en él. De hecho, si no fuera por Mercurio, Apolo no tendría su arpa. Uno de los templos más famosos erigidos en honor a Mercurio se alzó cerca del Circo Máximo. Su nombre deriva de la palabra latina ‘merx’ que significa “mercancía”. Su equivalente griego es Hermes.

Baco

Baco

Hijo de Semele y Júpiter, era el dios del vino y la danza, inspirador del delirio y el éxtasis. Vagó por la tierra mostrando a los humanos cómo cultivar las vides y procesar las uvas para el vino. Su equivalente griego es Dioniso y sus mitos son prácticamente idénticos, excepto por los nombres en los papeles secundarios. Se trata claramente de un duplicado de Dioniso.

Vulcano

Vulcano

Dios del fuego, los volcanes, los trabajos en metal (metalurgia) y la forja, Vulcano era el fabricante de las armas de los dioses. Hijo de Júpiter y Juno, y esposo de Venus (la diosa del amor), este dios fabricó la primera mujer de arcilla. La llamó Pandora. Su festival, Vulcanalia, se celebraba el 23 de agosto. Su equivalente griego es Hefesto.

Plutón

Plutón

Hermano de Júpiter, Vesta, Neptuno y Ceres, Plutón era el señor del inframundo y la muerte. Los dioses del inframundo se llamaban ‘di inferi’, que significa dioses infernales. Uno de los mitos que rodean a Plutón es que llevó a Proserpina, hija de Ceres, al inframundo para ser su esposa. Se enamoró de ella. Sin embargo, Ceres lloró por la pérdida y no dejó que las plantas crecieran en la Tierra. Los humanos necesitaban tanto las plantas que Júpiter hizo que Plutón dejara que Proserpina se marchara. Finalmente llegaron a un acuerdo: durante seis meses al año, Plutón podía estar con Proserpina. Y mientras Proserpina estaba en el inframundo, no crecían las plantas en la Tierra y asolaba el invierno. Cuando Proserpina regresaba a casa con su madre, florecían las plantas y llegaba el verano. Así fue como los romanos explicaban las estaciones. Su equivalente griego es Hades.

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