Muere Francisco Franco


Daniel Delgado y Laura Marcos

El 20 de noviembre de 1975 se declaró el fallecimiento del dictador Francisco Franco de muerte natural en el Hospital de la Paz de Madrid. La muerte del ‘generalísimo’ fue una lenta agonía que duraría más de un mes. Entre el 15 y el 24 de octubre, Franco sufrió nada menos que cuatro infartos. Desde el día 2 de noviembre, permaneció ingresado. Además de los episodios cardíacos, sufría una hemorragia estomacal causada por una úlcera péptica, con lo que tuvieron que intervenirle para extraerle parte del estómago. Y lo que es más: tuvo que ser sometido a diálisis, porque fue diagnosticado de una uremia.

El 15 de noviembre fue operado por tercera y última vez; su estado era sumamente delicado dado que, como fruto de la segunda operación, Franco contrajo peritonitis. Finalmente, fue declarado muerto la madrugada del 20 de noviembre. Un 20N, en el que casualmente (o no) también se produjo la muerte de Primo de Rivera.

Habiendo hecho su carrera militar en la Guerra de Marruecos, Franco se unió a los generales sublevados en el fallido golpe de Estado de 1936 que desembocaría en la Guerra Civil Española y, tras la muerte de Mola y Sanjurjo, se convirtió en el líder absoluto del bando nacional. Llegó al poder en 1939, tras haber ganado en la contienda, y construyó un sistema autoritario y personalista en torno a su figura en el que se valía de distintas familias y poderes para gobernar según los principios del llamado Movimiento Nacional. Durante la dictadura, España vivió los duros años del bloqueo internacional y la posguerra, el crecimiento económico derivado de la colaboración con los Estados Unidos y la apertura al exterior y los últimos años de inestabilidad del régimen.

Sin embargo, la muerte del dictador que sumió a España durante 4 décadas en un régimen totalitario mantuvo un halo de misterio. Como declaró el forense que se encargó de embalsamarlo, Antonio Piga, en una entrevista para El Confidencial, “llevaba varias horas muerto cuando lo embalsamó”. Varias razones podrían explicar por qué el régimen quisiera manipular la fecha de la muerte de Franco: la primera, tener tiempo suficiente para dejar previsto quién sucedería al dictador, y cómo; la segunda, hacer coincidir la fecha de la muerte con la de Primo de Rivera; la tercera, que dar la noticia de madrugada, con la mayor parte de los españoles en la cama, mitigaría el impacto.

Carlos Arias Navarro dio la noticia de la muerte por televisión en una retransmisión histórica. Arias Navarro había asumido el puesto de mano derecha de Franco tras el asesinato del almirante Luis Carrero Blanco en 1973. Con el puesto más alto de las administraciones cubierto, faltaba situar la figura de Jefe del Estado. El ‘generalísimo’ había decidido restaurar la monarquía, pero no antes de su muerte. Por ello, Juan Carlos I, hijo del exiliado Alfonso XIII que nunca llegó a reinar, fue nombrado Rey.

Tras el fallecimiento del dictador, entre 300.000 y 500.000 personas acudieron a mostrar sus respetos a la capilla ardiente instalada en el Palacio de Oriente. Horas después, fue enterrado en el Valle de los Caídos, lugar donde están sepultados también los restos de un número indeterminado de personas, víctimas del régimen. Allí permanecieron hasta su exhumación, el 11 de octubre de 2019, por orden de una sentencia judicial fundamentada en la Ley de memoria histórica.

1910 Fallece el escritor León Tólstoi

El 20 de noviembre de 1910 murió en Astapovo el escritor ruso León Tólstoi. A sus 82 años, el autor llevaba días viajando con la intención de encontrar un lugar de retiro en el que pasar sus últimos días cuando un grave problema pulmonar le hizo detenerse y acabó con su vida al poco tiempo.

Nacido en 1828, fue hijo de un rico terrateniente y de una aristócrata por lo que siempre estuvo en contacto con el ambiente más lujoso de las grandes ciudades y con la situación de la naturaleza campestre, por la que siempre mostró una gran pasión. De hecho, fue su estancia con los campesinos de Yasnaia Poliana tras su paso por la universidad lo que le hizo consciente de los graves problemas que tenía la sociedad rusa y despertó su compromiso como reformador social. Durante sus viajes por Europa adaptó algunas de las prácticas que allí se llevaban e intentó aplicarlas en su país, destacándose la escuela gratuita que construyó y que tuvo primeros momentos de éxito. Su inconformismo le valió la enemistad de los revolucionarios, el zar, la Iglesia ortodoxa y el ejército (del que había formado parte) entre otros.

Su carrera como escritor fue fructífera y dio como resultado algunas de las novelas más importantes de la literatura universal, destacándose Guerra y Paz (1865-1869), Anna Karenina (1875-1877) o La muerte de Iván Ilich (1886). La primera de ellas, Guerra y Paz, es una novela histórica en la que Tólstoi narra el intento de invasión de Rusia por parte de Napoleón a través de más de 500 personajes.

1945 Comienzan los juicios de Núremberg

El 20 de noviembre de 1945, meses después del final de la Segunda Guerra Mundial, comenzaban los Juicios de Núremberg. Durante los meses que duró el proceso, que finalizó el 1 de octubre de 1946, la sociedad alemana (y la mundial) pudo revivir los crueles crímenes contra la humanidad cometidos durante el régimen del Tercer Reich. Una larga lista de pruebas documentales y el testimonio de testigos dieron fe de los asesinato en masa cometidos durante aquellos negros años, en los que los nazis operaron en decenas de campos de concentración repartidos por toda Europa, en los que los ‘enemigos de la nación alemana’ fueron enviados a los trabajos forzados, a la tortura y a la muerte. Durante el Holocausto fueron asesinadas entre 15 y 20 millones de personas, 6 millones de ellas judíos.

En aquellos días, se decidió la suerte de 24 líderes nazis, entre ellos, Rudolf Hess, Hermann Göering, Joachim von Ribbenntrop o Alfred Rosenberg. Todos ellos fueron testigo de las pruebas, que atestiguaban las atrocidades cometidas bajo su mando. Sin embargo, muchos se limitaron a afirmar que solo cumplían órdenes.

Los juicios de Núremberg fueron el punto de partida del establecimiento del Derecho natural, es decir, de un marco de derechos humanos que hay que considerar por encima de las leyes de un país dominado por el odio y la falta de cordura. Los acusados fueron condenados por crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. En total, hubo 12 condenas a muerte, tres cadenas perpetuas, cuatro penas de prisión, tres absueltos y dos casos sin condena.

1959 La ONU aprueba la Declaración Universal de los Derechos del Niño

El 20 de noviembre de 1959, la ONU aprueba la Proclama la presente Declaración de los Derechos del Niño a fin de que éste pueda tener una infancia feliz. Los Derechos del Niño son 10, que se resumen en el derecho a la igualdad, independientemente del sexo, raza o religión; a una protección especial que asegure su desarrollo; a tener un nombre y una nacionalidad; a una atención médica y nutrición adecuados; a una educación y cuidados especiales en el caso de los niños con alguna discapacidad; a la compresión y el amor por parte de los padres y la sociedad; a recibir educación gratuita y a disfrutar de los juegos; a ser el primero en recibir ayuda en casos de desastre; a ser protegido contra el abandono y la explotación; y a formarse en solidaridad, justicia y fraternidad entre los pueblos.

En conmemoración a este día, cada 20 de noviembre se celebra el Día Universal del Niño.

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