El 15 de agosto de 1994 las fuerzas de inteligencia francesas secuestran en Jartum, capital de Sudan, al revolucionario internacionalista, antiimperialista, antisionista y combatiente por la causa palestina, Ilich Ramírez Sánchez


El general francés Philippe Rondot, adscrito a los servicios de inteligencia franceses organizó
en 1994 el secuestro en Jartum, Sudán de Ilich Ramírez Sánchez de origen venezolano, con el
consentimiento del entonces ministro francés del Interior, Charles Pasqua.
Philippe Rondot logró “convencer” al régimen sudanés que encabezaba el islamista Omar Al
Bashir de que arrestase y entregase al terrorista cuando se hallaba en su territorio para ser
operado de un testículo.
Rondot reveló que un mes antes de detener a ‘Carlos’ se cruzó con él de forma casual en un
hotel de Jartum, lo que le permitió tomarle fotos y establecer un dossier con pruebas de
que las autoridades sudanesas le cobijaban.
Tras amenazar al Gobierno de Sudán con sanciones de la ONU, el general dijo haber logrado
el apoyó de las autoridades del país africano para montar el operativo de captura del terrorista,
que cumple en una prisión francesa varias condenas a cadena perpetua.
Ilich Ramírez Sánchez había llegado, a Sudán en agosto de 1993 con pasaporte diplomático,
proveniente de Siria. A su llegada, el gobierno sudanés le dio tres guardaespaldas, los cuales
lo acompañaron siempre, hasta el momento de su detención La semana anterior a su arresto,
Carlos tuvo un problema médico y debió someterse a una operación en un testículo,
probablemente de una metástasis cancerígena. Por razones de seguridad le aconsejaron hacer
la operación en un hospital militar, y se internó el sábado 13 de agosto, y esa misma noche se
le practicó la intervención.
El domingo, cuando todavía estaba drogado por la operación, lo trasladaron a una casa nueva,
completamente vacía, en donde, le informaron, que allí podría reponerse con más seguridad
que en la suya.
En la tarde del domingo, un médico vino a verlo y pidió a sus guardaespaldas que los dejaran
solos, hizo una verificación general de su estado de salud y se fue, dejándolo dormir en
aparente calma.
El tiempo siguió pasando, y a eso de las 4 a.m., aprovechando la ausencia de su mujer, diez
hombres entraron en su habitación (entre los diez estaban los guardaespaldas sudaneses). El
médico estaba con ellos y le colocó varias inyecciones sedantes. Acto seguido, le pusieron una
capucha, lo amarraron de pies y manos utilizando las esposas israelíes (de caucho), y se lo
llevaron. Ilich se dio cuenta de que lo movían hacia el aeropuerto por lo poco que logró
vislumbrar a través de la capucha, y al llegar, un segundo grupo se hizo cargo de él atándolo
de nuevo y lo introdujo en una bolsa.

Ilich no sabía quienes eran, ya que sus nuevos captores (con pasamontañas y vestidos de
negros), se comunicaban por señas. Lo subieron a un avión y despegaron. Doce horas
después, Carlos escuchó por fin una frase que le ayudó a situarse: Pascal (Charles Pasqua
ministro del Interior francés), ya llegamos , dijo uno de los hombres en francés. Era ya la
mañana del lunes 15 de agosto cuando el avión militar francés aterrizó en la base de
Villacoublay, en los suburbios de París.
Hoy después de 26 años aun no se sabe a ciencia cierta lo que pago el Gobierno Francés al
presidente de Sudán, Omar Al Bashir las cifras fluctúan entre 50 y 91 millones de dólares. Lo
que si sabemos es que las fuerzas de inteligencia francesa bajo las ordenes del general
francés Philippe Rondot secuestraron a Ilich la madrugada del 15 de agosto en Jartum- Sudan.
Su presencia en las cárceles francesas es ilegal por eso exigimos su LIBERTAD.

Jaime Unda
Uppsala 2020-08-15

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