Por Fernando Bossi Rojas
El 2 de junio de 1962 se produjo en la ciudad de Puerto Cabello en el estado Carabobo, un alzamiento en contra del gobierno oligárquico y subordinado a la política de Estados Unidos del presidente Rómulo Betancourt. Este levantamiento pasará a ser conocido en la historia venezolana con el nombre de El Porteñazo.
El 23 de enero de 1958 caía la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y las expectativas que se abrían eran muy grandes. Sin embargo la firma del Pacto de Punto Fijo entre los partidos Acción Democrática (AD), COPEI y Unión Republicana Democrática (URD) terminó con esas ilusiones.
El pacto de gobernabilidad tutelado por los Estados Unidos traicionaba el espíritu combativo de miles de militantes, fundamentalmente jóvenes, que se habían entregado de pleno en la lucha contra la dictadura. El descontento fue creciendo entre estudiantes, obreros y militares, y la euforia de enero del 58 se había transmutado en desengaño y frustración.
Betancout había ganado las elecciones y ya en la presidencia confirmaba su alineación sumisa a la política estadounidense como también su vocación represiva contra el pueblo, los estudiantes y la izquierda. Uno de los principales protagonistas del Porteñazo, el Capitán de Corbeta Víctor Hugo Morales, señalaba: “Rómulo Betancourt fue un hombre represivo, que empleó la violencia peor que el propio Pérez Jiménez. A sólo cuatro meses de estar gobernando, reprimió una manifestación de desempleados a dos cuadras de la Plaza Bolívar, en Caracas, con saldo de cuatro muertos y una decena de heridos”.
El 4 de mayo de 1962 se produce el Carupanazo, un alzamiento militar, con participación de civiles, en la ciudad de Carúpano, contra el gobierno nacional. El movimiento insurreccional fue controlado por las fuerzas leales a Betancourt en 24 horas.
Antes de cumplirse el mes del Carupanazo, en la mañana del 2 de junio, oficiales y soldado de la marina comandados por el capitán de navío Manuel Ponte Rodríguez, el capitán de fragata Pedro Medina Silva y el capitán de corbeta Víctor Hugo Morales, apoyados por civiles y militantes de la izquierda revolucionaria (PCV y MIR), tomaron las instalaciones militares de Puerto Cabello, liberaron a los presos políticos y enviaron tropas para controlar las calles de la ciudad. Asimismo los insurgentes tomaron por asalto la Emisora Radio Puerto Cabello, desde donde comenzaron a emitir mensajes y consignas en contra del gobierno de Betancourt, e invitando a la población a respaldar la “Rebelión Libertadora”. Los partidos políticos involucrados en el alzamiento fueron el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y el Movimiento de Izquierda Venezolana (MIR).
Ante tal situación Betancourt ordenó un ataque a sangre y fuego contra los insurrectos. Luego de dos días de combate, el 4 de junio, terminó el levantamiento con un saldo de al menos 400 muertos y 700 heridos.
Tanto el Carupanazo, como el Porteñazo, son considerados como el inicio de la relación cívico-militar venezolana que conducirá, décadas después, al encuentro Pueblo y Fuerzas Armadas que caracterizará al movimiento bolivariano conducido por el Comandante Hugo Chávez.
En un aniversario del Porteñazo, el Comandante Chávez expresó:
“Rindo tributo y recuerdo a mi capitán de navío, Manuel Ponte Rodríguez, uno de los líderes máximos de aquella rebelión, de aquella jornada patriótica. El Porteñazo, como lo había sido el Carupanazo y muchos otros eventos revolucionarios, populares, cívico-militares, fueron los primeros síntomas, las primeras respuestas a la traición cocinada en el Pacto de Punto Fijo, la traición, una más de las élites subordinadas al imperialismo norteamericano”.
“Por ese camino venimos, y yo como soldado y como hombre de este pueblo, pues no quería dejar pasar por alto esta fecha para decir: ¡Viva el Porteñazo! Y que vivan sus soldados, sus hombres y sus mujeres, y sus mártires que llevamos en el alma, en la sangre, en el aliento y en la esperanza”.