La guerra en Venezuela ¿La “fase decisiva” comienza en Lara?


Tal como lo anunció Freddy Guevara con pompas y señales, todo pareciera indicar el contenido de esa “fase” que no por espontaneidad el diputado en desacato le dio por llamar como la “definitiva”. Los acontecimientos de la última semana, sobre todo en Barquisimeto (estado Lara) y Maracay (estado Aragua) le otorgan sentido (y responsabilidad política) al envejecido “niño de oro” que canaliza y hace pública la agenda ultraviolenta que apunta hacia el intento de cambio de régimen en Venezuela.

Aunque los eventos terroristas en Lara se intensificaron los pasados miércoles 28 y jueves 29 de junio, desde el anterior fin de semana los operadores terroristas venían realizando acciones que son calificadas como crímenes de odio.

Henry Escalona y Wladimir Peña, residentes del urbanismo de la Gran Misión Vivienda Venezuela “Residencias Larenses”, fueron interceptados por ocho encapuchados la madrugada del domingo 25 de junio en el sector La Botella de la avenida Libertador de Barquisimeto, sometidos y quemados tras un intercambio de palabras en el que afirmaron ser chavistas, según informaron voceros del consejo comunal de su comunidad.

Desde hace varias semanas cada convocatoria a “plantón” o “trancazo” se ha convertido en paro de transporte, guarimbas, cierres de vías y enfrentamientos violentos con el aval de las alcaldías tanto de Iribarren (Barquisimeto) como de Palavecino (Cabudare), ambas bajo el mando del antichavismo.

El número de asesinatos en estos eventos supera la decena en el estado, y la tasa ha aumentado luego del anuncio de la “fase decisiva” por parte de Freddy Guevara desde las redes sociales.

En la semana final de junio se registró en Lara una toma violenta como las ocurridas en Barinas, Táchira y Aragua, caracterizada por quemas de instituciones y saqueos a negocios y camiones, sin que falten los descargos de las responsabilidades en los “colectivos chavistas”.

Asesinados por armas en manifestaciones

  • Roberto Durán (26), murió el miércoles 28 de junio luego de ser herido en una manifestación violenta que terminó en intercambio de disparos con la fuerza pública en las cercanías de la avenida Venezuela con calle 30, en la urbanización Terepaima.
  • Rubén Morillo (33), asesinado de un disparo en el pecho en la avenida Libertador con 54, el 30 de junio.
  • Fernando Rojas (49), asesinado en la avenida Vargas con Venezuela en medio de una protesta que terminó en disparos.
  • José Gregorio Mendoza Durán (44), asesinado el 30 de junio al intentar proteger su carnicería de un saqueo en Los Cerrajones.
  • Ramsés Enrique Martínez (20), militante del Frente Francisco de Miranda (FFM), falleció luego de ser herido de bala en la cabeza la tarde del 30 de junio en la avenida Libertador de Barquisimeto, Martínez intentaba con un grupo remover una barricada colocada por una de estas formaciones terroristas a sueldo, en el sector La Botella. Sectores del chavismo acusan a las autoridades (MUD), de amparar la violencia.

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Hágale captura a este tuit (antes de que lo borre), y úselo como medida para la estatura política, moral e intelecutal de este señor diputado:

La ubicación de Lara es estratégica debido a que es paso obligatorio tanto desde Zulia o Falcón hacia los estados centrales, como desde los estados Táchira, Mérida y Trujillo. Asimismo desde los estados Yaracuy, Portuguesa y Cojedes, también productores de alimentos.

A diario atraviesan su territorio vehículos de todo tipo trasladando víveres, suministros, materia prima y pasajeros. En los últimos días han sido asaltados y saqueados ante la anuencia del alcalde de Barquisimeto, Alfredo Ramos, el de Cabudare, José Barreras y del gobernador de Lara, Henri Falcón, quienes son acusados de promover y amparar.

En particular, avenidas principales como la Venezuela y Libertador son arterias principales de la capital larense. La presencia de grupos armados en “manifestaciones de la sociedad civil” trascienden la faceta política de las acciones del antichavismo y escalan a una faceta paramilitarizada en la que los ataques armados pretenden infundir terror y desestabilizar la ciudad y la región, a la vez que cortan suministros a la región central del país.

Tras cada convocatoria de “trancazo” son creadas las condiciones para que actúen grupos del hampa paramilitarizada que atracan a la ciudadanía y enfrentan a los cuerpos de seguridad e instalaciones militares, desatando el caos. No es casualidad que la noche del 26 de junio fuera atacada la sede del Comando de Zona 12 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en Barquisimeto.

Este reforzamiento de la escalada golpista, como se sabe, pretende impedir la realización de las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). El plan sugiere consistir en destruir más rápido de lo que el gobierno pueda recuperar instalaciones como centros de salud, subestaciones eléctricas, centros de acopio de alimentos, bases militares, módulos policiales, escuelas así como unidades de transporte.

También se trata de desactivar rutas de abastecimiento para crear tal zozobra en la población que le impida asistir masivamente a votar el 30 de julio, allí está la médula, como siempre circunstancial, del plan golpista.

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Agotamiento de la “lucha ciudadana”, activación de la fase bélica

Atrás quedó el endeble retrato de la “lucha ciudadana”. En el trayecto hacia la ANC el antichavismo opta por tácticas terroristas de enfrentamiento armado y destrucción selectiva en ciudades clave, la llamada “resistencia” muestra cada vez menos su carácter cívico y cada vez más su perfil bélico. Así se inscribe en un plan donde la paz sobra y la guerra abierta se avizora como escenario.

La misma semana de un ataque con helicóptero a instituciones públicas, homicidio múltiple en Maracaibo y quema de un depósito de alimentos en Anzoátegui fueron detenidos 787 guarimberos por actos violentos ejecutados en cinco municipios del estado Aragua.

Muchos han confesado que fueron trasladados en buses para generar caos y vandalismo, y que recibieron pago por parte de líderes del antichavismo. En total fueron saqueados 164 comercios y quemadas varias instituciones públicas, entre lunes y martes. Cifra parecida fue la de Barquisimeto.

Esta fase insurreccional merodea sin anclarse entre ciudades con alta densidad poblacional e importancia económica como Caracas, Barquisimeto, Altos Mirandinos, Barcelona, Maracaibo y Maracay. De esta manera, en espacios relativamente pequeños respecto a la superficie del territorio nacional, se logra impactar tanto en lo psicológico como en lo económico desatando el caos y la confusión necesarias para la escalada que facilite los pasos institucionales de la intervención extranjera declarada y manifiesta.

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