EL ESTUDIO DE LA GUERRA IRREGULAR VENEZOLANA DE LA DÉCADA DEL SESENTA. LOS APORTES DE PEDRO PABLO LINÁREZ


La Lucha Armada, guerra de guerrillas, guerra irregular o guerra de baja intensidad de los años sesenta del siglo XX debe ser uno de los temas más tratados de la historiografía de Venezuela, tanto que algunos “historiadores” se atreven a considerarlo un tema del cual hay poco que agregar o comprender. Desde “Venezuela OK. Origen y objetivos de la Lucha Armada ” (Ediciones El Litoral, 1963) del periodista chileno Manuel Cabiesses Donoso, jefe de redacción de El Nacional, hasta “La insurrección anhelada. Guerrilla y violencia en la Venezuela de los sesenta” (Alfa, 2017) del académico venezolano Edgardo Mondolfi Gudat, profesor de la Universidad Metropolitana y Doctor en Historia por la UCAB y “Documentos para la polémica. De Iracara a la mengua de la lucha armada 1964-1968” (ediciones Rescate Siglo XX, 2022) del ex guerrillero y militante político de izquierda Ramón Elías Morales Rossi, no ha habido un año en el cual no se publique en el país un libro que lo trate.
Interesadas principales en la investigación, discusión y fijación de una memoria de la Lucha Armada han sido las universidades nacionales, quizás por ser el espacio que el régimen democrático consagró a la izquierda venezolana una vez concluido el conflicto. Allí, como profesores, empleados y obreros fueron a parar muchos de los guerrilleros alzados en armas o los integrantes de los correajes de la retaguardia, una vez confirmada la derrota a finales de los años sesenta y principios de los setenta. Así pueden entenderse los trabajos que en las décadas de los años ochenta, noventa y hasta reciente fecha realizaron investigadores y profesores ligados al ámbito universitario como Agustín Blanco Muñoz y Pedro Pablo Linárez, destacando como los autores que más han atendido el tema, asumiéndolo como un amplio proyecto de investigación.
En explícita oposición al trabajo de Blanco Muñoz, surgen los textos de Pedro Pablo Linárez (fallecido el 18 de septiembre de 2014). Luchador social, antropólogo y arqueólogo de oficio, Linárez se dedicó durante décadas a determinar el paradero de muchos desaparecidos durante el conflicto, y a la recopilación de “las otras voces”, no la de los comandantes destacados. Sus trabajos pueden considerarse como afinados en su intención luego del deceso en 2007 del escritor Alberto Garrido, quien a través de una serie de obras pretendió tender puentes entre la Lucha Armada y los levantamientos militares de la década de los noventa, en un todo de acuerdo con la intención del proyecto chavista por reivindicar esa gesta.
Linárez presenta sus principales fuentes como:
Esta es la memoria de la gente común, los combatientes, los que incluso participaron indirectamente desde sus puestos de luchas, quienes incluso no llegaron a ver el rostro y la figura legendaria de los comandantes, pero no por ello abandonaron sus puestos de lucha, por el contrario, allí estuvieron y después regresaron a la vida civil a continuar la jornada en los escenarios sociales de donde partieron dispuestos alguna vez. En esta memoria, no hablan los comandantes porque ya ellos le echaron su cuento a Alfredo Peña, a Iván Losher (sic) o a Agustín Blanco. Aquí hablan, por lo general, otros hombres y mujeres que no han sido oídos y no fueron mercancía fácil para los traficantes de esta memoria. (Ibíd., pp. 10-11).
Ya antes había calificado-precisando su juicio-,a las fuentes de los otros autores:
…una élite dirigente de comandantes quienes se devoraron entre sí y decidieron, cada uno a su manera, la guerra (…) Podrán los comandantes manipular uno que otro hecho en el intento de salir invictos del juicio de la historia, pero el imaginario y saberes que tiene el propio pueblo de lo acontecido no se puede manipular… (Ibíd, p. 10)

Además de sus textos principales y generales titulados La Lucha Armada en Venezuela. Apuntes sobre guerra de guerrillas venezolanas en el contexto de la Guerra Fría (1959-1979) y el rescate de los desaparecidos, y Venezuela Insurgente. 1959-1999, de la amplia bibliografía de Pedro Pablo Linárez sobre el tema que nos ocupa pueden mencionarse, entre otros: La Lucha Armada en las montañas de Lara, La Lucha armada en las montañas de Falcón, El Garabato. Fábrica de armas y explosivos de la guerrilla venezolana, Delfín González Arias (El Comandante Adrián Moncada), Argimiro Gabaldón vuelve, Magoya el comandante guerrillero campesino de los años 60, La construcción de la memoria de las guerrillas de los años 60 a través de testimonios orales y arqueológicos en la población involucrada, El apoyo cubano a la lucha armada en Venezuela, y Víctimas de la democracia representativa.
Sociología de sesgo militante, narración de hechos históricos dirigida a exaltar a uno de los bandos de aquella confrontación, relato del resentimiento y la revancha, la obra de Pedro Pablo Linárez debe ser revisada con sentido crítico no solo por la explicita direccionalidad, sino también por graves inconsistencias y fallas de carácter teórico y metodológico. Muchas de sus fuentes carecen de riguroso registro. Aún el imaginario popular que dice reivindicar sobre el proceso violento de los años sesenta, es manipulado en función de la empresa final: mostrar el proyecto de la Revolución Bolivariana dirigido por Hugo Chávez como el resultado final de los objetivos trazados con la instauración de frentes guerrilleros por el PCV y el MIR y la creación del Frente de Liberación Nacional y las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional en 1962-1963. Sobre el hacer de Linárez es importante revisar la entrevista que le hiciera la periodista e investigadora Annel Mejías publicada en el número 47 (enero-julio 2019) de la revista Presente y Pasado.
En el trabajo de Linárez, hay un marcado interés por establecer juicios y sentar apreciaciones irrefutables. Su narrativa pretende una reconstrucción de los hechos basada -según expresa en la Introducción a su obra La Lucha Armada en Venezuela- en un amplio conjunto de entrevistas recopiladas a lo largo de veinticinco años. Pero cuando va a tratar algún punto, suceso o acción, se basa en un solo testimonio, dándole al mismo toda la autoridad sobre la comprensión del mismo. La mayoría de los trabajos de Pedro Pablo Linárez contaron con el respaldo para su publicación de la Universidad Bolivariana de Venezuela.
A pesar de las críticas que podemos hacerle, de señalamientos y juicios en relación a debilidades en su sistema de investigación, el esfuerzo de Pedro Pablo Linárez debe valorarse en función de su intención por el rescate de los guerrilleros desaparecidos y de la abundante obra publicada que habrá de juzgarse –como todo producto académico en el mundo- desde las herramientas disciplinares en sus aportes para la comprensión de la guerra de guerrillas o guerra irregular de la década del sesenta en Venezuela.
Isaac López
Mérida, 19 de septiembre de 2024

Comentarios de Facebook