Isabel Frangie


Preservar la identidad palestina es una forma de resistir.

Estamos obligados a enaltecer la historia palestina

Tenemos que aferrarnos no solamente a relacionar a Palestina con el dolor, también con la creatividad, con la historia, con el acervo cultural

25/04/24. El mundo ha sido testigo, durante los últimos seis meses, del asesinato por parte de Israel de más de 34 mil 200 personas, de las cuales 14 mil 778 son niños y niñas, y por encima de 9 mil 500 mujeres. Estos registros solo representan el saldo del silencio y la impunidad de la que goza el Estado sionista, gracias al apadrinamiento del imperialismo norteamericano. Además, es el resultado de más de 75 años de colonización sobre un pueblo que ha hecho mucho para resistir y no ser olvidado.

Isabel Frangie, activista por los derechos de los palestinos, conversó con Épale CCS y enfatizó que, como todo imperio, Israel tiene un propósito firme: exterminar la identidad palestina. Por eso, a la cantidad de civiles asesinados por el ejército israelí, se suman algunas cifras publicadas por el medio libanés Al Mayadeen:

  • 103 escuelas y universidades quedaron completamente destruidas.
  • 309 escuelas y universidades parcialmente destruidas.
  • 239 mezquitas completamente destruidas.
  • 317 mezquitas parcialmente destruidas.
  • 3 Iglesias atacadas y destruidas.
  • 206 sitios arqueológicos y patrimoniales destruidos.
  • Más de 45 escritores y artistas asesinados.
  • 12 museos.
  • 27 murales.
  • 8 editoriales e imprentas.
  • 9 bibliotecas públicas.
  • 195 edificios históricos.
  • 32 centros e instituciones culturales.

¿Qué medidas han tomado los palestinos para resistir y preservar su identidad en medio de la actual escalada en las agresiones de la ocupación israelí?

Es simplemente su aferro al derecho internacional, a las leyes internacionales, de preservar los derechos inherentes al pueblo,  de resistir, de vivir el derecho a la autodeterminación y lograr incidir en el ánimo de la comunidad internacional para reconocer a Palestina como un Estado soberano independiente.

Ante este daño irreparable contra la población civil palestina, esa limpieza étnica y ese asedio feroz, dantesco que está presenciando el mundo, es hora de decir que, cualquier otra actitud, para soportar tanto dolor, es suficiente para decir que son unos sobrevivientes de otro holocausto, y lo cuenta así la historia.

¿Cómo afecta la situación actual a las infancias y juventud palestinas en términos de identidad?

Hay dos vertientes: Es crear de ellos hombres de futuro, hombres de justicia y hombres patrióticos que defienden su territorio, sus ancestros, su pertenencia, su derecho a la vida, o crear en ellos aquellos resentidos, aquellos sufridos y aquellos que quieren vengarse de todo lo que se les despojó, de los mínimos derechos como lo son alimento, agua, el derecho a la vida, un techo, un hogar, una familia, de manera psicológicamente abordada y deja mucha connotación, muchas afectaciones.

Más que yo, muchos psicólogos lo ven y lo tendrán que analizar, que es una infancia infeliz, que es una infancia que ha vivido un dolor inmenso, que la humanidad nunca ha logrado o puede lograr superar.

Pero como bien dije, pueden ser hombres de futuro. Tenemos a Japón como un ejemplo. Tenemos muchos países que han sufrido el asedio imperial y han logrado ser o posicionarse ante el mundo como un ejemplo de progreso, un ejemplo de liderazgo mundial, abogando por la paz y por el ser humano.

Pero de igual forma, no deja atrás la afectación psicológica a un niño maltratado, a una juventud desesperada, en la cárcel más grande de la historia,  quiere decir, las marcas de esos maltratos, ese asedio, la tortura que vive esa niñez y esa juventud.

Dios nos libre de lo que pueden pensar más adelante con ánimo de venganza. Por ende, yo resumo esto en que son dos panoramas. Uno, la superación suprema como el ave fénix. Que surge, que se revive, que renace desde la ceniza por ser victorioso o quedarse estancado en su odio para defender su patria y su territorio.

La Juventud Palestina puede renacer y defender su patria.

¿Qué papel juegan las instituciones culturales y educativas en la preservación de la identidad palestina?

Palestina, once mil años de historia, tiene una trayectoria, un historial inmenso.  Nosotros lo podemos ver desde una referencia literaria, artística, hasta la UNESCO lo reconoce. Palestina no estuvo en la nada, tiene raíces culturales, tiene costumbres, tiene historia.

Me acuerdo, hace unos años, hicimos en Venezuela una exposición, por ejemplo, del Nácar palestino. Es arte autóctono palestino. Y de hecho, hay muchas referencias históricas que hablan de los naranjales de Haifa, antes de la constitución del Estado colonial israelí.

En materia de siembra, en materia pesquera, en materia económica, marítima, etcétera, Palestina ha sido un epicentro de muchos años para todos los árabes. Era la brújula de la economía del Medio Oriente. Por ende, entendemos que, culturalmente, tenemos que aferrarnos no solamente a relacionar a Palestina con el dolor, también con la creatividad, con la historia, con el acervo cultural.

Yo relaciono a Palestina con el aceite de olivo, los naranjales, la siembra, el arte, la pintura, el comercio, la vida latente, la historia, la historia bíblica, historia monoteísta, historia donde conviven las tres religiones monoteístas.

La tolerancia, la cuna del humanismo es Palestina. Preservarla siempre, hablar de esa identidad cultural, aferrarse, hablar siempre de ello, elevarlo, vestirse como ellos, es la mejor forma de dejar en vida once mil años de historia.

¿Cómo crees que la comunidad internacional debe apoyar a los palestinos en la preservación de su identidad frente a las políticas de Israel?

Hablando de las instancias internacionales, lo primero que se debe hacer y que ha sido y debe ser retribuido como una respuesta justa con la causa palestina, es declarar y reconocer ante las Naciones Unidas el Estado palestino.

Porque cuando se le dio una partida de nacimiento en 1947, después de la Segunda Guerra Mundial, a un Estado colono, foráneo, ajeno a esta territorialidad, igualmente tenían que haberle dado una partida de nacimiento al Estado palestino. Entonces, quedó una deuda para la humanidad hasta el momento.

Debemos hablar de 11 mil años de historia palestina.

La comunidad internacional debería ayudar a crear dos Estados justos y un Estado justo para los palestinos, para poder convivir en paz y dentro de su justa dimensión. Ahora, la política israelí ha perdido internacionalmente mucho espacio. Ha dejado a aliados cuestionando, en cuanto a los derechos humanos, el derecho a la autodeterminación.

Igualmente, aparte de declarar el Estado palestino, hay que reconocerle a este pueblo su derecho a la existencia. Sin embargo, hemos visto unas declaraciones meramente tímidas de la comunidad internacional sobre este tema, y sobre la toma de acciones contra el Estado israelí.

Hay una población (palestina) que nunca lo hemos visto, quizás por carecer de comunicación directa como lo es hoy a través de los medios de comunicación digitales o los teléfonos inteligentes. Jamás hemos visto a quien apadrinó la creación de un Estado israelí como lo fue Balfour, de identidad británica.

Pero los pueblos son un volcán ardiente en contra de lo que está sucediendo en Palestina. Tenemos que hacer presión a nivel interno, hablar siempre de la historia para preservar la identidad. Igualmente, abogar en la calle por la creación y la declaración de aceptación del Estado justo de los palestinos.

Yo creo que la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) presidida por el presidente palestino (Mahmud Abás), están empujando, es el momento oportuno para obligar a que el mundo le diga en paz a Palestina, bienvenido a la comunidad internacional.

Los pueblos son un volcán ardiente contra Israel.

Hemos visto con angustia la destrucción de infraestructura cultural y el asesinato de artistas e intelectuales en Gaza. ¿Qué hacer en este caso desde nuestros países?

Lo primero que hace un imperio durante la dominación, es aniquilar o eliminar la faceta de la vida histórica, la parte intelectual, cultural. Es limpiar la identidad, anular la identidad de las personas. Nosotros lo hemos visto en América Latina, por ejemplo, con la colonización.

Ahora, hay que culturizar a la juventud, incentivar a la gente a leer, entender. Nosotros no podemos amar algo que no sabemos. Repetir la historia, volver a levantar y resaltar todos los aspectos histórico-culturales del pueblo palestino.

Por ende, si nosotros no creamos un terreno fértil basado en el conocimiento, en los estudios, la lectura o la difusión de la historia cultural de Palestina, para que llegue a cualquier ser y que vayan entendiendo que este pueblo no viene de la nada, tiene raíces, tiene raíces históricas. Entonces será nula cualquier actividad de solidaridad con el pueblo palestino.

Referencia recién histórica lo que pasó en Bagdad, lo que pasó en Siria. Saquearon a la historia de Babilonia en Irak. Saquearon a la historia cultural en Siria. Entonces, preservar esa identidad cultural es una forma de resistir, es una forma de vivir y perpetuar la vida histórica, la conciencia de los pueblos y la memoria de todo aquel que defiende esa identidad.

Hoy a nosotros nos toca defender, el día de mañana podemos ser las víctimas. En ese sentido, tenemos que abogar por el humanismo, por la humanidad, por la cultura, por la diversidad, por la pluripolaridad, por la multilateralidad.

Tenemos el derecho y la obligación, más bien, de hablar, alzar, enaltecer la historia de Palestina.

El pueblo palestinos se aferra al derecho de vivir.

POR SARAH ESPINOZA  • @sarah.spnz

FOTOGRAFÍA ALEXIS DENIZ • @denizfotografia

Comentarios de Facebook