Xin chào | Un violín por la paz


La mayor fuerza interna de una nación no está en su poder militar, sino en la unidad nacional. Nosotros no mantuvimos esa unidad.

Robert McNamara

Exsecretario de defensa de EE. UU.

15/03/2024.- Ray Michael Bohem, Billy Kelly y James Rhode son tres veteranos de la guerra que formaron parte de los seis millones de soldados estadounidenses que combatieron en el sur de Vietnam, tras la derrota en el norte vietnamita de las tropas francesas en la batalla de Điện Biên Phủ, el 7 de mayo de 1954.

Los mencionados exsoldados decidieron viajar regularmente a Vietnam con la idea de calmar sus penas y rendir honor a los pueblos indochinos, apenados por haber sembrado terror con el uniforme verde oliva de la Armada yanqui.

En Estados Unidos, por estos días, la inmolación del joven piloto Aaron Bushnell frente a la Embajada de Israel en Washington hizo recordar los miles de suicidios de exsoldados que regresaban de Indochina totalmente traumatizados. Oliver Stone recogió este tipo de sucesos en la película Nacido el 4 de julio, con la cual ganó el Óscar a la Mejor Dirección por la adaptación de la novela autobiográfica de Ron Kovic, un veterano de la agresión yanqui contra Vietnam, reconvertido en activista de la paz. El largometraje supuso también la primera nominación al Óscar para Tom Cruise y fue uno de los mayores éxitos de taquilla de 1989 en todo el mundo. Stone, además, prestó servicio militar en Vietnam como infante de marina.

Después de ese genocidio estadounidense sobre los 331.690 km² del territorio vietnamita, muchos excombatientes quemaron sus uniformes militares en las calles de Washington y otras importantes urbes estadounidenses, además de lanzar, cual baratijas, medallas y condecoraciones sobre el gramado de la Casa Blanca, como expresión de asco ante la guerra.

Aaron Bushnell no es el único estadounidense en inmolarse como protesta contra las agresiones armadas de Estados Unidos: la lista muestra a Norman Morrison, Forger Laporte, Hiroko Hayaki, Antony Beaumont, Erik Thoen, Ronald Brzaree, Goerge Winney y Alice Hertz,

El veterano exsoldado Bohen optó como calmante de sus pesares de posguerra tomar su viejo violín e irse todos los 16 de marzo a la provincia de Quảng Ngãi para rendirle homenaje a las 504 campesinas y campesinos, niños y ancianos que fueron masacrados por las tropas norteamericanas en la aldea Mỹ Lại, campo de Sơn Mỹ, zona central de Vietnam, hace 56 años.

Con la melodía de su violín, Bohen hizo llorar a muchos de los vecinos que se dan cita todos los 16 de marzo alrededor del monumento de Sơn Mỹ, que recuerda a las 504 víctimas, obra macabra del capitán Ernest Medina, quien comandó la ofensiva lanzada en Mỹ Lại por la Compañía C de la XX División de Infantería. Ese oficial, borinqueño de origen, solo fue condenado en Estados Unidos a tres años y medio por veintidós asesinatos directos, menos de dos meses por cada víctima.

Cínicamente, el capitán Medina justificó su cruel acto expresando que él solo había respondido a órdenes superiores, por lo que fue exonerado de los tres años y medio de prisión a los cual había sido condenado.

El compañero de viaje de Bohen, el activista por la paz Billy Kelly, ya no lleva a municiones en su morral. Ahora carga ramos de rosas rojas para colocarlas en el mausoleo Sơn Mỹ donde se recuerda a las 504 víctimas de aquel 16 de marzo. Él prefiere colocar una rosa sobre cada lápida de los vietnamitas caídos en la masacre de los batallones del capitán Medina, quien solo sabía cumplir órdenes superiores y apretar el gatillo de su ametralladora o lanzar granadas.

James Lamar Rhode solo estuvo en Vietnam un año, porque fue regresado a su país por resultar afectado por el agente naranja que la aviación estadounidense esparció sobre el sur de Vietnam, durante la operación Ranch Hand entre los años 1962 y 1971, bajo las órdenes del almirante Elmo Zumwalt Jr.

El homenaje de Rhode a las víctimas vietnamitas consistió en apoyar e impulsar los movimientos de protesta contra la guerra y por la paz en las calles de su país, y difundir las atrocidades de los gobiernos de Lyndon B. Johnson y Richard Nixon publicando artículos en el periódico alternativo Los Angeles Progressive. Luego difundió un libro de su autoría, titulado Rebelde.

Acongojado por los efectos del agente naranja, se fue a Vietnam en busca del auxilio médico que le habían negado en su país. Establecido en Vietnam, escribió un segundo libro, Diario de un exenemigo, y más tarde se hizo colaborador, como traductor inglés-vietnamita, del periódico oficial del Partido Comunista.

El destino manifiesto

Las guerras posteriores a lo sucedido en Corea e Indochina durante el siglo XX indican que los inquilinos de la Casa Blanca insisten en no cambiar posturas frente al mundo, tal vez porque se han tomado en serio aquello de que Estados Unidos está designado por la divina providencia para dirigir la humanidad.

A pesar de los golpes de pecho de Robert McNamara, exsecretario de Defensa de John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson, tras su fracaso en Vietnam —como también lo hizo el general cuatro estrellas William Westmoreland—, el imperialismo yanqui insiste en repetir el formato Mỹ Lại de tierra arrasada, con la pretensión de someter a los pueblos del mundo. Hoy también se empeñan en arrodillar a Palestina y todo el Medio Oriente, siempre con la mira puesta en la riqueza petrolera de los países árabes.

Mỹ Lại está en todas partes, en todos los continentes, está latente en Gaza, en África y hasta en Ucrania, donde Estados Unidos y la OTAN insisten advertir a los pueblos lo que les puede pasar si se enfrentan al imperio.

Ángel Miguel Bastidas G.

Fuentes de consulta:

Nguyen, H. T. (2010). Vietnam: guerra de liberación (1945-1975). Vietnam: Editorial Thế Giới.

Giap, V. N. (2009). La cita de la historia. Caracas: Monte Ávila Editores.

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