Jan Guillou
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Parece como si Suecia estuviera en guerra con Estados Unidos y hubiera perdido. Al menos cuando lees el último acuerdo de defensa entre nuestro gobierno y Estados Unidos. Allí se introduce la supremacía estadounidense en Suecia.
Por supuesto, no es la imagen que transmiten los medios. De la cobertura de Rapport sólo recuerdo imágenes de un pequeño ministro de defensa sueco feliz y un ministro de defensa estadounidense gruñón cuando firman el acuerdo secreto, como si se tratara de un acuerdo de rutina más. No lo es. Es único en nuestra historia e incomprensiblemente de gran alcance. Se trata de sumisión total.
Ya al principio del texto del acuerdo se afirma que Estados Unidos tendrá “acceso y utilización sin obstáculos de las instalaciones y zonas acordadas”.
Sí. ¿Y cuáles son esas instalaciones y zonas acordadas? Se enumeran en la página 37. Estas son todas las flotillas aéreas de Suecia y todas las instalaciones militares importantes, 17 en total enumeradas. Por lo tanto, en la práctica, es en toda la defensa de Suecia donde Estados Unidos debe tener un poder “sin obstáculos”, es decir, ilimitado.
En instalaciones de defensa no especificadas, también se acordonarán ciertas áreas donde “sólo las fuerzas estadounidenses tendrán acceso y uso” y donde se aplicará la jurisdicción estadounidense. Pero eso no es suficiente. “Previa solicitud”, Estados Unidos tendrá acceso y uso de terrenos y activos privados, incluidos caminos, puertos y aeropuertos.
Estados Unidos también obtiene el derecho de ampliar libremente “áreas e instalaciones” para almacenar armas y equipos de defensa. No se especifican excepciones para el tipo de arma, ni siquiera para las armas nucleares (artículo 14). Las partes “podrán consultar sobre lo anterior en la medida necesaria”.
A continuación, se enumeran en numerosas páginas las ventajas y derechos del soldado estadounidense destinado en Suecia. Al personal estadounidense en Suecia, sus familiares y empleados civiles se les debe conceder libertad de pasaporte y visa, en su lugar se aplica la identificación militar estadounidense, la policía de seguridad sueca no puede controlar ni monitorear al personal estadounidense, todos los automóviles propiedad de estadounidenses en servicio deben estar equipados con matrículas suecas , que, sin embargo, no puede ser rastreado, todo el personal estadounidense está exento de impuestos, también del IVA en sus compras, y debe disfrutar de un estatus libre de impuestos total en todos los bienes que quiera sacar o ingresar al país, lo que también se aplica a moneda sin restricciones, la aviación estadounidense debe disponer libremente del espacio aéreo sueco del mismo modo que el transporte marítimo estadounidense dispone de las aguas territoriales suecas.
La aviación o el transporte marítimo estadounidenses no pueden ser inspeccionados por las autoridades suecas, y así sucesivamente en una serie muy larga de regulaciones.
Además, “Suecia se abstiene de ejercer jurisdicción penal” (artículo 12) sobre el personal militar estadounidense, sus familiares y el personal civil. Un tanto contradictorio, se dice en el mismo apartado (artículo 12:3) que “si un miembro de las fuerzas americanas o un familiar es procesado por las autoridades suecas, la competencia será ejercida por un tribunal sueco”.
Suena razonable. Pero: “no debe ser procesado en ausencia (12:4) y si el procedimiento judicial se prolonga más de un año, es inválido. Dado que la policía sueca no puede sacar a los estadounidenses sospechosos de sus bases, en la práctica significa que los soldados estadounidenses, en la inesperada compañía del jefe de Estado sueco, disfrutan de inmunidad de castigo.
No se pueden presentar reclamaciones civiles contra el personal estadounidense (Artículo 15), por lo que la lista se reduce a cosas pequeñas como la exención de cualquier tarifa de televisión (Artículo 17), el derecho a utilizar sellos estadounidenses, pero la obligación de pagar peajes de puentes y transbordadores. Y, por último, la nada sorprendente disposición según la cual las normas y derechos sindicales suecos no son válidos. En la página 36.
Los autores estadounidenses del acuerdo –no hay rastro de los suecos– parecen haber pensado en todo. Pero tienen una larga experiencia en todos los países que ocuparon. Tal vez simplemente sacaron de algún estante el acuerdo de capitulación con, por ejemplo, Irak y lo tallaron un poco.
Incluso se ha considerado el derecho a disponer de áreas propias exentas de impuestos para recreación, compras, entretenimiento, mermeladas para hamburguesas y bebidas alcohólicas libres de impuestos (artículo 21).
Esta sumisión sueca a una gran potencia no es del todo única en la historia. Pero hay que remontarse a la segunda mitad del siglo XVIII para encontrar algo parecido. En aquel entonces, fue Rusia quien decidió durante un tiempo la política exterior sueca.
Sin embargo, esta nueva presentación es voluntaria y no tiene nada que ver con la OTAN , el contrato sólo se aplica entre EE.UU. y Suecia. Este otoño, puede resultar que el gobierno de Kristersson haya puesto las fuerzas de defensa de Suecia en manos del presidente Donald Trump , incluso si éste retira a Estados Unidos de la OTAN.
Este no es un escándalo cualquiera. Es incomprensible cómo esto pudo suceder en secreto, sin la más mínima discusión en la Comisión de Asuntos Exteriores con la oposición política. Porque así debió pasar. ¿No podrían S, V, MP y C estar de acuerdo y mantener la boca cerrada? ¿Y qué estaba pensando el gobierno? ¿Están realmente de acuerdo los “nacionalistas” del SD en traicionar la independencia de Suecia y también mantienen la boca cerrada? ¿Quién quería realmente convertir a Suecia en el principal objetivo de Rusia en Europa en caso de guerra?
Hay aproximadamente 126 preguntas adicionales que hacer sobre este uno de los mayores escándalos políticos de mi vida. Generosamente entrego ese trabajo a mis colegas periodistas más jóvenes. ¡Autobús en marcha!
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