El Representante Permanente de Bélgica ante las Naciones Unidas, Johan Verbeke, obsequió este cuadro a las Naciones Unidas y la Vicesecretaria General de la ONU, Asha-Rose Migiro, lo aceptó. Jan Beekman estuvo presente en el momento.
Este cuadro es un retrato de Nelson Mandela (1918 – 2013), abogado, líder político, filántropo y revolucionario contra el apartheid. Tras culminar sus estudios de Derecho entre 1943 y 1949, se convirtió en activista e hizo campaña por la eliminación de las estructuras gubernamentales contra el apartheid que limitaban los derechos humanos de la mayoría de la población del país. Estuvo encarcelado por 27 años (1962 – 1990) y fue liberado en 1990 por la presión internacional y el temor a una guerra civil interna. Fue el primer Jefe de Estado negro que ocupó el cargo de Presidente de Sudáfrica de 1991 a 1997. Defendió la democracia y la justicia social, y recibió numerosos premios y galardones, entre ellos el Premio Nobel de la Paz. Se le sigue considerando una figura destacada de los derechos humanos y, a menudo, se hace referencia a él como el «»Padre de la Nación»» de Sudáfrica.
la liberación de nelson mandela: el triunfo de la resistencia
El 11 de febrero de 1990, Nelson Mandela era puesto en libertad tras pasar 27 años en prisión. Era el principio del fin del apartheid en Sudáfrica, la segregación racial que diferenciaba entre personas según el color de su piel y limitaba sus derechos.
El artista Jan Beekman nació en Bruselas en 1929 y estudió Pintura en la Academia de Bellas Artes de Bruselas. Es muy apreciado por su trabajo con la naturaleza y su capacidad para pintar bellos patrones en ella. Una de las citas que mejor describe su trabajo es: «»El tema central de mi obra es el mundo natural y su relación con la condición humana»». Quizá por eso eligió pintar a Nelson Mandela, conocedor del cambio de condición humana que este ícono mundial logró para sí mismo y para sus conciudadanos.
Sudáfrica era cada vez más insostenible y el sistema de segregación había terminado por aislarla del resto del mundo. En 1989, Frederik de Klerk asumió la presidencia del país y comenzó a explorar la posibilidad de acabar con el apartheid, lo que incluía la liberación de los prisioneros del movimiento antiapartheid lo que incluía a su propio líder, Nelson Mandela, que en 1964 había sido condenado a cadena perpetua por conspiración y sabotaje contra el Gobierno.
Después de 27 años encarcelado, Nelson Mandela salía de la prisión de Victor Verster el 11 de febrero de 1990. Su liberación fue el primer paso para el comienzo del fin del apartheid en Sudáfrica. Desde 1948, la minoría blanca del país había construido un entramado de leyes para mantenerse en el poder que impusieron una fuerte segregación racial y la discriminación de la población no caucásica. Y este sería un gran paso para terminar con dicha injusticia.
MANDELA, SÍMBOLO DE LA IGUALDAD
Su encarcelamiento había convertido a Mandela en un símbolo de la lucha por los derechos de la población negra y a su salida de la prisión miles de personas lo aclamaron y lo vitorearon. En la imagen, Mandela alza el brazo en señal de victoria, un triunfo que consistió en resistir casi tres décadas de cautiverio en unas condiciones durísimas. Una vez en libertad, el objetivo de Madiba (nombre con el que se le conocía cariñosamente) fue el de la unión de todo el país y que la rabia y la frustración tras décadas de discriminación no derivasen en violencia y en una guerra civil entre blancos y negros.
En las elecciones de 1994, las primeras celebradas con sufragio universal en Sudáfrica, su partido obtuvo una aplastante mayoría con más del 60% de los votos. Aún así, Mandela encabezó un gobierno de unidad nacional que impulsó la nueva constitución de Sudáfrica y que trató de mitigar las enormes desigualdades económicas y de servicios que afectaban al país.