No se pueden cerrar los ojos…


No son daños colaterales,
(no se pueden cerrar los ojos…)
ninguna muerte es marginal:
ancianos, niños, mujeres, mujeres embarazadas;
ambulancias, hospitales, escuelas,
teatros, centros religiosos
son asesinados una y otra vez…

Asesinatos primarios,
operaciones planificadas,
certeras, directas, ciertas…
Su crudo objetivo,
como la daga de sus convicciones,
es un desprecio a la vida,
es una humillación a la vida,
una aniquilación de valores,
de valores huecos,
presuntuosamente universales…
el lado oculto y oscuro
emerge de la sustancia de sus almas.

Ben, Biden, Blinken
abominable cinismo en estado puro,
galería de insolencia,
de caretas infames.
Cautivos en su complicidad
se conectan, se enlazan,
construyen su impunidad perpetua;
destruyen cosechas ya destruidas,
dinamitan hogares ya dinamitados
avasallan con sus atrocidades
sepultando los escombros enterrados,
aun así,
y a pesar de ellos,
desde lo profundo,
de la ruina más devastada y arrasada
desde el socavón del “no camino”,
surge
la figura de una niña,
barro y polvo
en su rostro, en su pelo;
en sus ojos
la historia recorrida;
en su boca
un grito;
en su cuerpo
otra vez y de nuevo
la semilla
impetuosa, indómita… germinada.

Humberto Rojas D.
21-12-2023

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