Estancamiento de las negociaciones


Dentro del conjunto de decisiones y acciones que pudieran interpretarse como contrarias a los avances alcanzados en Bogotá, destacan varios sucesos que han levantado preocupación y suspicacia

Luego de la Conferencia de países celebrada en Bogotá no se han visto avances en el proceso de negociación. Han quedado en suspenso las expectativas generadas por las declaraciones del ministro colombiano Álvaro Leyva al término de la reunión, y las recientes decisiones tomadas en Washington sugieren que se ha puesto un freno al proceso que se había iniciado.

Esta situación, sin duda, está relacionada con las marcadas divergencias de criterio existentes en la capital estadounidense. Estas diferencias no solo se dan entre los partidos republicano y demócrata, sino también al interior de este último partido y entre las diversas esferas gubernamentales, especialmente entre los funcionarios de la Casa Blanca y los del Departamento de Estado.

BOB MENÉNDEZ

Las contradicciones públicas entre demócratas se han podido observar en repetidas ocasiones. Recientemente, un considerable número de representantes ha instado al presidente Biden a poner fin a las sanciones impuestas a Venezuela, argumentando que estas han dañado la economía venezolana y han contribuido a un aumento de la migración. Sin embargo, el senador Bob Menéndez ha expresado su desacuerdo y ha criticado el llamado hecho por sus colegas.

SUCESOS

Dentro del conjunto de decisiones y acciones que pudieran interpretarse como contrarias a los avances alcanzados en Bogotá, destacan varios sucesos que han levantado preocupación y suspicacia. Entre ellos se encuentra la sentencia de un tribunal de Delaware que autoriza la subasta de los activos de Citgo, así como la declaración de la OFAC que favorece la liquidación de Citgo. Además, se ha concedido autorización a los representantes de la Asamblea Nacional de 2015 para negociar en nombre de Venezuela una conciliación con los acreedores.

Por otra parte, fue aprobada la transferencia de 347 millones de dólares a la oposición provenientes de los fondos bloqueados del Banco Central de Venezuela. También se ha tomado la decisión de solicitar a Argentina el traslado del avión venezolano retenido en ese país. Otras acciones han estado dirigidas a acelerar el proceso de la Corte Penal Internacional y, por último, persiste un prolongado incumplimiento del acuerdo referente al desembolso de los 3.200 millones de dólares.

RETROCESO

A pesar de que Washington ha implementado ciertas medidas de apertura, como las autorizaciones otorgadas a ENI y Repsol, el conjunto de acciones mencionado es percibido desde el Gobierno como iniciativas contrarias al espíritu de las conversaciones llevadas a cabo en la Conferencia de Bogotá. En este contexto, se han multiplicado las declaraciones de distintos voceros gubernamentales cuestionando estos hechos.

DOS CONFLICTOS

Es altamente probable que los obstáculos que han surgido para el progreso de los acuerdos se deban a que no se ha podido establecer un escenario de negociación directa entre el gobierno de Estados Unidos y el de Venezuela. En gran medida, esto tiene su origen en una falta de comprensión de que nos encontramos frente a dos conflictos distintos: uno de carácter interno, entre el sector gubernamental y la oposición venezolana, y otro de naturaleza internacional que implica a los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela. Estos conflictos, aunque están entrelazados, requieren enfoques y negociaciones específicas basadas en los intereses en juego en cada caso.

ACUERDOS

En el ámbito interno, se estarían discutiendo acuerdos relacionados con el cese de estrategias subversivas y de poderes paralelos por parte de la oposición, así como la ampliación de las garantías electorales y la liberación de presos políticos por parte del Gobierno.

En el terreno geopolítico, Washington se comprometería a respetar la soberanía venezolana y a levantar todas las sanciones, mientras que Caracas brindaría garantías como suministrador confiable de petróleo y confirmaría su condición de país no alineado y no beligerante.

EMBAJADORES

Un posible avance en esta línea de negociaciones directas podría ser la designación, por parte de Venezuela, de un encargado de negocios, tal como ha hecho Estados Unidos con el nombramiento de Francisco Palmieri para atender los asuntos venezolanos.

Si bien en este momento, por la falta de relaciones diplomáticas, ninguno de los dos puede ingresar al territorio del otro país ni presentar credenciales ante las respectivas autoridades, ambos pueden desempeñar un papel fructífero en la negociación de los temas específicos de la disputa existente entre los dos Estados.

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