La canalla salió a atacar la indexación. Definitivamente, vamos por el camino correcto.


El 7 de marzo, en el portal: Banca y Negocios, publicaron un artículo intitulado: “Economistas explican por qué la indexación salarial no es viable en Venezuela”. En ese artículo toman la opinión de cuatro connotados representantes de la derecha venezolana. No obstante sus esfuerzos por desacreditar la indexación sin argumentar sus afirmaciones, caen en francas contradicciones, que veremos más adelante.

El hecho de que la derecha haya salido de su escondrijo para apoyar a los detractores de la indexación, es significativo. Ellos saben que el arma más efectiva en contra del pueblo venezolano ha sido la manipulación del tipo de cambio, cuyo efecto principal es impulsar la inflación y como consecuencia de ello, disminuye el poder adquisitivo de los trabajadores venezolanos.

Al estar, el equipo económico del gobierno, engringolado con una visión monetarista del problema, no ha podido, ni podrá proteger el salario de los trabajadores y eso lo está sintiendo cada vez más el pueblo trabajador, lo cual afecta el ánimo electoral del pueblo chavista, como ya se ha evidenciado.

La derecha sabe que la indexación neutraliza la caída del poder adquisitivo de los trabajadores; por lo que el ataque a través de las páginas del dólar paralelo no podría hacernos el daño que hasta ahora han hecho. Pero la derecha no había sacado su cara, para atacar la indexación, porque dentro del gobierno ha habido figuras con cierto peso político que les han hecho el trabajo de atacar la indexación. Resulta que el pueblo sabio ha ido asumiendo la propuesta cada vez con más fuerza y convicción, al punto que la derecha teme que, por presión popular, pueda ser implementada y de esa manera quedaría neutralizada el arma más efectiva que hasta ahora han tenido contra el avance de la Revolución. Es por eso que se ven en la necesidad de salir de su escondite y atacar ellos mismos la propuesta.

Al primero que utilizan para eso, es a un economista que se hacía pasar por marxista y de esa forma se pudo infiltrar en algunos movimientos obreros. Pero resulta que es uno de los más fervientes discípulos de Milton Friedman y actualmente no menciona ni el mes de marzo, porque le suena parecido a marxismo.

En el artículo explican de forma somera lo que es la indexación. Dicen: “En principio, la indexación salarial consiste en ajustar los salarios en función del porcentaje de inflación real, o esperado. Por ejemplo: si en tres meses hubo una inflación del 10%, habrá un aumento salarial de 10% a partir del cuarto mes.”

“Otro ejemplo: Si el dólar está a 20 bolívares al tipo de cambio oficial, pero pasa a 22 bolívares (un aumento del 10%), en lugar de pagar 130 bolívares de salario, el Gobierno debería pagar 133 bolívares, que es el 10%.”

Efectivamente así funciona la indexación, ajusta unos valores a la variación porcentual de otros valores. Normalmente el valor rezagado (podría ser el salario) se ajusta a la subida de la inflación.

Luego de los párrafos que acabamos de copiar, dicen algo, en el párrafo siguiente, que debemos poner mucha atención en ello:

“Este no es un incremento salarial en sí, y el Estado tendría que establecer la periodicidad de esa indexación: mensual, bimensual, trimestral, semestral o anual.”

En el artículo colocan en negrillas la expresión: “Este no es un incremento salarial en sí…”. Eso es cierto, la indexación por sí sola no incrementa el poder adquisitivo, lo que hace es evitar que sigas perdiendo poder adquisitivo. Es simplemente una medida de protección del salario ante el efecto más devastador de la inflación, como lo es la pérdida del poder adquisitivo.

El primer economista de extrema derecha que entrevistan, dice lo siguiente:

“La indexación del salario al dólar no sirve para incrementar las remuneraciones, pero podría ayudar a recuperar el poder adquisitivo que se pierde en contextos de inflación baja, que no es el caso de Venezuela. Cuando hay inflación baja en países donde hay contratos colectivos obreros, en el cual se estipula que haya aumentos de acuerdo con la variación del porcentaje de inflación, se recupera parte del poder adquisitivo perdido.”

Aquí, el economista confirma lo que se dijo antes, la indexación (por sí sola) no incrementa el salario real; vale decir: no aumenta el poder adquisitivo, sólo evita que se pierda poder adquisitivo. Pero luego dice algo que carece de sentido, afirma que la indexación podría funcionar en situaciones de baja inflación, pero no funcionaría en situaciones de alta inflación. Por supuesto no explica por qué. Es que no tiene mucho sentido lo que dice, ya que si la indexación lo que hace es volver a nivelar los valores, para que el sistema vuelva a sincronizarse; entonces es el mismo efecto ajustar a valores que suben poco o valores que suben mucho, ya que al final lo que hiciste fue resincronizar el sistema (colocaste todo en un mismo nivel nuevamente). Brasil salió de la hiperinflación, indexando toda la economía con la creación de una unidad de cuenta que llamaron URV Unidad Real de Valor, la cual colocaron uno a uno con el dólar y variaba con la inflación.

Este artículo que dejo acá, explica bastante bien cómo funcionó el Plan Real:

Continuó diciendo ese economista: “Aunque es viable, posible, y otros países hayan hecho algo similar, la indexación es una mala idea en contextos de alta inflación, y donde el Estado no tiene límites para la emisión de dinero sin respaldo.”

En esta parte de su declaración, el economista dice que la indexación es viable, posible y que otros países la han aplicado, pero NO… Algo así como: tienes razón pero vas preso. Sólo le faltó terminar la frase diciendo: “Ahí está el detalle”.

Por cierto, que esa conseja de que este gobierno no tiene límites para la emisión de dinero sin respaldo, es un sofisma muy utilizado por los economistas de derecha, ya que ellos saben que el dinero no tiene respaldo, lo que tiene es límites y esos límites, en principio, vienen dados por el volumen de precios de lo que se produce. El límite general que tiene cualquier gobierno para emitir su moneda, son las necesidades de liquidez que, en determinados momentos, tenga el mercado; también puede emitir el dinero necesario para el desarrollo de determinadas políticas, cuidando no afectar otras variables.

Termina ese economista, diciendo:

“No importa si el gobierno indexa los salarios quincenalmente, aun así hará trampa y habrá ilusión monetaria, el poder adquisitivo no lo vas a recuperar. Te doy más ceros en el salario nominal, pero eso no se traduce en poder de compra”

Este es el mismo economista que segundos anteriores había dicho: “La indexación del salario al dólar … podría ayudar a recuperar el poder adquisitivo que se pierde en contextos de inflación…”

El segundo economista entrevistado: decano del mayor centro de ideologización con el que cuenta Venezuela, dijo:

“Hay que pensar que la causa de que el salario se diluya es la devaluación y la indexación no es la solución. En los países donde hay estabilidad cambiaria, si se indexara el salario al tipo de cambio, los salarios no podrían subir hasta que hubiese una devaluación, y si suben es para garantizar el mismo poder de compra, y no más”

Este economista se va por la tangente. Su respuesta hace presumir que con la indexación estamos buscando frenar la inflación que se genera como consecuencia de la variación (manipulada) del tipo de cambio. Es obvio que no comprenda la medida. La indexación busca neutralizar los efectos de la inflación, no la elimina. Es, repito, una medida para proteger el salario de la pérdida de poder adquisitivo.

Si se estabiliza la economía, la indexación pierde sentido por sí misma, porque si la inflación no se mueve, pues tampoco se moverá el salario.

El tercer economista arranca diciendo que es importante que se introduzcan en el debate de si se indexa o no el salario y luego dice:

“Fijar escalas salariales o indexar el salario sin tomar en cuenta la situación real del aparato económico nacional es prolongar y, posiblemente, profundizar la precarización salarial.”.

El problema aquí es saber por qué él afirma eso. Quizás con lo que dijo luego podemos comprender su afirmación. Veamos:

“Un ajuste salarial, principalmente en el sector público, debe cuidar que no afecte o incida en una mayor presión inflacionaria y en un aumento en el tipo de cambio, recordemos que la mayor incidencia en estos dos indicadores es de carácter monetario”.

Este economista confunde la indexación con un aumento del salario real. Bueno, nosotros también estamos proponiendo un aumento del salario real y además, protegerlo con la indexación.

La última economista entrevistada dice que la indexación debería ser un mecanismo transitorio (así también lo concebimos nosotros). Luego dijo:

“Hay que sentarse a estudiarlo para saber si se aplicaría con respecto a la inflación pasada, la inflación esperada, con qué frecuencia y qué implicaciones tiene para la economía, sea sus costos, o proceso de reanimación, porque se corre el riesgo de entrar en recesión, con lo cual se debilita la capacidad empleadora, y si ya de por sí el marco legal laboral es poco flexible y poco propiciador de la productividad, pues tanto mayor, tiene muchísimas exigencias la indexación”

Como podemos ver, ella pondera la posibilidad de implementar la indexación con cierta cautela, Pero después termina diciendo:

“Algunos defienden la indexación como si fuera un mecanismo capaz de traer justicia social pero no lo es, va en detrimento de la sostenibilidad de un proceso de recuperación o de un proceso de estabilidad misma. Es riesgoso y no debería ser ensayado”.

¿Quién los entiende?

Por cierto, la propuesta de indexación realizada por nosotros, en principio, en cuento al salario, sólo toca al sector público y pensionados. No incluye inicialmente al sector privado.

Para quienes sostienen que la indexación podría ser inflacionaria. Es obvio que no sería así, ya que, al no aumentar el poder adquisitivo, no aumentan las cantidades demandadas, por lo que la demanda no podría superar la oferta; a menos que la oferta disminuya.

Juan Carlos Valdez G.

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