En busca de tu propia identidad


Si vas a una batalla y el enemigo es el diablo, no te puedes disfrazar de diablo porque te mata tu propio ejército.

Nada como tu propia identidad, tu determinación de ser verdaderamente libre. Cuando te colocas un difraz o imitas los íconos y héroes falsos del imperio norteamerocano, es porque estás vacio, no tienes sentido de pertenencia, evidencias que no tienes iniciativa propia y que te arrodillas a la superioridad del poderoso queriendolo imitar.

Toda copia es mala, nada como la originalidad. Bastante héroes tiene la patria para hacer el ridículo imitando a Superman.

Finalmente les digo; que la majestad de la Presidencia de la República se respeta, no le pertenece a ninguna individualidad, le pertenece por herencia al pueblo venezolano que la heredó de nuestros libertadores y nadie tiene la potestad ni el derecho, a difrazarla como se le antoje. La Majestad presidencial se debe cuidar, respetar, no convertirla en un muñeco de circo. Somos un pueblo que desde su simiente, ha enarbolando la bandera de la libertad, no nada más literalmente, sino de conciencia.

Al “científico mediático” que se le ocurrió esa ridícula idea, le digo que no es un patriota, no es bolivarino, no es revolucionario, ni mucho menos Chavista.

“Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia, a plagar la América de miserias en nombre de la libertad”
Simón Bolívar.

Si queremos ser libres del imperio norteamericano, debemos empezar por no imitar sus acciones y sus falsos héroes y sobre todo a Superman, que representa la fuerza opresora y devastadora del nefasto imperio gringo contra los pueblos del mundo..

Identidad, identidad y más identidad nacional necesitamos como valores también. Toda copia es mala y más si es una copia barata.

Si soy enemigo del imperio, no puedo resaltar sus falsos valores, ni sus falsos héroes manipuladores del engaño. Con Chávez hicimos nuestro muñeco, pero era él, era Chávez representando la lucha popular y a la Revolución, él nunca, jamás representó al Tío Sam.

Por: José Luís Ibrahin Esté..

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