50 AÑOS DEL ASESINATO DE JOSÉ RAFAEL BOTTINI MARÍN. LA IMPUNIDAD CONTIÚA

José Antonio Bottini Marín

En la tarde del 02 de junio de 1972, todos los medios de comunicación se encontraban en el callejón Monteverde de la Urbanización El Paraíso, en Caracas, frente a la casa del industrial Carlos Domínguez, conocido como “El Rey de la Hojalata”, quien había sido secuestrado el día anterior por el grupo guerrillero Bandera Roja. Por esa razón las televisoras y emisoras de radio de la capital, transmitieron en vivo la muerte, a manos de agentes de la DISIP comandados por Luis Posada Carriles, de dos guerrilleros que, de acuerdo a lo expresado por Posada Carriles, iban a cobrar el rescate de Domínguez, historia que luego, por inverosímil, fue cambiada por la de que intentaban atracar un Banco comercial situado frente a la casa de este industrial, lo cual también resulta insólito porque nadie con un poco de inteligencia atraca un banco rodeado de policías.


Los muertos resultaron ser: José Rafael Bottini Marín, y Ramón Antonio Álvarez, comandantes del grupo guerrillero PUNTO CERO. El crimen se ejecutó frente a todos los medios que cubrían el recién efectuado secuestro del empresario. El mismo fue presentado por la policía como un enfrentamiento armado, cuando en realidad fueron acribillados con fuego cruzado por los miembros de la DISIP que hacían guardia frente a la casa de Domínguez, lo cual quedó evidenciado en los videos transmitidos inmediatamente por Venevisión y que sospechosamente fueron borrados por dicha planta porque y que necesitaban la película para grabar de nuevo. Igualmente, la experticia realizada posteriormente por expertos a las fotos del suceso, que reposan en el expediente, se nota claramente que todos los impactos presentes en el carro fueron realizados desde el exterior, no hay ninguna foto donde se muestren tiros realizados desde el vehículo. A esto se suma el testimonio dado por Freddy Balzán, reportero periodístico presente en el hecho, quién le hizo saber a nuestra familia que la policía sabía que Rafael Bottini y Ramón Álvarez venían en camino y que apenas el carro se estacionó empezaron a disparar desde todos los flancos.

Ese mismo día en la mañana Posada Carriles, Jefe de Operaciones de la DISIP, y conocido como el Comisario Basilio, se valió de la delación de un miembro de Punto Cero, que había sido detenido y torturado, para detener a Bottini y a Álvarez; le aplican narcóticos y lo trasladan hasta el sitio donde se encontraban todos los medios, ávidos de noticias, para ejecutar los dos jefes guerrilleros y a la vez apuntarse un triunfo bien publicitado. El día siguiente, Posada Carriles corona su hazaña ejecutando la llamada MASACRE DE LA VICTORIA, donde mueren 7 integrantes de la Dirección de Punto Cero y un ciudadano español que les acompañaba, quien había solicitado que lo dejaran salir junto con los niños que se encontraban dentro de la vivienda . Este ciudadano fue ejecutado frente de los niños apenas se entregó. Las esposas de los guerrilleros muertos fueron detenidas, junto con sus niños, sometidas a torturas y encarceladas en condiciones infrahumanas. La esposa de Álvarez se encontraba en estado de gravidez avanzada lo que motivó a que Posada Carriles ordenara a uno de sus secuaces darle una patada en el vientre “para que no naciera esa mala hierba”

Recordemos que en los años 60 la CIA desarrolla, desde Venezuela, una red de inteligencia que se extendía a todo el continente y que estaba dirigida por cubanos que huyeron de su país al triunfar la Revolución. La Agencia estadounidense se valió de personas de la calaña de Luis Posada Carriles; Orlando Bosh; Orlando García; Rafael Rivas, y el Mono Navarrete, para dirigir la red terrorista más tenebrosa que haya conocido Sudamérica, la cual se conectaba con la OPERACIÓN CÓNDOR, para sostener las dictaduras del Cono Sur. El Presidente Rafael Caldera, hereda de los adecos el aparato terrorista que había conformado Betancourt, fruto de su acuerdo con el Presidente Kennedy, quien a través de la operación YUNQUE Y MARTILLO, asignó a Venezuela la mayor misión militar yanqui del continente. Caldera, nombra a Posada Carriles jefe de Operaciones de la DISIP (le cambia el nombre a la DIGEPOL adeca), quien recibe instrucciones de la CIA, avaladas por el Presidente Social Cristiano, de exterminar la disidencia “comunista”. Posada, como fiel esbirro, trató de hacer su trabajo lo mejor posible, asesinando, torturando, y desapareciendo más mas de 3.000 patriotas que se oponían al Terrorismo de Estado impuesto por los gobiernos del Pacto de Punto Fijo; además, desde su cuartel general de Los Chaguaramos, acentuar el terrorismo contra Cuba haciendo estallar en pleno vuelo un avión de Cubana de Aviación, con 73 personas inocentes en su interior.
Mi hermano Rafael tenía 23 años cuando fue asesinado, era graduado de la Escuela Técnica Industrial de Los Chaguaramos, Caracas, con mención “cum laude”, como Técnico Superior en Electrónica, donde fue presidente del Centro de estudiantes y para el momento de su muerte ejercía la docencia el Liceo Caracas, en la capital de la República. Como presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela Técnica Industrial del Oeste organizó las luchas estudiantiles contra el gobierno represor de Raúl Leoni, quien estableció en el país la modalidad de los desaparecidos. Dirigió la primera marcha estudiantil de protesta que llega a Miraflores y que fue dispersada a sangre y fuego por los cuerpos represivos del Estado, dejando numerosos estudiantes muertos, desaparecidos y encarcelados.
Desde muy joven combinó las luchas estudiantiles con el trabajo social en los barrios de La Silsa, La Charneca, Hornos de Cal, Marín, donde asistía regularmente a dictar clases a los jóvenes y realizar discusiones políticas; tenía clara la necesidad de la lectura y la discusión de las mismas, crear conciencia en el pueblo, no bastaba la lucha armada, era muy importante la claridad política. Estas actividades las combina con su participación en las guerrillas urbanas dentro de las filas del FALN, dirigidas por Douglas Bravo, de las cuales se separa por creer que la lucha debía profundizarse en las áreas urbanas y no en las rurales, pasando a constituir el grupo de combate urbano PUNTO CERO a través del cual iban a iniciar el trabajo de concientización de las masas .
A 50 años del asesinato de Rafael su crimen sigue impune al igual de todos los que cayeron en la lucha contra las políticas de terrorismo de Estado, aplicadas por los gobiernos adecos copeyanos, cumpliendo órdenes del gobierno de los Estados Unidos, bajo la dirección de la CIA.
Para tratar de solucionar este “descuido” se aprueba el 18 de diciembre de 2011 la “Ley para Sancionar Crímenes, Desapariciones, Torturas y otras Violaciones de los Derechos Humanos por Razones Políticas en los años 1958 – 1998.
Seis años después, en febrero de 2017, luego de muchas reuniones estériles, la Fiscal General Luisa Ortega Díaz hace entrega al Presidente de la República, Nicolás Maduro, el “Informe Contra El Silencio y el Olvido. Por la Verdad y la Justicia”. Febrero 2017.
En dicho Informe se señala quienes fueron las víctimas y quienes los victimarios y se solicita a los organismos competentes aplicar las penalidades respectivas.
Falsa ilusión, el INFORME fue archivado, la Fiscal huyó del país, y los crímenes siguen impunes.
Cumaná, 02 de junio de 2022