Propaganda de guerra bajo una nueva forma


En las llamadas “sociedades democráticas” contemporáneas, la propaganda de guerra está ‎concebida como los actos de ilusionismo, se trata de desviar la atención del público para que ‎no vea lo que no debe saber. ‎

por Thierry Meyssan

El ejército ruso ha ganado la guerra contra los “banderistas” en Ucrania. Mientras, ‎en Occidente, la OTAN gana la guerra cognitiva contra sus propios ciudadanos. ‎La alianza atlántica ha perfeccionado una nueva forma de propaganda basada en algo ‎que hasta hace poco denunciaba: las fake news. Pero ya no se trata tanto de ‎información falsa sino más bien de información sesgada.

Este artículo da continuación a los trabajos‎
 1. «Rusia quiere obligar Estados Unidos a respetar ‎la Carta de la ONU», 4 de enero de 2022.‎
 2. «Washington prosigue en Kazajastán el plan de la ‎RAND Corporation, que ya continúa ‎en ‎Transnistria», 11 de enero de 2022.
 3. «Washington se niega a escuchar a Rusia y ‎a China‎», 18 de enero de 2022.‎
 4. «La increíble sordera de Washington y Londres», ‎1º‎ de febrero de 2022.‎
 5. «Washington y Londres tratan de mantener su ‎dominación sobre Europa», ‎8 de febrero de 2022.‎
 6. «Dos interpretaciones sobre la cuestión de Ucrania», 16 de febrero de 2022.‎
 7. «Washington hace sonar el clarín pero sus aliados retroceden», 22 de febrero de 2022.‎
 8. «Vladimir Putin en guerra contra los “straussianos”», 5 de marzo de 2022.‎
 9. «“Banda de drogadictos y de neonazis”», ‎‎6 de marzo de 2022.‎
 10. «Estupor de Israel ante los neonazis ucranianos», 9 de marzo de 2022.‎
 11. «Ucrania, otra gran manipulación», 22 ‎de marzo de 2022.
 12. «El Nuevo Orden Mundial que nos preparan con el pretexto de la guerra en Ucrania», 29 de marzo de 2022.

EL DISPOSITIVO DE LA OTAN

«El logro supremo del arte de la guerra no es someter al enemigo por la fuerza sino ‎doblegarlo sin derramar ni una gota de sangre.»‎

Sun Tzu, El Arte de la Guerra

El general francés Philippe Lavigne, jefe del «Mando Aliado de Transformación» (Allied Command ‎Transformation o ACT) de la OTAN, se encarga de supervisar las investigaciones sobre los nuevos ‎métodos de propaganda. ‎

El Mando Aliado de Transformación dispone de 21 «Centros de Excelencia». Uno de ellos es el ‎‎NATO Strategic Communications Centre of Excellence, también designado como StratCom debido a su ‎denominación de “Comunicaciones Estratégicas” [1], y tiene su sede en Riga, la capital de Letonia [2]. El StratCom de la OTAN es el creador de una entidad ‎denominada Encrucijada de la Innovación de la OTAN (iHub), bajo la dirección del francés Francois ‎du Cluzel, ex profesor en la Escuela Militar Interarmas de Coetquidan, en Francia, y financia ‎investigaciones de la Johns Hopkins University y del Imperial College of London sobre las ‎capacidades cognitivas. Esas investigaciones abarcan todo el conjunto del campo cognitivo y sus ‎variadas aplicaciones van desde los soldados biónicos hasta la propaganda de guerra. ‎

En ‎noviembre de 2020, la OTAN produjo un informe de presentación de la “guerra cognitiva”. ‎Haga clic en la imagen para descargar ese documento (en inglés). ‎

La idea general de la OTAN es agregar a los cincos teatros habituales de operaciones militares ‎‎(aire, tierra, mar, espacio y teatro cibernético) un sexto teatro de operaciones: el cerebro ‎humano. «Mientras que las acciones desarrolladas en los cinco sectores [tradicionales] ‎‎se ejecutan para obtener un efecto sobre el campo humano, el objetivo de la guerra cognitiva es ‎convertir a cada persona en un arma», escribe Francois du Cluzel.‎

En la Primera Guerra Mundial, la propaganda de guerra se basaba en informaciones falsas ‎popularizadas por verdaderos escritores. Después, durante la Segunda Guerra Mundal, la propaganda ‎de guerra se basó más bien en la repetición de ciertos mensajes previamente seleccionados. ‎Pero, hoy, la propaganda de guerra se concibe como un acto de ilusionismo [3]. Su objetivo es conmover a la gente para distraer su atención y esconderle ‎lo que no debe ver. El público juzga lo que ve a través de la información previamente ‎seleccionada –a menudo sin interés– que se le proporciona constantemente. De esa manera, sin recurrir a la mentira propiamente dicha, ‎se logra engañar a la opinión pública. ‎

Con la guerra en Ucrania, estamos viviendo la primera aplicación de esa nueva ‎forma de propaganda de guerra. ‎

Para facilitar la comprensión de lo que acabo de explicar, presentaré aquí varias ‎informaciones que caen en la categoría de “lo que el público debe ignorar” y luego abordaré la ‎‎“cobertura” de la guerra en Ucrania por parte de la televisión estatal de Francia. Me refiero a la ‎televisión estatal francesa sólo porque es la que tengo más cerca, pero el resultado sería el mismo si ‎nos refiriésemos a ejemplos de Alemania, del Reino Unido o de Estados Unidos. ‎

Usted puede descargar los informes diarios de los observadores de la OSCE ‎en Ucrania a través de la url https://www.osce.org/ukraine-smm/reports

RESPONSABILIDAD DE LOS DIRIGENTES OCCIDENTALES EN LA GUERRA DE UCRANIA

En Occidente, la narrativa sobre la guerra en Ucrania atribuye absolutamente toda la ‎responsabilidad al presidente ruso, Vladimir Putin, y subsidiariamente a las personalidades políticas ‎y financieras de su gobierno. Pero esa versión resulta totalmente falsa cuando vemos los reportes ‎diarios de los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa ‎‎(OSCE). ‎

En efecto, los observadores de la OSCE reportaron haber oído un ataque de las fuerzas de Kiev ‎contra el Donbass, aún ucraniano en aquel momento… en la tarde del 17 de febrero. Todas ‎las agencias de prensa reportaron entonces el éxodo de al menos 100 000 civiles hacia el interior ‎del Donbass o hacia Rusia. Mientras tanto, en Munich, los principales dirigentes políticos de los ‎países miembros de la OTAN oían al presidente ucraniano Volodimir Zelenski decirles –durante la ‎Conferencia de Seguridad– que quería dotarse de armamento nuclear contra Rusia. Ante ‎esos hechos, resulta evidente que no fue Moscú sino Kiev quien inició las hostilidades. ‎

Nadie puede creer que Kiev haya iniciado esta guerra contra un enemigo muy superior sin haber ‎recibido antes ciertas garantías de parte de aliados aparentemente capaces de defenderlo frente ‎a Rusia. Y esos “aliados” sólo pueden ser la OTAN o Estados Unidos, o eventualmente otras ‎dos potencias nucleares: Francia y el Reino Unido. ‎

La primera reunión donde se presentó esta guerra como algo conveniente ‎tuvo lugar el 5 de septiembre de 2019, en la Cámara de Representantes de Estados Unidos y fue ‎organizada por la RAND Corporation –el think tank, o “tanque pensante” del complejo militaro-‎industrial estadounidense. ‎

El objetivo de aquella reunión era presentar a los congresistas dos informes titulados:‎
 Overextending and Unbalancing Russia (Sobreextender y desequilibrar a Rusia) y
 Extending Russia: Competing from Advantageous Ground (Extendiendo Rusia. Competir en ‎Terreno Ventajoso) [4].‎

La idea fundamental que se expuso aquel día en la Cámara de Representantes de Estados Unidos ‎era utilizar contra Rusia la particularidad sobre la cual ese país ha basado su defensa. Ya que ‎Rusia es un territorio gigantesco que los rusos defienden evadiendo al enemigo y aplicando una ‎‎«estrategia de tierra quemada» [lo cual impide que el enemigo que avanza en suelo ruso ‎encuentre allí lo necesario para reaprovisionarse], habría que obligar los rusos a salir de sus ‎fronteras para debilitarlos. ‎

La importancia de aquellos informes queda demostrada por un incidente que afectó a uno de ‎nuestros colaboradores, el geógrafo italiano Manlio Dinucci. Su artículo sobre ese tema, ‎publicado en nuestro sitio web [5], fue censurado ‎por su propio diario, Il Manifesto, y Dinucci se vio obligado abandonar la redacción de esa publicación ‎italiana.‎

Tres hechos demuestran la implicación de Estados Unidos, del Reino Unido y de Francia en la ‎preparación secreta de la guerra de Ucrania. ‎

A pedido de la oficina del primer ministro británico Boris Johnson, el video ‎completo donde el ministro británico de Defensa, Ben Wallace, asegura que el Reino Unido ‎lleva años enviando secretamente instructores militares a Ucrania fue retirado de YouTube y ya ‎ni siquiera aparece en los motores de búsqueda occidentales.


 El 24 de marzo de 2022 se publicó el video de una conversación telefónica de 22 minutos entre ‎el ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, y los humoristas rusos Vladimir “Vovan” ‎Kuznetsov y Alexei “Lexus” Stolyarov. Uno de los humoristas se hizo pasar por el primer ministro ‎ucraniano, Denys Shmyhal, a quien el ministro británico conoce sólo de nombre.
• El humorista ruso preguntó al ministro de Defensa británico qué tipo de ayuda aportaría el ‎Reino Unido para que Kiev se dotara del arma nuclear. El Muy Honorable Ben Wallace respondió ‎que tendría que consultar el asunto con el primer ministro Boris Johnson pero que «el principio ‎es que apoyaremos a Ucrania como amigo en cualquier opción que ustedes adopten». En una sola ‎frase, el ministro británico de Defensa echó por tierra el Tratado de No Proliferación de las armas ‎nucleares.
• Sobre los misiles antitanques Next generation Light Anti-tank Weapon (NLAW) que el Reino ‎Unido acaba de enviar al ejército ucraniano, el ministro británico admitió que no funcionan ‎bien y que también había enviado piezas de repuesto.
• Pero fue sobre todo al hablar de la OTAN, cuando Ben Wallace habló más de lo debido. ‎El ministro británico invitó nuevamente Ucrania a unirse a la alianza atlántica y de pasó reveló ‎involuntariamente que el Reino Unido ha estado enviando durante años instructores militares al ‎ejército ucraniano.
El gobierno de Boris Johnson desplegó todos los medios para ocultar, o más bien restar ‎importancia a las declaraciones de su ministro de Defensa afirmando que la conversación había ‎sido de sólo 10 minutos –fueron 22 minutos– y prohibiendo terminantemente a YouTube –ahora ‎en manos de Google– la difusión del video completo. Por demás, Londres instruyó a los medios ‎de prensa occidentales para que mencionaran sólo la cuestión de la bomba atómica y que ocultaran ‎los otros dos puntos mencionados. Es lo que siempre hacen los británicos: no negar todo sino ‎concentrarse en hacer desaparecer los temas más peligrosos. ‎

El 25 de marzo, el presidente Joe Biden llega al comedor de la 82 División ‎Aerotransportada en Rzeszow (Polonia). Durante el encuentro, Biden felicitó abiertamente a ‎los soldados estadounidenses por su actividad de años en Ucrania.


 El 25 de marzo, el presidente estadounidense Joe Biden estuvo en el Palacio de Congresos de ‎Rzeszow, en Polonia, en compañía de Samantha Power, ex embajadora de Estados Unidos en ‎la ONU y hoy directora de la USAID, y del presidente polaco, Andrej Duda. Y ya que hablamos de ‎Andrej Duda, no está de más recordar que este señor hizo que el parlamento polaco adoptara ‎una ley que niega el papel del Estado polaco en los crímenes nazis y prevé procedimientos ‎judiciales contra quien se atreva a mencionar ese tema. Pero volvamos al 25 de marzo. Ese día ‎Biden conversó con varias ONGs para elogiar su ayuda a los refugiados ucranianos y después ‎pronunció un discurso ante los soldados de la 82 División Aerotransportada estadounidense ‎estacionados en Rzeszow [6]. Luego del discurso, Biden ‎fue al comedor de los soldados y habló con ellos, sin discursos preparados ni cámaras de ‎televisión. Sucedió entonces lo que siempre sucede cuando este presidente estadounidense de ‎‎79 años se sale del guión… Biden comenzó a decir lo que no debía. Según los testigos, Biden ‎agradeció a los soldados su largo compromiso en Ucrania… oficialmente nunca ha habido ‎soldados estadounidenses en Ucrania. ‎

El general Eric Vidaud acaba de ser destituido de su cargo como director ‎de la inteligencia militar francesa, pero no por haber cometido alguna falta sino porque los ‎militares franceses enviados en secreto a Ucrania a “trabajar” con el regimiento Azov ‎no supieron describir la situación. Sus predecesores le han manifestado su solidaridad.


 El 29 de marzo, el general Eric Vidaud, director de la inteligencia militar francesa, fue destituido, ‎sin explicación oficial. Parece que anteriormente, como jefe de las operaciones especiales de las ‎fuerzas armadas francesas, el general desplegó hombres en Ucrania –en 2021 y siguiendo ‎instrucciones directas del estado mayor particular del presidente francés Emmanuel Macron– ‎para dirigir el regimiento Azov, conformado por los “banderistas” que Rusia señala como ‎neonazis. Inmediatamente después de la destitución del general Vidaud, 5 helicópteros ‎ucranianos trataron –el 30 de marzo– de escapar de Mariupol, ciudad sede del regimiento Azov, ‎cercado allí por las fuerzas rusas. Dos de esos aparatos fueron derribados y el ejército ruso hizo ‎prisioneros a varios sobrevivientes, que de inmediato proporcionaron información confidencial. ‎Oficialmente, los militares del Mando de Operaciones Especiales de Francia dependen del jefe del ‎estado mayor de las fuerzas armadas, el general Thierry Burkhard, pero eso es sólo en materia ‎de logística porque en realidad reciben sus órdenes directamente del comandante en jefe de las ‎fuerzas francesas… el presidente Emmanuel Macron. ‎

Resultado: las relaciones entre el presidente Macron y el presidente Putin se han vuelto gélidas. ‎

CÓMO SE OCULTA LA REALIDAD CON
LA PROPAGANDA DE GUERRA

En Francia, el gobierno dispone de una entidad estatal –France Télévisions– que controla los canales de ‎televisión pertenecientes al Estado. Uno de ellos, France 2, tiene la mayor audiencia del país. ‎Otra entidad perteneciente al Estado, France Médias Monde, supervisa y controla los ‎programas de las radios y televisiones estatales francesas hacia el exterior. ‎France Médias Monde depende directamente del ministerio de Relaciones Exteriores y controla ‎las transmisiones del canal informativo francés France 24 en diferentes idiomas. ‎

Cuando la periodista ‎“estrella”‎ de France 2 Anne-Sophie Lapix entrevistó a ‎Andriy Sadovy (ver foto) sin darse cuenta de que estaba ante un oligarca banderista fue como si hubiese ‎entrevistado a Goebbels sin notar que era un nazi.

Para empezar, el 14 de marzo France 2 –televisión estatal francesa– transmitió en vivo un ‎noticiero con su presentadora estelar Anne-Sophie Lapix desde la ciudad ucraniana de Lviv [7]. Ese noticiero o diario hablado reúne diariamente algo más de un 20% de la ‎teleaudiencia francesa. La presentadora Anne-Sophie Lapix mostró imágenes de destrucción y ‎de refugiados traumatizados y se paseó por toda la ciudad… pero “no vio” el imponente monumento que ‎glorifica allí a Stepan Bandera (1909-1959), el jefe de los colaboradores ucranianos de los nazis. ‎Anne-Sophie Lapix interrogó al alcalde de Lviv, Andriy Sadovy, sin explicarle al público francés ‎que ese individuo es uno de los principales oligarcas ucranianos y sin pedirle alguna explicación ‎sobre el llamado a matar rusos, incluyendo mujeres y niños, que la televisora de ese personaje ‎había transmitido el día anterior –invocando el ejemplo del SS Adolf Eichman [8]. Y tampoco se precisó nunca en ese noticiero que aquella ‎transmisión era una iniciativa del propio Andriy Sadovy, bien conocido como banderista, y de ‎su esposa, quienes fueron por cierto clientes de la agencia francesa Publicis, cuyo director es ‎Arthur Sadoun… el esposo de Anne-Sophie Lapix.‎

En Estambul, Rusia planteó entre sus exigencias a Kiev la ‎eliminación del monumento erigido en Lviv que glorifica a Stepan Bandera, el jefe de los ‎ucranianos que colaboraron con la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Por supuesto, el telespectador francés –que nada sabe de los homenajes públicos a los nazis ‎realizados en Ucrania ni de las exhortaciones públicas a seguir “el ejemplo” de un oficial de ‎las SS– sólo podía sentirse conmovido ante la acumulación de sufrimientos que le mostraba la ‎televisión estatal francesa. ‎

El 13 de marzo, el periodista tártaro Fakhrudin Sharafmal se dirige a la ‎población rusa a través de la televisora propiedad del alcalde de Lviv : “Ustedes son basura que ‎debe ser barrida de la faz de la Tierra. Si un ucraniano tiene la suerte de moleros los huesos, de ‎abriros la garganta, de ahogar rusos, espero que aprovechará esa oportunidad de contribuir a la ‎causa matando al menos uno de ustedes.”‎

El 25 de marzo, France 24 –la televisora informativa del Estado francés para el exterior– ‎abordaba en sus transmisiones en inglés el video de los humoristas rusos con el ministro ‎de Defensa del Reino Unido Ben Wallace. Siguiendo instrucciones de la oficina del ‎primer ministro británico Boris Johnson, la televisión del ministerio de Exteriores de Francia bromeó sobre las ‎declaraciones de Wallace sobre la bomba atómica, pero sólo para ocultar sus confesiones sobre la ‎ineficacia del armamento antitanque británico y, sobre todo, su involuntario reconocimiento de la presencia ‎de instructores militares británicos en Ucrania desde hace años. La periodista que comentó el ‎asunto presentaba a los humoristas rusos como “youtubers” –en realidad trabajan para el canal ‎NTV– con lo cual ocultó deliberadamente que ambos humoristas rusos están censurados por YouTube en el país de ‎la famosa 1ª Enmienda y de la libertad de expresión. ‎

La campaña alcanzó su punto culminante el 31 de marzo con el noticiero de France 2 [9]. France-Télévision, que hasta entonces había negado el carácter ideológico del ‎regimiento Azov, transmitió ese día un reportaje sobre esa formación. Dijo que en 2014 se habían ‎infiltrado en ella elementos neonazis, incluso citó a uno de sus fundadores –el neonazi Andriy ‎Biletsky– pero acabó diciendo que finalmente el regimiento Azov había cambiado para convertirse ‎en una respetable “Fuerza de Defensa”. Además, France 2 evitó cuidadosamente mencionar o ‎citar a otro de los fundadores del regimiento Azov, Dimitro Yarosh, agente de la OTAN y ex ‎coordinador de la alianza de neonazis europeos y yihadistas del Medio Oriente contra Rusia ‎‎ [10], hoy convertido en consejero especial del jefe de ‎las fuerzas armadas ucranianas [11]. ‎

En las llamadas “sociedades democráticas” contemporáneas, la propaganda de guerra está ‎concebida como los actos de ilusionismo, se trata de desviar la atención del público para que ‎no vea lo que no debe saber. ‎

Este artículo da continuación a los trabajos‎
 1. «Rusia quiere obligar Estados Unidos a respetar ‎la Carta de la ONU», 4 de enero de 2022.‎
 2. «Washington prosigue en Kazajastán el plan de la ‎RAND Corporation, que ya continúa ‎en ‎Transnistria», 11 de enero de 2022.
 3. «Washington se niega a escuchar a Rusia y ‎a China‎», 18 de enero de 2022.‎
 4. «La increíble sordera de Washington y Londres», ‎1º‎ de febrero de 2022.‎
 5. «Washington y Londres tratan de mantener su ‎dominación sobre Europa», ‎8 de febrero de 2022.‎
 6. «Dos interpretaciones sobre la cuestión de Ucrania», 16 de febrero de 2022.‎
 7. «Washington hace sonar el clarín pero sus aliados retroceden», 22 de febrero de 2022.‎
 8. «Vladimir Putin en guerra contra los “straussianos”», 5 de marzo de 2022.‎
 9. «“Banda de drogadictos y de neonazis”», ‎‎6 de marzo de 2022.‎
 10. «Estupor de Israel ante los neonazis ucranianos», 9 de marzo de 2022.‎
 11. «Ucrania, otra gran manipulación», 22 ‎de marzo de 2022.
 12. «El Nuevo Orden Mundial que nos preparan con el pretexto de la guerra en Ucrania», 29 de marzo de 2022.

EL DISPOSITIVO DE LA OTAN

«El logro supremo del arte de la guerra no es someter al enemigo por la fuerza sino ‎doblegarlo sin derramar ni una gota de sangre.»‎

Sun Tzu, El Arte de la Guerra

El general francés Philippe Lavigne, jefe del «Mando Aliado de Transformación» (Allied Command ‎Transformation o ACT) de la OTAN, se encarga de supervisar las investigaciones sobre los nuevos ‎métodos de propaganda. ‎

El Mando Aliado de Transformación dispone de 21 «Centros de Excelencia». Uno de ellos es el ‎‎NATO Strategic Communications Centre of Excellence, también designado como StratCom debido a su ‎denominación de “Comunicaciones Estratégicas” [1], y tiene su sede en Riga, la capital de Letonia [2]. El StratCom de la OTAN es el creador de una entidad ‎denominada Encrucijada de la Innovación de la OTAN (iHub), bajo la dirección del francés Francois ‎du Cluzel, ex profesor en la Escuela Militar Interarmas de Coetquidan, en Francia, y financia ‎investigaciones de la Johns Hopkins University y del Imperial College of London sobre las ‎capacidades cognitivas. Esas investigaciones abarcan todo el conjunto del campo cognitivo y sus ‎variadas aplicaciones van desde los soldados biónicos hasta la propaganda de guerra. ‎

En ‎noviembre de 2020, la OTAN produjo un informe de presentación de la “guerra cognitiva”. ‎Haga clic en la imagen para descargar ese documento (en inglés). ‎

La idea general de la OTAN es agregar a los cincos teatros habituales de operaciones militares ‎‎(aire, tierra, mar, espacio y teatro cibernético) un sexto teatro de operaciones: el cerebro ‎humano. «Mientras que las acciones desarrolladas en los cinco sectores [tradicionales] ‎‎se ejecutan para obtener un efecto sobre el campo humano, el objetivo de la guerra cognitiva es ‎convertir a cada persona en un arma», escribe Francois du Cluzel.‎

En la Primera Guerra Mundial, la propaganda de guerra se basaba en informaciones falsas ‎popularizadas por verdaderos escritores. Después, durante la Segunda Guerra Mundal, la propaganda ‎de guerra se basó más bien en la repetición de ciertos mensajes previamente seleccionados. ‎Pero, hoy, la propaganda de guerra se concibe como un acto de ilusionismo [3]. Su objetivo es conmover a la gente para distraer su atención y esconderle ‎lo que no debe ver. El público juzga lo que ve a través de la información previamente ‎seleccionada –a menudo sin interés– que se le proporciona constantemente. De esa manera, sin recurrir a la mentira propiamente dicha, ‎se logra engañar a la opinión pública. ‎

Con la guerra en Ucrania, estamos viviendo la primera aplicación de esa nueva ‎forma de propaganda de guerra. ‎

Para facilitar la comprensión de lo que acabo de explicar, presentaré aquí varias ‎informaciones que caen en la categoría de “lo que el público debe ignorar” y luego abordaré la ‎‎“cobertura” de la guerra en Ucrania por parte de la televisión estatal de Francia. Me refiero a la ‎televisión estatal francesa sólo porque es la que tengo más cerca, pero el resultado sería el mismo si ‎nos refiriésemos a ejemplos de Alemania, del Reino Unido o de Estados Unidos. ‎

Usted puede descargar los informes diarios de los observadores de la OSCE ‎en Ucrania a través de la url https://www.osce.org/ukraine-smm/reports

RESPONSABILIDAD DE LOS DIRIGENTES OCCIDENTALES EN LA GUERRA DE UCRANIA

En Occidente, la narrativa sobre la guerra en Ucrania atribuye absolutamente toda la ‎responsabilidad al presidente ruso, Vladimir Putin, y subsidiariamente a las personalidades políticas ‎y financieras de su gobierno. Pero esa versión resulta totalmente falsa cuando vemos los reportes ‎diarios de los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa ‎‎(OSCE). ‎

En efecto, los observadores de la OSCE reportaron haber oído un ataque de las fuerzas de Kiev ‎contra el Donbass, aún ucraniano en aquel momento… en la tarde del 17 de febrero. Todas ‎las agencias de prensa reportaron entonces el éxodo de al menos 100 000 civiles hacia el interior ‎del Donbass o hacia Rusia. Mientras tanto, en Munich, los principales dirigentes políticos de los ‎países miembros de la OTAN oían al presidente ucraniano Volodimir Zelenski decirles –durante la ‎Conferencia de Seguridad– que quería dotarse de armamento nuclear contra Rusia. Ante ‎esos hechos, resulta evidente que no fue Moscú sino Kiev quien inició las hostilidades. ‎

Nadie puede creer que Kiev haya iniciado esta guerra contra un enemigo muy superior sin haber ‎recibido antes ciertas garantías de parte de aliados aparentemente capaces de defenderlo frente ‎a Rusia. Y esos “aliados” sólo pueden ser la OTAN o Estados Unidos, o eventualmente otras ‎dos potencias nucleares: Francia y el Reino Unido. ‎

La primera reunión donde se presentó esta guerra como algo conveniente ‎tuvo lugar el 5 de septiembre de 2019, en la Cámara de Representantes de Estados Unidos y fue ‎organizada por la RAND Corporation –el think tank, o “tanque pensante” del complejo militaro-‎industrial estadounidense. ‎

El objetivo de aquella reunión era presentar a los congresistas dos informes titulados:‎
 Overextending and Unbalancing Russia (Sobreextender y desequilibrar a Rusia) y
 Extending Russia: Competing from Advantageous Ground (Extendiendo Rusia. Competir en ‎Terreno Ventajoso) [4].‎

La idea fundamental que se expuso aquel día en la Cámara de Representantes de Estados Unidos ‎era utilizar contra Rusia la particularidad sobre la cual ese país ha basado su defensa. Ya que ‎Rusia es un territorio gigantesco que los rusos defienden evadiendo al enemigo y aplicando una ‎‎«estrategia de tierra quemada» [lo cual impide que el enemigo que avanza en suelo ruso ‎encuentre allí lo necesario para reaprovisionarse], habría que obligar los rusos a salir de sus ‎fronteras para debilitarlos. ‎

La importancia de aquellos informes queda demostrada por un incidente que afectó a uno de ‎nuestros colaboradores, el geógrafo italiano Manlio Dinucci. Su artículo sobre ese tema, ‎publicado en nuestro sitio web [5], fue censurado ‎por su propio diario, Il Manifesto, y Dinucci se vio obligado abandonar la redacción de esa publicación ‎italiana.‎

Tres hechos demuestran la implicación de Estados Unidos, del Reino Unido y de Francia en la ‎preparación secreta de la guerra de Ucrania. ‎

A pedido de la oficina del primer ministro británico Boris Johnson, el video ‎completo donde el ministro británico de Defensa, Ben Wallace, asegura que el Reino Unido ‎lleva años enviando secretamente instructores militares a Ucrania fue retirado de YouTube y ya ‎ni siquiera aparece en los motores de búsqueda occidentales.


 El 24 de marzo de 2022 se publicó el video de una conversación telefónica de 22 minutos entre ‎el ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, y los humoristas rusos Vladimir “Vovan” ‎Kuznetsov y Alexei “Lexus” Stolyarov. Uno de los humoristas se hizo pasar por el primer ministro ‎ucraniano, Denys Shmyhal, a quien el ministro británico conoce sólo de nombre.
• El humorista ruso preguntó al ministro de Defensa británico qué tipo de ayuda aportaría el ‎Reino Unido para que Kiev se dotara del arma nuclear. El Muy Honorable Ben Wallace respondió ‎que tendría que consultar el asunto con el primer ministro Boris Johnson pero que «el principio ‎es que apoyaremos a Ucrania como amigo en cualquier opción que ustedes adopten». En una sola ‎frase, el ministro británico de Defensa echó por tierra el Tratado de No Proliferación de las armas ‎nucleares.
• Sobre los misiles antitanques Next generation Light Anti-tank Weapon (NLAW) que el Reino ‎Unido acaba de enviar al ejército ucraniano, el ministro británico admitió que no funcionan ‎bien y que también había enviado piezas de repuesto.
• Pero fue sobre todo al hablar de la OTAN, cuando Ben Wallace habló más de lo debido. ‎El ministro británico invitó nuevamente Ucrania a unirse a la alianza atlántica y de pasó reveló ‎involuntariamente que el Reino Unido ha estado enviando durante años instructores militares al ‎ejército ucraniano.
El gobierno de Boris Johnson desplegó todos los medios para ocultar, o más bien restar ‎importancia a las declaraciones de su ministro de Defensa afirmando que la conversación había ‎sido de sólo 10 minutos –fueron 22 minutos– y prohibiendo terminantemente a YouTube –ahora ‎en manos de Google– la difusión del video completo. Por demás, Londres instruyó a los medios ‎de prensa occidentales para que mencionaran sólo la cuestión de la bomba atómica y que ocultaran ‎los otros dos puntos mencionados. Es lo que siempre hacen los británicos: no negar todo sino ‎concentrarse en hacer desaparecer los temas más peligrosos. ‎

El 25 de marzo, el presidente Joe Biden llega al comedor de la 82 División ‎Aerotransportada en Rzeszow (Polonia). Durante el encuentro, Biden felicitó abiertamente a ‎los soldados estadounidenses por su actividad de años en Ucrania.


 El 25 de marzo, el presidente estadounidense Joe Biden estuvo en el Palacio de Congresos de ‎Rzeszow, en Polonia, en compañía de Samantha Power, ex embajadora de Estados Unidos en ‎la ONU y hoy directora de la USAID, y del presidente polaco, Andrej Duda. Y ya que hablamos de ‎Andrej Duda, no está de más recordar que este señor hizo que el parlamento polaco adoptara ‎una ley que niega el papel del Estado polaco en los crímenes nazis y prevé procedimientos ‎judiciales contra quien se atreva a mencionar ese tema. Pero volvamos al 25 de marzo. Ese día ‎Biden conversó con varias ONGs para elogiar su ayuda a los refugiados ucranianos y después ‎pronunció un discurso ante los soldados de la 82 División Aerotransportada estadounidense ‎estacionados en Rzeszow [6]. Luego del discurso, Biden ‎fue al comedor de los soldados y habló con ellos, sin discursos preparados ni cámaras de ‎televisión. Sucedió entonces lo que siempre sucede cuando este presidente estadounidense de ‎‎79 años se sale del guión… Biden comenzó a decir lo que no debía. Según los testigos, Biden ‎agradeció a los soldados su largo compromiso en Ucrania… oficialmente nunca ha habido ‎soldados estadounidenses en Ucrania. ‎

El general Eric Vidaud acaba de ser destituido de su cargo como director ‎de la inteligencia militar francesa, pero no por haber cometido alguna falta sino porque los ‎militares franceses enviados en secreto a Ucrania a “trabajar” con el regimiento Azov ‎no supieron describir la situación. Sus predecesores le han manifestado su solidaridad.


 El 29 de marzo, el general Eric Vidaud, director de la inteligencia militar francesa, fue destituido, ‎sin explicación oficial. Parece que anteriormente, como jefe de las operaciones especiales de las ‎fuerzas armadas francesas, el general desplegó hombres en Ucrania –en 2021 y siguiendo ‎instrucciones directas del estado mayor particular del presidente francés Emmanuel Macron– ‎para dirigir el regimiento Azov, conformado por los “banderistas” que Rusia señala como ‎neonazis. Inmediatamente después de la destitución del general Vidaud, 5 helicópteros ‎ucranianos trataron –el 30 de marzo– de escapar de Mariupol, ciudad sede del regimiento Azov, ‎cercado allí por las fuerzas rusas. Dos de esos aparatos fueron derribados y el ejército ruso hizo ‎prisioneros a varios sobrevivientes, que de inmediato proporcionaron información confidencial. ‎Oficialmente, los militares del Mando de Operaciones Especiales de Francia dependen del jefe del ‎estado mayor de las fuerzas armadas, el general Thierry Burkhard, pero eso es sólo en materia ‎de logística porque en realidad reciben sus órdenes directamente del comandante en jefe de las ‎fuerzas francesas… el presidente Emmanuel Macron. ‎

Resultado: las relaciones entre el presidente Macron y el presidente Putin se han vuelto gélidas. ‎

CÓMO SE OCULTA LA REALIDAD CON
LA PROPAGANDA DE GUERRA

En Francia, el gobierno dispone de una entidad estatal –France Télévisions– que controla los canales de ‎televisión pertenecientes al Estado. Uno de ellos, France 2, tiene la mayor audiencia del país. ‎Otra entidad perteneciente al Estado, France Médias Monde, supervisa y controla los ‎programas de las radios y televisiones estatales francesas hacia el exterior. ‎France Médias Monde depende directamente del ministerio de Relaciones Exteriores y controla ‎las transmisiones del canal informativo francés France 24 en diferentes idiomas. ‎

Cuando la periodista ‎“estrella”‎ de France 2 Anne-Sophie Lapix entrevistó a ‎Andriy Sadovy (ver foto) sin darse cuenta de que estaba ante un oligarca banderista fue como si hubiese ‎entrevistado a Goebbels sin notar que era un nazi.

Para empezar, el 14 de marzo France 2 –televisión estatal francesa– transmitió en vivo un ‎noticiero con su presentadora estelar Anne-Sophie Lapix desde la ciudad ucraniana de Lviv [7]. Ese noticiero o diario hablado reúne diariamente algo más de un 20% de la ‎teleaudiencia francesa. La presentadora Anne-Sophie Lapix mostró imágenes de destrucción y ‎de refugiados traumatizados y se paseó por toda la ciudad… pero “no vio” el imponente monumento que ‎glorifica allí a Stepan Bandera (1909-1959), el jefe de los colaboradores ucranianos de los nazis. ‎Anne-Sophie Lapix interrogó al alcalde de Lviv, Andriy Sadovy, sin explicarle al público francés ‎que ese individuo es uno de los principales oligarcas ucranianos y sin pedirle alguna explicación ‎sobre el llamado a matar rusos, incluyendo mujeres y niños, que la televisora de ese personaje ‎había transmitido el día anterior –invocando el ejemplo del SS Adolf Eichman [8]. Y tampoco se precisó nunca en ese noticiero que aquella ‎transmisión era una iniciativa del propio Andriy Sadovy, bien conocido como banderista, y de ‎su esposa, quienes fueron por cierto clientes de la agencia francesa Publicis, cuyo director es ‎Arthur Sadoun… el esposo de Anne-Sophie Lapix.‎

En Estambul, Rusia planteó entre sus exigencias a Kiev la ‎eliminación del monumento erigido en Lviv que glorifica a Stepan Bandera, el jefe de los ‎ucranianos que colaboraron con la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Por supuesto, el telespectador francés –que nada sabe de los homenajes públicos a los nazis ‎realizados en Ucrania ni de las exhortaciones públicas a seguir “el ejemplo” de un oficial de ‎las SS– sólo podía sentirse conmovido ante la acumulación de sufrimientos que le mostraba la ‎televisión estatal francesa. ‎

El 13 de marzo, el periodista tártaro Fakhrudin Sharafmal se dirige a la ‎población rusa a través de la televisora propiedad del alcalde de Lviv : “Ustedes son basura que ‎debe ser barrida de la faz de la Tierra. Si un ucraniano tiene la suerte de moleros los huesos, de ‎abriros la garganta, de ahogar rusos, espero que aprovechará esa oportunidad de contribuir a la ‎causa matando al menos uno de ustedes.”‎

El 25 de marzo, France 24 –la televisora informativa del Estado francés para el exterior– ‎abordaba en sus transmisiones en inglés el video de los humoristas rusos con el ministro ‎de Defensa del Reino Unido Ben Wallace. Siguiendo instrucciones de la oficina del ‎primer ministro británico Boris Johnson, la televisión del ministerio de Exteriores de Francia bromeó sobre las ‎declaraciones de Wallace sobre la bomba atómica, pero sólo para ocultar sus confesiones sobre la ‎ineficacia del armamento antitanque británico y, sobre todo, su involuntario reconocimiento de la presencia ‎de instructores militares británicos en Ucrania desde hace años. La periodista que comentó el ‎asunto presentaba a los humoristas rusos como “youtubers” –en realidad trabajan para el canal ‎NTV– con lo cual ocultó deliberadamente que ambos humoristas rusos están censurados por YouTube en el país de ‎la famosa 1ª Enmienda y de la libertad de expresión. ‎

‎https://www.youtube.com/embed/NlVM9Ygg94s

La campaña alcanzó su punto culminante el 31 de marzo con el noticiero de France 2 [9]. France-Télévision, que hasta entonces había negado el carácter ideológico del ‎regimiento Azov, transmitió ese día un reportaje sobre esa formación. Dijo que en 2014 se habían ‎infiltrado en ella elementos neonazis, incluso citó a uno de sus fundadores –el neonazi Andriy ‎Biletsky– pero acabó diciendo que finalmente el regimiento Azov había cambiado para convertirse ‎en una respetable “Fuerza de Defensa”. Además, France 2 evitó cuidadosamente mencionar o ‎citar a otro de los fundadores del regimiento Azov, Dimitro Yarosh, agente de la OTAN y ex ‎coordinador de la alianza de neonazis europeos y yihadistas del Medio Oriente contra Rusia ‎‎ [10], hoy convertido en consejero especial del jefe de ‎las fuerzas armadas ucranianas [11]. ‎

La televisión estatal francesa France 2 cita al neonazi Andriy Biletsky como ‎jefe del batallón Azov en 2014. El viceredactor-jefe de France 2, Arnaud Comte, autor del ‎reportaje, “no tuvo tiempo” de precisar que Biletsky, quien se hace llamar “el Fuhrer Blanco”, ‎fue nombrado teniente coronel y condecorado por el anterior presidente ucraniano, Petro Porochenko, antes de ‎fundar un partido político que reclama una limpieza étnica en Europa central. Tampoco dijo que Biletsky fue electo como ‎diputado neonazi al parlamento ucraniano.

France 2 mencionaba en el reportaje un viejo informe de la ONU sobre la práctica de torturas ‎por parte de los miembros de Azov, pero silenciaba otras declaraciones más recientes de ‎las Naciones Unidas sobre ese asunto y el descubrimiento de cárceles secretas creadas por el regimiento Azov en Ucrania [12]. El reportaje tampoco explicaba el papel de los banderistas como ‎colaboradores de la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial y reducía el peligro a unos ‎‎3 000 o 5 000 de esos elementos, a pesar de que la agencia Reuters aseguraba que hay ‎‎102 000 banderistas en las numerosas milicias incorporadas a la Defensa Territorial ucraniana [13].‎

Thierry Meyssan

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