Entrevista | Cita con la actualidad: “El principal reto es reconectar la agenda política con la base”


Nacida en Caracas y criada en La Guaira, se inicia en la lucha sindical a muy temprana edad.

¿Café? Sin azúcar por favor”. Esta fue la primera respuesta de la guaireña de 36 años en Cita con la Actualidad de Ciudad Ccs. La cita debía durar una hora máxima, porque la entrevistada tenía otros compromisos en la Asamblea Nacional, y así fue. Este mes de la mujer cerramos nada más y nada menos que conociendo el camino andado por la ministra del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género, Diva Guzmán León, quien asumió el cargo el pasado 9 de febrero con tres tareas específicas orientadas por el presidente Nicolás Maduro: 1. Una política para la vida: Plan Parto Humanizado y Lactancia Materna, 2. Justicia de género: Abordaje de la violencia, y 3. Plan especial para mujeres emprendedoras.

Realmente era poco lo que sabíamos de la ministra y la idea era conocerla. En eso nos pusimos: Mercedes Chacín, Teresa Ovalles, Jesús Arteaga, Ruddy Franco, Gustavo Mérida, Francis Zambrano, Roberto Malaver, Rubén Wisotzki, Héctor Aponte y quien escribe para ustedes.

—Nied: ¿De dónde vienes? ¿Quién es Diva Guzmán?

—Vengo de la lucha sindical pero antes de eso estuve en la lucha estudiantil, exactamente en la Escuela de Trabajo Social de la UCV (2004-2009), fui consejera de Escuela en el 2007, después del asedio en el intento de quema de esa sede, somos de esa generación. Egresé de la Escuela de Trabajo Social e ingresé al Instituto Nacional de Tierras hace 12 años, en 2010. Ahí entré en el área de atención a campesinas y campesinos, y estando en esa unidad nos convocaron a hacer trabajo social con ellos, pero luego nos dieron la responsabilidad de atender el 0800, esa fue la primera tarea.

Aprendí mucho de ellos, aprendí cómo se aplicaba la Ley de Tierras. En el 2012 se genera toda una movida en el ámbito laboral y ayudamos a conformar el Consejo Socialista de Trabajadoras y Trabajadores Josefa Camejo, intentando organizar delegados de prevención. Ahí comenzamos con la lucha, quizá más apasionada, porque el consejo de trabajadores se apasiona mucho más, antes de que empezara con ese gusanito del sindicato que siempre es inoculado, siempre hay alguien que lo guía.

Por allá, en el 2014, nos metimos en el sindicato y comenzamos a dar pasos y darnos cuenta de que no hacíamos nada en esas cuatro paredes en la quinta allá en Vista Alegre y comenzamos a salir a los encuentros juveniles, juventud de trabajadores. Yo comencé a militar en la JPSUV por la Comisión Nacional de Mujeres Jóvenes y me dan la responsabilidad de llevar todo lo que es mujer joven trabajadora; ahí nos dedicamos a esa línea y en simultáneo fundamos la Juventud Trabajadora del Sector Público y aglutinamos a varios dirigentes juveniles sindicales.

En el 2015 organizamos un congreso de mujeres jóvenes trabajadoras y presentamos ante el ministro de Trabajo y la ministra de la Mujer, la propuesta de reglamento de la Ley Orgánica de Trabajadoras y Trabajadores en el capítulo que atendía todo lo que implicaba el derecho de las mujeres trabajadoras y comenzamos a vincularnos con la lucha por la lactancia materna y el reconcomiendo de la mujer trabajadora en su derecho a lactar.

Posteriormente empezamos a verle la cara a la misoginia, a ver el rostro de la dificultad que tiene una mujer que entra al mundo sindical para tratar de avanzar en el proceso de liderazgo. Hubo un ataque muy fuerte de factores que tienen el poder de controlar sindicatos siendo de la misma izquierda, de movimientos revolucionarios. Eso generó una cierta división, pues el ejercicio del poder en manos de una mujer no era aceptado por los hombres. Con todo y eso seguimos avanzando porque nos atrincheramos en la lucha juvenil y de ahí fuimos impulsando procesos hasta que llegó el momento de la Constituyente. Nos convocan y gané en la plancha uno. A mediados de ese año fui nombrada viceministra para la Educación y el Trabajo para la Liberación, espacio donde estuve dos años; fundamos la Escuela Nueva Cultura del Trabajo Hugo Chávez, donde nos tocó problematizar todo el concepto de trabajo en el seno del movimiento. Ese proceso lo dejamos en aulas virtuales, sacándole provecho a la pandemia y con ese contexto hicimos el primer seminario de teletrabajo.

En el 2020 nos llama el partido a ser candidata a la Asamblea Nacional como diputada. Pero antes de eso, en 2018, se da el IV Congreso del Partido. El Presidente nos convoca a ser miembro de la Dirección Nacional del PSUV, como directora política, y hasta la fecha hemos estado ahí, combinado con la tarea de la AN donde me nombraron (en el 2021) vicepresidenta de la Comisión de Desarrollo Social Integral y desde ese espacio impulsamos la segunda reforma de la Ley Orgánica sobre el Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia. Como miembro del Comando de Campaña Aristóbulo Istúriz dirigí todo el tema del Polo Patriótico, y desde el Consejo Electoral del PSUV, organizando todas las primarias, luego nos tocó la batalla de Barinas y cuando creía que podía descansar me llamaron a ser ministra y tengo un mes y medio acá. Nos tocó organizar la marcha y ahora el Congreso (del Psuv).

—Roberto: ¿Ustedes no se han dado cuenta de que una sola persona ocupa demasiados cargos?

—Posiblemente, por eso hay que crear equipo. A mí me preocupa porque se puede generar un agotamiento físico muy extremo… ¿y si no rindes? Pero es desafiante para poder crear uniformidad de criterios. Es una tarea asignada y la vamos a sacar, estamos resolviendo eso delegando responsabilidades con equipos de trabajo. A veces, cuando pones múltiples factores a dirigir una misma política, entran las contradicciones y retrasan los procesos.

—Nied: ¿Cuáles son los retos que tiene el Ministerio hoy en día?

—Ayudar a reconectar la agenda política con la base. Es necesario que hagamos una revisión para reconstruir agendas de lucha. Como siempre, hay varios temas que en los últimos años ha rondado el movimiento de mujeres: 1. La violencia como un problema del sistema de justicia, pero que no es la principal causa de muerte de las mujeres, sino el cáncer. Ese es el que estamos buscando atender, y 2. La salud sexual y reproductiva, que con el bloqueo se ha desencadenado la falta de anticonceptivos y eso disparó las infecciones de transmisión sexual (ITS), siendo la más común el VPH o virus del papiloma humano.

En la ley logramos incorporar la violencia política, la cibernética y obstétrica, se sumaron algunos conceptos. Yo insisto, podemos tener una ley pero si el sistema no hace que se cumpla no hacemos nada. Las defensoras comunales son parte del desafío, como esa transferencia de poder al pueblo, porque cuando una defensora comunal está preparada para ejercer, la institucionalidad la rechaza, no la reconoce y le pone límites. Igual que Parto Humanizado, cuando preparamos a miles de mujeres a que acompañen ese proceso de gestación y parto, de la puerta del hospital no pasa, porque la institución de salud no la reconoce. Entonces hay una resistencia en el proceso de empoderamiento del movimiento de mujeres populares. Ese es un desafío, educar a la institucionalidad para que el poder popular pueda empoderarse de sus procesos.

Lactancia Materna y Parto Humanizado son políticas ya existentes y –como en todo proceso de recibir una institución– tenemos que revisar lo que hay, desde el reconocimiento al esfuerzo que se venía haciendo. Porque además la situación económica sí ha afectado a las instituciones. Sin fuerza laboral no se puede sacar una institución adelante. Entonces el trabajador y la trabajadora que no tienen una remuneración justa no van a asistir al trabajo.

Actualmente tratamos de combinar la atención de los trabajadores, pues una viene de esa lucha, y de atender la necesidad real de las mujeres.

—Ruddy: ¿Cómo va la organización del Congreso de Mujeres?

—La convocatoria la hace el Presidente justamente después de la marcha. La orientación de su parte es a reflexionar acerca de la importancia de que la mujer ponga en el centro el debate acerca de lo que aspira, lo que sueña en el contexto de las 3R.Net, en esta época de transición al socialismo, cuando nosotras hablamos del socialismo feminista como un proyecto estratégico, como la estrategia de Chávez, inconclusa o por construir y materializar.

Queremos hacer un congreso que haga visibles a todos los sectores, todos los movimientos, todas las formas de organización, todos los espacios donde hemos hecho y hacemos vida. Incluso estamos invitando a las privadas de libertad, nos estamos atreviendo a invitar a mujeres de oposición, a todas y todos los que puedan sumarse a debatir, al hombre también, para que pensemos cómo va a contribuir a la igualdad de género. Nos imaginamos un congreso que mueva, de hecho ya se está moviendo, porque se activaron jornadas de debate. Una de las cosas que le digo al equipo es que yo no quiero crear agenda, sino que la agenda venga de abajo hacia arriba.

—Mercedes: ¿Cómo ve esa diversidad de feminismos? ¿Cómo la piensa atraer hacia el Ministerio?

—Entre los desafíos está eso, superar un poco la separación. Creo que una de las claves para integrar a todas y todos es escuchar para ver los puntos en que coincidimos, es el máximo desafío. Además de ayudar a reconstruir ciertas relaciones, porque pareciera que no estamos entendiendo la agenda feminista o que la agenda feminista no está entendiendo la agenda política o que la agenda política no entiende ni atiende la agenda social. Creo que el congreso va a servir para eso, para que todas nos veamos como mujeres más allá de la camisa, la bandera, el logo y el emblema. Porque ese tema de la identidad puede ser útil en algunos casos pero en otros puede ser no tan útil porque empiezas a chocar: “Yo entiendo más el feminismo que tú”, “yo estoy más clara que tú en la bandera de lucha”, eso es parte de la política.

Tiene bajo la manga planes por continuar y propuestas por ejecutar.

—Nied: ¿Cómo se piensa atender el tema del aborto en Venezuela?

—Yo creo que son pasos que da la misma sociedad, no solo la institucionalidad y el movimiento sino que la misma sociedad tiene que estar preparada para debatir y asumir el tema. Es verdad que en Venezuela las mujeres abortan y las que más lo sufren son quienes no pueden pagar una clínica para hacerlo con todas las condiciones dadas. Sabemos que no está legalizado, pero pasa. Es un hecho y cómo atender el hecho. Creo que lo que se espera escuchar de los representantes del Estado es la aprobación de una ley por el aborto; es un gran debate que yo siempre lo he dado con compañeras. Y es que no podemos dejar de mirar el aspecto cultural de nuestra sociedad, digo esto porque una de las cosas que a mí más me preocupa es que el aborto se convierta para la juventud en un método anticonceptivo, y ver cómo las redes están influenciando y marcan pauta otros factores del poder que inciden en otra manera de ver la vida. Ese es mi temor, porque yo no desconozco que los abortos ocurren y que hay que entender para atender, pero también son grandes desafíos culturales.

—Francis: En algún artículo leí que las jóvenes venezolanas eran las que lideraban el embarazo precoz en América Latina…

—Existe un plan que llamamos Prevención de Embarazo a Temprana Edad, que se impulsa entre el Ministerio de Educación, el Ministerio de la Mujer y otros entes, hasta el Ministerio de Salud, porque nos ocupa. Estamos empeñados desde hace rato en que los jóvenes deben ayudarnos a hacer proyectos de vida donde se puede ir orientando. La juventud es la más vulnerable, las niñas que salen embarazadas a partir de todo un sistema de descomposición alrededor, las adolescentes que se inician en el sexo sin saber qué es; por eso hablamos de derechos sexuales y reproductivos, para reconocer su cuerpo y para entender la sexualidad responsable.

—Roberto: ¿Así como hay un Ministerio para la Mujer, para que haya paridad no hace falta un Ministerio para el Hombre?

—Este es el ministerio de los hombres, María León es quien mejor lo explica. Nuestro propósito es lograr la igualdad de condiciones, se está planteando un debate en la Asamblea Nacional acerca de una ley de igualdad de oportunidades que fue una de las primeras leyes que dio paso a la creación del Instituto de la Mujer. Nosotros debemos, no solamente defender a la mujer cuando queda rezagada en todos los procesos sociales, sino también ayudar a construir una educación donde el hombre también entienda que somos iguales. Yo hice mía una frase de una compañera trabajadora petroquímica que decía que la diferencia entre el hombre y la mujer, siempre se ha dicho que es la fuerza y nosotras sabemos que es la fuerza de voluntad. Posiblemente nosotras tenemos más fuerza de voluntad que los hombres.

— Teresa: Diva, ¿De dónde viene tu nombre?

—Les cuento la versión de mi madre: Cuando estaba embarazada de mí trabajaba en el Museo de Arte Contemporáneo cuando era Sofía Ímber. Entre artistas y trabajadores que hacían vida ahí hicieron un concurso y ganó el nombre Diva. Mi nombre es Diva Ylayaly Guzmán León. Ese segundo nombre me cuenta que se lo sugirió Zapata: Ylayaly. Por ahí me dicen en forma de juego, “la diva que no es diva”. No hago honor a mi nombre porque no soy adornada. Y ríe.

Biografía Mínima

Diva Ylayaly Guzmán León es una joven que viene de la lucha estudiantil desde la Escuela de Trabajo Social en la UCV. Ahí fue que empezó a evidenciar la desigualdad social y a cuestionarse para pensar en justicia social. Nació en Caracas pero creció en La Guaira. Es divorciada y no tiene crías pero sí dos sobrinos que considera sus hijos. Actualmente asume tareas en la dirección nacional del Psuv y además es directora de MinMujer, BanMujer y asume desde febrero de 2022 la cartera del Ministerio del Poder Popular para la Mujer. La lucha sindical ha sido su principal bandera pero la igualdad de género la ha atravesado en su trayectoria política porque cuenta que es muy difícil ejercer liderazgo como mujer.

CIUDAD CCS / NIEDLINGER BRICEÑO PERDOMO / FOTOS: JAVIER CAMPOS
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