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El Presidente Nicolás Maduro explicó las líneas generales de la nueva fase del proceso de Diálogo Político y Social, que tiene marcados antecedentes, pero ésta vez, su signo distintivo es que será aquí, ahora mismo y entre todos.
Un salto cualitativo como el que queda explícito tiene su raíz en un hecho político concreto: el pueblo venezolano derrotó el plan de destrucción de la República, que se puso en marcha en 2019 desde Washington, al que se plegaron los traidores ahora hundidos en el fango del bandidaje, la corrupción y la ignominia.
La estrategia trazada por el Alto Mando de la Revolución fue clara: defendemos nuestra independencia, cueste lo que cueste, ni las amenazas de invasión militar, ni el criminal bloqueo financiero y comercial, ni la feroz campaña mediática en contra nuestra, horadaron la conciencia del pueblo. Nosotros no capitulamos ante imperialismo.
La ruta seguida fue la democrática, a punta de votos recuperamos la Asamblea Nacional, avanzamos en la reinstitucionalización de los poderes, hay un nuevo CNE, en pocas semanas habrá un nuevo Tribunal Supremo, la Revolución Judicial pica y se extiende, y la lucha contra la corrupción es un asunto de interés nacional, el diálogo tuvo su punto culminante en las elecciones regionales y municipales del 21 de noviembre del año pasado, en las que participaron todas las facciones de la oposición, y dieron como resultado un nuevo mapa político.
Una profunda y compleja reforma política está en marcha.
Es justo reconocer que la oposición constitucionalista transita el camino democrático, y no se deja chantajear por los neo-fascistas.
Están dadas las condiciones para avanzar del Diálogo hacia un Acuerdo Nacional, en el que unamos a todas las fuerzas contra el bloqueo y por la recuperación de nuestra economía.
También en el plano internacional estamos dispuestos a conversar con todos los gobiernos que reconozcan al Presidente Maduro, y a las instituciones de nuestra democracia protagónica y participativa.