23 DE ENERO.EMBLEMA DE TRAICIÓN Y ESPERANZA


Por: Javier Macadán y Johanna Rivero Frente Revolucionario Socialista para la Formación y Defensa del Sistema Educativo Bolivariano 


Enero de 1958, mes inolvidable, mes de la caída de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez y su huida del país. Luego de la celebración del año nuevo, los aviones de guerra surcaron los cielos caraqueños despertando a la población, los oficiales de la guarnición de Maracay tomaron la emisora de la ciudad; desde Catia dos unidades militares con sus tanques salieron de Caracas hasta Aragua para apoyar el levantamiento.

Los oficiales de Maracay y las unidades blindadas de Caracas al mando del Coronel Hugo Trejo emprendieron esta hazaña decididos a derrocar a Pérez Jiménez, sin embargo, no lograron alcanzar los objetivos planteados para ese momento, pero fueron la chispa que encendió la pradera en un contexto de creciente descontento popular y militar. 

La cruenta represión en manos de la Seguridad Nacional dirigida por el torturador Pedro Estrada, el inicio de la recesión económica por el descenso de los precios del petróleo, el rechazo y la desconfianza en la victoria abstencionista del plebiscito que aprobaba la reelección del gobierno de Pérez Jiménez para el período 1958–1963, el auge del movimiento estudiantil y popular organizado en el Frente Estudiantil- encabezado por José Rafael Núñez Tenorio, Mercedes “Chela” Vargas, Alfredo Maneiro, y Julio Escalona, entre otros- , la oposición de la iglesia desde periódicos y sermones –siendo emblemático el discurso de Monseñor Arias Blanco en mayo de 1957- , empiezan a generar las bases del movimiento popular que derrocaría a Pérez Jiménez. 

Seis meses antes del  1 de enero de 1958, es decir, en junio de 1957 los principales partidos de oposición (URD, PCV, AD, y COPEI) se agrupan en una organización clandestina denominada “La Junta Patriótica” – la cual estaba integrada por Fabricio Ojeda (URD), Guillermo García Ponce (PCV),  Alonzo Gamero y Silvestre Ortiz Bucarán (AD), y Enrique Aristeguieta Granco (COPEI), en alianza con miembros de la Fuerza Armada comandados por Hugo Trejo y Martín Parada -su propósito era unir la lucha anti-dictatorial; como táctica realizaban mítines relámpagos, huelgas generales, ingresaban contingentes de jóvenes en la Academia Militar, mientras avanzaban en la estrategia insurreccional.Ese primero de enero catalizó la insurrección y días después diversos sectores sociales, desde la unión cívico militar, se incorporaron a la lucha:    estudiantes, organizaciones políticas, y gremiales, sindicatos, profesores, médicos, ingenieros, abogados y grupos de diversos sectores sociales que se articulaban, suscribían manifiestos y se incrementaba progresivamente la movilización popular.

 En este escenario Pérez Jiménez mide sus fuerzas al interior de la Fuerza Armada, descubre que aún cuenta con apoyo dentro de sus filas pero que la disidencia es enorme sobre todo en la Academia Militar. Decide abandonar el país en la oscura madrugada del 23 de enero dando lugar a una mañana que se proyectaba en el horizonte como una nueva etapa, nadie imaginaria que sería la continuidad de los cuadros de Pérez Jiménez en el poder encarnados en la persona del Vicealmirante Wolfgang Larrazábal, quien fue el hombre de confianza de Pérez Jiménez el frente de la Fuerza Armada en los momentos críticos  y quien se encargó de colocar en la Junta de Gobierno a militares leales al dictador como Roberto Casanova y Abel Romero Villate, los cuales por presión popular fueron reemplazados por Eugenio Mendoza y Blas Lamberti,  empresarios que figuraban como contratistas de Pérez Jiménez a lo largo de su mandato, tampoco creerían que la burguesía antinacional    empujaría al pueblo venezolano al despeñadero del Pacto de Punto Fijo, pacto que buscaba frenar la fuerza del movimiento popular y colocar a Venezuela al servicio de los intereses imperialistas, sin duda, esto generaría posteriormente el estallido de la lucha armada en Venezuela. 

La historia del 23 de enero nos demuestra que sólo el pueblo salva al pueblo. 

Caracas, 23 de enero de 2022

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