Una flor roja para Chávez


Los guerrilleros de las FARC-EP, Segunda Marquetalia, rendimos hoy un homenaje de afecto al comandante presidente Hugo Chávez a 8 años de su partida, suceso doloroso que significó al mismo tiempo su nacimiento a la eternidad.

El legado más valioso que dejó Chávez a su paso fue traer de regreso el pensamiento de Bolívar al siglo XXI con su estrategia geopolítica basada en la unidad de los pueblos. Su sueño era conformar en Nuestra América una gran nación de repúblicas hermanas como garantía de independencia y libertad. «Unidos seremos fuertes y mereceremos respeto; divididos y aislados, pereceremos» –predicaba el Libertador-. Para Chávez y Bolívar la unidad es la fuerza y es la clave de la victoria. Ella es la potencia transformadora que ha de abrir las puertas del futuro hacia un mundo más humano, protector del medio ambiente, socialmente justo y democrático. La unidad bajo una sola bandera política es el elemento central del triunfo de la hermandad y la solidaridad sobre el egoísmo y la exclusión. El pensamiento de Bolívar en este asunto se resume en las siguientes palabras de una carta dirigida a José Antonio Páez: «Se me olvidó decir a usted que hemos pensado fundir juntos dos o tres mitades de los departamentos de Boyacá, Zulia y Barinas para que no haya más frontera de Venezuela ni de Nueva Granada, porque esta división es la que nos está matando y, por lo mismo, debemos destruirla».

Nunca olvidemos que la independencia del continente empezó su marcha victoriosa con la unidad de la Nueva Granada (Colombia) y Venezuela, las dos hermanas que, luchando juntas y sumando pueblos plantaron la bandera de la libertad en Boyacá, Carabobo, Pichincha y Ayacucho. Y es necesario tener en cuenta que hoy tendremos que romper, además, los grilletes coloniales que encadenan la mente y la confunden para extender sin resistencia la opresión neocolonial. Unidad, Unidad, Unidad, esa debe ser nuestra divisa.

Gracias Chávez por todo lo que hizo en dirección a la solución política del conflicto colombiano. Perdón por la actitud de un presidente obtuso como Andrés Pastrana que le negó la posibilidad de una conversación con el comandante de las FARC, Manuel Marulanda Vélez, en busca de un acuerdo humanitario que permitiera la liberación de los prisioneros políticos y de guerra en poder de las partes contendientes. Mas tarde el presidente Chávez propuso establecer en la frontera una franja binacional para ubicar allí a los prisioneros como manera de alivio a sus condiciones de cautiverio, pero el gobierno de Uribe que sucedió al de Pastrana, ni siquiera lo consideró.

El magnetismo de Chávez era tan fuerte que atraía pueblos como el imán del gitano Melquíades que recogió todos los objetos metálicos de Macondo. Cuando abrazaba a un niño o a una abuela, lo hacía con amor y no con hipocresía. Sabía escuchar a la gente y le buscaba siempre soluciones a sus problemas. Por eso el pueblo lo anidó en su corazón y le correspondió con amor. Fue el teniente coronel un sembrador de conciencias, como lo percibió Fidel en una tarde habanera.

Los guerrilleros de las FARC, querían y admiraban a Hugo Chávez, de verdad, y por eso buscaban, todos los domingos en la radio sus palabras como a un faro político en el programa Aló Presidente.

Una flor roja para Chávez. Paz en el Cuartel de la montaña, comandante.

FARC-EP

Segunda Marquetalia

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