Amor en Dolor Mayor


Julio Escalona

Este es un texto de Alí Primera, “un amigo entrañablemente fraterno, admirador de José Vicente Rangel.” A la vez, José Vicente respetaba y tenía afecto por Alí Primera. Usar esa frase para despedir a JVR tiene sentido.

Comencé a tratar personalmente a José Vicente en los años 60. Tiempo de lucha armada, clandestinidad, persecución, represión y amplia representatividad ante el pueblo. Fui dirigente estudiantil, presidente de la Federación de Centros Universitarios (FCU) de la Universidad Central de Venezuela, cuando ese cargo tenía una gran relevancia política. Internacionalmente, teníamos una firme y amplia aceptación y en Venezuela éramos reconocidos en todos los niveles.

A pesar de que teníamos una diferencia de más o menos 10 años de edad, José Vicente siempre nos trató con respeto y legítima relación entre iguales. Así fue siempre. Incluso, ese siempre fue su trato con la gente del pueblo. Me tocó acompañarlo en visitas a barrios, pueblos… y permanentemente su trato con la gente fue respetuoso, solidario, sin distancias clasistas. Por eso hoy, si algún dirigente político goza de amplio reconocimiento ante el pueblo, ese es José Vicente.

Incluso, estuve invitado a su programa en la TV, José Vicente Hoy, lo que fue una positiva experiencia para mí. Mi salud no me ha permitido estar presente en los distintos homenajes que se le han hecho. Pero he estado espiritualmente recibiendo la poderosa vibración del alma de José Vicente. Si ha llegado hasta mí es porque ella se ha extendido por los afectos de todo el pueblo, lo que no me extraña porque sin duda en su despedida él ha querido conectarse con la gente humilde de nuestro pueblo.

Esta despedida no será corta. Quedan muchos apegos, misticismos y encuentros espirituales. Muchos pétalos se han derramado y quedan muchas estelas de flores por donde José Vicente se va despidiendo. Esas estelas de flores van limpiando sus pecados, como compensación por todas las bondades que José Vicente desplegó y las miles de oraciones que se han hecho en su nombre rezando por los perdones de Dios y de las instancias superiores del universo.

José Vicente Rangel se despide, querido, amado y perdonado. ¡Honor y gloria para él! Que las bendiciones del cielo y de la tierra lo acompañen y lo ayuden a elevarse a niveles espirituales superiores.

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