La Habana, Sao Paulo, Caracas…


El pasado 28 de julio, concluyó la XXV sesión del Foro de Sao Paulo, quizás la más importante, por su contenido político y teórico y sus diversas expresiones: poesía, música… Plenamente ligada a la geopolítica de hoy cuando Trump amenaza gravemente a la humanidad y el planeta.

El racismo, el odio, la promoción del consumo de drogas, la amenaza del armamentismo, unidos al renacimiento del fascismo, con la proliferación de las más aberrantes formas de tortura, asociadas a la “ciencia” o el enjaulamiento y tortura de niños.

Cambio climático, destrucción de la diversidad biológica, crecimiento de la desertificación, no sólo del planeta, sino del alma humana. La comprensión pasa también por la elevación espiritual de los que nos decimos revolucionarios y la comprensión de que lo material es materialización de lo espiritual. Los que son gobierno, no pueden comportarse como burócratas corruptos, imprescindibles para facilitar que el capital público se transfiera al capital privado.

Algunos siguen a Milton Friedman, difusor del neoliberalismo, un criminal de guerra. Mediante el estado de schok, es decir, una población que hambrienta, desesperada, sin confianza en el futuro, manipulada psicológica y mediáticamente, pueda ser sometida. Es famosa su expresión: en estado de schok, lo políticamente imposible se hace políticamente inevitable.

El Foro de Sao Paulo significó un gran salto para unir a lo mejor de la humanidad contra el gran capital. Con La Habana, Sao Paulo, Caracas, el vigoroso ejemplo de Bolivia, la suma de Nicaragua, Sudáfrica, México, Siria, Rusia, China, otros países de África, Asia y Europa, se puede estar formando un gran núcleo antiimperialista, y la relación de fuerzas del mundo podría estar entrando en otro momento. Maduro ha sido un relevante actor.

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