NO, ESTO NO SE ARREGLA CON REZOS -J.M. RODRIGUEZ


por elelefantebocarriba

Era el último jueves de noviembre, trataba de escribir sobre una nueva unidad de opuestos: la subida de precios y el desarrollo de la conciencia. Había releído, antes de tal majadería, un viejo artículo de Cabrujas, donde afirmaba que Venezuela era un campamento que se transformó en hotel y el Estado venezolano una gerencia en permanente fracaso a la hora de garantizar el confort de los huéspedes… La Constitución (se refería a la vieja) es parte de ese fracaso, no refleja lo que somos, pero tampoco como lograr lo que aspiramos… Y seguro será también majadero decir que tampoco la nueva.

Estaba describiendo la gravedad de que la revolución no tuviera un plan sostenido, disciplinado y eficaz de desarrollo de la conciencia, cuando apareció el caballo galopante con el que el presidente Maduro llama a encadenarse. Iba a explicarnos los factores de corrección que él había elaborado para otro plan, el de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad presentado el 20 de agosto.

Que nos dijera, de arranque, que el valor del Petro pasaba de 3.600 a 9.000 Soberanos, dejó reducida a una nimiedad la afirmación de que en los primeros cien días tal Plan había dado resultado. Ese brinco significa un alza en el tipo de cambio de casi 150%. No decirlo es vernos como unos tontos con capirote. Y de paso se mandó al diablo la relación del Petro con las reservas del subsuelo. La cosa se puso más indescifrable cuando nos advirtió: no podemos hacer público lo que vamos a hacer porque viene el imperialismo y la burguesía y nos los tirotea…

A partir de ahí, la cadena presidencial se convirtió en esa bolsa que San Nicolás siempre arrastra por los techos nevados de las casas. Y así nos lo dijo: Yo me inventé un regalo en diciembre… y tendremos algunos otros regalitos en los CLAP… Y nos bajará todo eso por las chimeneas. De la conciencia nada, ni sobre el trabajo, menos aún sobre la producción, que es lo único que frenaría la locura alcista. Lo que si habrá son nuevos “precios acordados”, pues lo otros se nos fueron de la mano. Y me acordé del camarada Mao: a una temperatura adecuada, un huevo se transforma en pollo, pero ninguna temperatura puede transformar en pollo a una piedra…

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