¡BIENVENIDO, DIOSDADO: LA CALLE TE ESPERA – KLORIAMEL YEPEZ OLIVEROS


por elelefantebocarriba

 â€œSueño con serpientes, con serpientes de mar Con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo. Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan lo que puedan arrebatarle al amor”

Silvio Rodríguez

A mazo limpio vamos a entrompar este segundo tiempo, vamos a darnos con todo para construir nuestro socialismo chavista, bolivariano, proletario. Porque es con los trabajadores con quienes se fragua la emancipación social, la liberación definitiva de la explotación burguesa, sí, aunque te suene a panfleto dogmatizante, no te alarmes, pero resulta que el único “sujeto histórico” desde que el capitalismo globalizó el mundo y sus alrededores (en la Luna están las huellas de la planta insolente del imperialismo yanki); es la clase obrera, por ser ella con quien se atraganta esa serpiente sin piedad que engulle todo lo producido por el trabajo sin valor social, el trabajo plusválico, el trabajo ajeno robado por el patrón. La burguesía se traga en cuerpo y alma, día por día, a cientos de millones de seres humanos, hombres, mujeres y niños, empobrecidos por la usurera Banca privada, por los comerciantes de toda ralea, por los narcoempresarios, por las iglesias de cualquier mitología religiosa: pongamos como ejemplo al criminal Estado de Israel con su cuento de David y Goliat, los Caínes del pueblo palestino. Fuerza Diosdado, tú quieres y puedes, nosotros también, edificar nuestra Revolución pacífica pero armada, como quisimos y lo logramos junto a Chávez. Continuemos Diosdado, a mazo limpio, esta monumental tarea de escribir nuestra historia al mismo tiempo que la forjamos en unidad, lucha, batalla y victoria socialista. Vamos Diosdado, a reimprimirle a la Asamblea Constituyente su compromiso originario, su compromiso transformador, vamos a continuar su compromiso refundador instituido en la Constitución de 1999, vamos a ratificar su compromiso revolucionario con la calle alegre y el pueblo bravío, tú quieres y puedes, nosotros también. Vamos Diosdado, mandemos al carajo a la FIFA y otras mafias mundialistas, hagamos un breve ejercicio lúdico en medio de tanta adversidad planetaria, saludemos a la Rusia de Lenin y Mayakovsky, y de Putin ¿por qué no?, si él está enfrentado con coraje estas horas de pérfida conjura bélica USA. Digamos que pasamos a un segundo tiempo Constituyente, porque ya jugamos el primero y no mostramos mucha garra ofensiva, nos conformamos con una tibia defensiva de pases cortos, técnicamente saludables para no lesionar a ningún jugador, sin chutes decisivos, con mucha cautela, sin espíritu de goles, mientras el enemigo nos ladró, nos mordió el balón, el sosiego y la estabilidad, además de robarnos la comida, el transporte, la salud, el papel moneda, los límites de la cancha. El enemigo se burló de nuestro juego en el primer tiempo y la calle empezó a molestarse, a no entender, a quejarse de nuestro entrenador elegido el 20 de mayo, a confundirse con tanta inacción, con la evidente ausencia de estrategia y carencia de táctica, con la flojera de piernas del seleccionado al cual le otorgamos facultades plenipotenciarias, supraconstitucionales, para ganar el juego desde los primeros minutos del primer tiempo. Entonces la hinchada empezó a sentirse frustrada en ese larguísimo primer tiempo, pero no se impacientó porque nuestra hinchada, peseuvista o no, está disciplinada con amor, por eso es perseverante y sabe resistir, no cree en “guerras de perros”, no reconoce violencias intestinas, por eso derrotó aquel golpe de abril, a los fascistas y al terrorismo guarimbero. Nuestra hinchada reitera que su Revolución es pacífica, y que cuando se arma es porque un revolucionario está al frente, como siempre estuvo, y estará, nuestro Comandante Hugo Chávez. Aunque el enemigo no sabe jugar fútbol porque no tiene con qué: carece de técnica, de ética, de músculo, de arte, de gallardía, de inteligencia, de coordinación, de destreza, de fibra colectiva solidaria, y nomás juega a la figuración personalísima, al yoísmo mediático, se ha sabido infiltrar entre las rendijas que le hemos venido dejando a la mezquindad consumista de mercado. Y en ese primer tiempo intentó lucrarse con nuestras faltas no intencionadas pero garrafales, como aquella arrogante afirmación de que la democracia en la República Bolivariana de Venezuela, además de participativa y protagónica, también es representativa: una patada de burro, una patada de autogol, una afrenta a Hugo Chávez cuando enfrentó a sesudos diplomáticos de carrera durante una de esas cumbres cuyos exclusivos fines eran, sumir los pueblos en los abismos. Una de esas tantas veces que la voz del El Veguero de todos los caminos, alertó la conciencia de los trabajadores y trabajadoras de este planeta. El enemigo que no tiene ni tendrá Maradonas en su selección y por eso caimanea a punta de zancadillas, propiciados fuera de lugar, y autogoles, no pasó, y jamás pasará de ese primer tiempo, hasta aquí los trajo el río, en este segundo tiempo se quedan sin el pan de piquito, con Diosdado en la Constituyente Chávez volvió, volvió, volvió, para quedarse, para con su genialidad estratégica y su sagacidad táctica, derrotar la burocracia generadora de todas las corrupciones imaginadas, porque corrupto no solo es quien roba, la corrupción del alma también existe, es la serpiente que se destruye cuando se plantea en un verso una verdad. Vamos Diosdado, la Patria es el pueblo y el pueblo está en la calle.

Sueño con serpientes, con serpientes de mar,

Con cierto mar,

ay, de serpientes sueño yo.

Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan

Lo que puedan arrebatarle al amor.

Oh, la mato y aparece una mayor.

Oh, con mucho más infierno en digestión.

No quepo en su boca, me trata de tragar

Pero se atora con un trébol de mi sien.

Creo que está loca; le doy de masticar

Una paloma y la enveneno de mi bien.

Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago

Paseo, voy pensando en qué vendrá.

Pero se destruye cuando llego a su estómago

Y planteo con un verso una verdad.

elelefantebocarriba | 21 junio, 2018 en 8:01 pm | Categorías: AutoresKloriamel Yépez | URL: https://wp.me/p8yy92-Ny
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