De cumbre en cumbre


Por: Eleazar Díaz Rangel 

Algunos de ustedes deben recordar que hace más de 20 años los reyes de España convocaron y reunieron en Madrid la primera Cumbre Iberoamericana, que buscaba fortalecer las relaciones del Reino de España con los países iberoamericanos. Iniciativa que despertó ”los celos” en Washington, pues no recuerdo si fue Reagan o el primer Bush, quien decidió celebrar la primera Cumbre de las Américas. Por la notoria influencia de EEUU sobre los gobiernos de los países latinoamericanos, esta nueva Cumbre fue desplazando a la Iberoamericana; cada vez eran menos los países asistentes. La VI fue una de las últimas, celebrada en Chile en 1996, para examinar la “Gobernabilidad para una democracia eficiente y participativa”.

De manera que la Cumbre de las Américas quedó como heredera de la Conferencia Interamericana, también dominada por EEUU desde comienzos de siglo XX.

Sus resoluciones no tenían trascendencia; ni las invasiones a República Dominicana y, años después, a Panamá, por ejemplo, generaron ninguna opinión. Imposible suponer una discrepancia con Washington.

Pero la rebelión llegó en 2015. América Latina había cambiado con Chávez, Lula, los Kirchner, Evo y Correa. Se le planteó a Panamá, sede de la próxima Cumbre, que si no invitaba a Cuba no asistiría la mayoría de los países. La Cumbre de Panamá fue algo excepcional. Cuba presente, y se condenó por unanimidad (EEUU se abstuvo) el decreto de Obama que considera a Venezuela amenaza a la seguridad de EEUU.

II

Lima es otra cosa. Ha habido un retroceso en la región. Está dominada por gobiernos de derecha que consideran a Venezuela una dictadura y han contribuido a crear un ambiente hostil si el presidente Nicolás Maduro asiste a la reunión. Lograron, finalmente, que la Cancillería revocara la invitación que le cursó la Presidencia. Nunca había ocurrido nada parecido. Antes, como ya referí, no invitaban a Cuba. Ahora apelaron a la decisión de una reunión previa con el pretexto de que ¡en Venezuela se había violado el orden constitucional!, dice la carta de la Cancillería.

Por supuesto, Maduro no estará en Lima. Cuando escribo no conozco su respuesta. Supongo que estaría en consulta. Además de 12 o 13 países de la Caricom, es importante conocer las posiciones de Cuba, Nicaragua, El Salvador, Bolivia y, posiblemente, de República Dominicana, Surinam y Ecuador. Como ven, es un número importante de países. ¿Qué pueden decidir? Protestar en diversos tonos durante la reunión y, en caso extremo, no asistir.

En conclusión, que tanto la presencia del presidente Maduro en la Cumbre de Lima, como su ausencia, serán factores de desajustes y hasta de su fracaso.

Breves.

El señor Presidente podría pedir al eficiente equipo que investigó las diferencias de precios entre diciembre y enero, cuyos resultados parciales nos hizo conocer, que ese mismo equipo investigara cuántos de esos productos bajaron sus precios, cuántos siguen cobrando lo mismo, o más, y si ha habido algunas sanciones. Y hablando de investigaciones, ¿cómo es posible que no se hubiese tenido noticia del robo de UN MILLÓN de Claps, hasta que el presidente Maduro lo denunció? Y, a propósito, siendo tan cuantioso, cómo es posible que no se sepa quiénes son los culpables. Y si lo saben, ¿por qué no lo dicen?

El ministro, G/J Padrino López, en una densa intervención con motivo del aniversario de la Guardia de Honor Presidencial, habló sobre la situación del país y de las relaciones de Estados Unidos con Venezuela; dijo: “Leo mucho a Bolívar, y cuanto más lo leo me doy cuenta de que menos lo conozco”.

La campaña y el cerco contra Lula para tratar de impedir que sea candidato presidencial comienza a deshacerse. Ya la empresa Odebrecht reconoció que adulteró documentos que entregó a los tribunales para inculpar a Lula. Pero la única agencia que transmitió esa noticia fue la cubana Prensa Latina. ¡Para la AP, Reuters, AFP y EFE no era noticia!

¿Cómo se entiende que un documento de la Presidencia de Perú fechado en noviembre llegara a Miraflores en febrero? Era contentivo de la invitación formal al presidente Maduro para asistir a la Cumbre de abril en Lima. Nada menos.

El magistrado José Luis Ibarra, en su discurso de instalación del año judicial en el Tribunal Supremo de Justicia, se equivocó cuando afirmó que los partidos principales del 23 de enero habían firmado el pacto de Punto Fijo. Ocurre que para la época eran cuatro los partidos y el PCV no solo no lo firmó, sino que fue deliberadamente excluido.

La revista “Punto Final”, de Chile, después de más de 30 años de circulación, dejará de hacerlo debido a ”una crisis financiera que no hemos podido solucionar”. Era una voz por Venezuela en ese país, por lo que su desaparición debemos lamentarla por partida doble.

Lo escribí la semana pasada, pero voy a repetirlo. Como quiera que esos sabotajes al sistema eléctrico deben verse como parte de la campaña de Washington contra Venezuela, esa línea de acción no cesará durante todo el proceso electoral, y por el contrario, puede acentuarse. Es parte de una agresiva política contra el gobierno de Maduro.
De todas maneras, todo lo que quiera saber de nuestra política exterior, léalo mañana en la entrevista exclusiva de Magdalena Rodríguez al canciller Arreaza.

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