Preguntas de la prensa nacional y extranjera y respuestas de ambos Presidentes, en el teatro del Palacio de la Revolución, el 21 de marzo de 2016, “Año 58 de la Revolución”.


Luego de la reunión entre los presidentes Raúl Castro y Barack Obama se organizó en el Palacio de la Revolución una breve sesión de preguntas y respuestas, donde varios periodistas tomaron la palabra

Juventud Rebelde
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22 de Marzo del 2016 4:54:06 CDT

(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)

Moderador.- Pasamos ahora a una breve sesión de preguntas y respuestas.  Ruego a los periodistas hacer uso de los micrófonos ubicados en la sala.

Una primera pregunta al presidente Barack Obama.

La primera pregunta para Jim Acosta.

Jim Acosta (CNN).-  Gracias al presidente Castro por su hospitalidad en La Habana.

Muchas gracias.

Señor Presidente, en su reunión con el presidente Castro, ¿qué palabras utilizó para instarle para que busque reformas democráticas y ampliar los derechos humanos en Cuba? ¿Invitará al presidente Castro a la Casa Blanca? Yo sé que ha ido a la ciudad de Nueva York. ¿Por qué no se reunió con Fidel Castro?

Presidente Castro: Mi padre es cubano y se fue a Estados Unidos cuando era muy joven. ¿Ve una dirección nueva y democrática para su país? ¿Por qué tiene prisioneros políticos cubanos y por qué no los suelta? Y, por favor, una pregunta más: ¿A quién prefiere, a Hillary Clinton o a Donald Trump? (Risas).  Gracias.

Barack Obama.- Ambos significamos que tuvimos una conversación muy franca en asuntos de democracia y derechos humanos. El punto de arranque es que tenemos dos sistemas distintos de gobierno, dos economías distintas y tenemos décadas de diferencias profundas, tanto a nivel bilateral como a nivel internacional. Lo que le dije al presidente Castro es que estamos avanzando, no estamos viendo hacia atrás.  No vemos a Cuba como una amenaza para Estados Unidos, y espero que mi visita indique en realidad que estamos escribiendo un nuevo capítulo en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Pero, como es la verdad, en los países del mundo entero donde tenemos relaciones que han sido normalizadas, seguiremos defendiendo los principios básicos en los cuales nosotros creemos.

Estados Unidos cree en la democracia, creemos en la libertad de expresión, de congregación y de culto, que no son simplemente valores estadounidenses, sino que son valores universales, quizás su expresión no sea igual en todos los países, quizás no estén consagrados en los documentos básicos y de la protección legal, pero el impulso, el impulso humano hacia la libertad, la libertad que José Martí bien mencionó, y eso es un deseo universal.

El Presidente Castro yo creo que ha señalado que según él, asegurándose de que todos reciban una educación y salud que sean decentes. También seguridad para las personas mayores, esos son también derechos humanos y yo personalmente no estoy en desacuerdo con él; pero no nos distrae de las otras inquietudes que tenemos en la mesa, y el objetivo del diálogo de derechos humanos no es que Estados Unidos le dicte a Cuba cómo deben gobernarse, sino asegurarse de que tenemos una conversación que sea franca, que sea honesta sobre este tema, y que podamos poder aprender los unos de los otros, no quiere decir que tiene que ser el único tema a debatir, podemos hablar de la economía, de la salud, intercambios científicos, cooperación internacional en asuntos de importancia regional e internacional, todo eso es importante, y eso es algo que nosotros vamos a seguir por el mismo camino.

En realidad, me gustó el comentario del Presidente Castro cuando ve que hay ciertas cosas que se tienen que  mejorar. No debemos ser inmunes ni tener miedo a la crítica y a cualquier debate que sea constructivo.

Lo que yo sí sé es cuando hablo con los cubano-americanos de segunda generación. Creo que estoy hablando no directamente, estoy contestándote a ti, pero estoy hablando para muchos con quienes he hablado en todo Estados Unidos. Hay una gran esperanza, pienso yo, de que puede haber una reconciliación, que el puente que mencionó el Presidente Castro se puede tender y construir entre cubano-americanos y los cubanos aquí en la isla, los nexos familiares, los nexos culturales que son tan fuertes. Pienso que todos se beneficiarían de que se restablezcan nuevamente estos nexos.

Uno de los impedimentos para fortalecer esos nexos son los desacuerdos que tenemos sobre derechos humanos y democracia y hasta el punto que podamos tener un buen debate sobre eso, una buena conversación para poder avanzar en realidad. Pienso, entonces, que eso nos va a permitir el florecer pleno de nuestra relación y que sea posible y si no llegara a pasar, va a ser básicamente un elemento irritante muy fuerte, si no podemos concretar, y eso no es solamente para Estados Unidos y Cuba, como ustedes bien saben, tengo conversaciones cuando vamos a reuniones bilaterales con aliados, con quienes tenemos nexos muy estrechos, así como otros países donde no somos tan cercanos; pero me parece que esto es algo que en realidad es importante.

Yo me he reunido con personas que han sido sujetos de tensiones arbitrarias, y yo tengo que hablar sobre eso, porque me hablan directamente, y yo sé lo que significa eso para ellos.

Discúlpeme.

Raúl Castro.- ¿Ya? (Risas.)

Estaba preguntando si se dirigió a mí, porque las primeras palabras no las entendí, me pareció oír que habló de presos políticos.

Periodista.- La segunda pregunta era para usted.

Raúl Castro.- ¿A quién a él o a mí?

Periodista.- Para usted, señor Presidente Castro.

Raúl Castro.- ¿Qué dijo de los presos políticos? ¿Qué pregunta concreta hizo de los presos políticos?

¿Si hay presos políticos? ¿Preguntó si hay presos políticos?

Periodista.- ¿Si su país tiene prisioneros políticos cubanos y por qué no los suelta?

Raúl Castro.- Está bien, es la única que te voy a permitir. Dame la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos. Menciónala ahora. ¿Qué preso político, dime el nombre, o los nombres?, o cuando concluya la reunión me da una lista con los presos, y si hay esos presos políticos, antes de que llegue la noche van a estar sueltos. Ya. Otra pregunta.

Periodista.- Donald Trump o Hillary Clinton, …, Castro.

Raúl Castro.- Yo todavía no puedo votar en Estados Unidos (Risas).

Moderador.- Una pregunta al Presidente Raúl, Boris.

Boris Fuentes (Televisión Cubana).-  Presidente Raúl Castro, usted ha dicho en reiteradas ocasiones y hoy lo ha repetido una vez más aquí: Debemos aprender a convivir civilizadamente con nuestras diferencias. ¿Podría usted ampliarnos ese concepto, en este momento histórico que está viviendo Cuba?

También, de paso, una pregunta pequeña para el Presidente Barack Obama. Presidente Obama, ¿podría el gobierno de Estados Unidos dar mayores pasos para eliminar el bloqueo de Estados Unidos durante su gobierno, y no tendría que vivir una generación más de cubanos bajo este bloqueo económico y financiero contra Cuba?

Raúl Castro.- Repite tu pregunta que no pude oír bien.

Boris Fuente.- Usted ha dicho en reiteradas ocasiones, hoy lo ha repetido otra vez:  debemos aprender a convivir civilizadamente con nuestras diferencias.

Raúl Castro.- Bien, el propio Presidente Obama se ha estado refiriendo a eso. Hemos dado los primeros pasos, bastantes para ser los primeros, y debemos continuar dando esos pasos, y estoy seguro de que lograremos convivir pacíficamente en un ambiente de colaboración mutua, como ya lo estamos haciendo en algunos aspectos, en beneficio de ambos países, en beneficio de otros países, como ya lo hemos hecho, modestamente, en Haití, cuando el cólera, y en África, con el ébola, como él se refirió, y que ese es el futuro de la humanidad, si queremos salvar la especie, aunque el agua siga creciendo y la isla se reduzca.

Muchas preguntas para mí. Yo creo que las preguntas hay que hacérselas al Presidente Obama.  Ahí está el regulador.

Barack Obama.- A nivel administrativo, ya hemos hecho varias modificaciones sobre el embargo y me referí a varias en mis palabras de apertura, y hemos sido bastante agresivos para poder tener la mayor flexibilidad, dado que la Ley de este embargo, no ha sido eliminada por el Congreso, quizás hay aspectos técnicos del embargo que se pueden ajustar, dependiendo de los problemas, a medida que los mismos van surgiendo. Por ejemplo, el asunto que tiene que ver con el dólar estadounidense, y la necesidad de hacer modificaciones sobre cómo se implementó el embargo, para poder alentar, en lugar de disuadir reformas que el gobierno cubano está dispuesto a efectuar, para facilitar mayor comercio es algo que surge del diálogo entre nuestras dos naciones, y hemos hecho los ajustes apropiados.

Por supuesto que tardará un tiempo para que los bancos comerciales entiendan las nuevas reglas; pero pensamos que esta es un área donde podemos mejorar las circunstancias presentes. Pero quiero ser honesto con ustedes:  la lista de asuntos que podemos hacer en el nivel administrativo cada día es más corta, y el volumen de los cambios necesarios con respecto al embargo van a depender ahora de los cambios que vaya a hacer el Congreso. He hablado claramente sobre el interés de que eso se haga antes de que yo termine mi mandato.

Francamente el Congreso no ha sido tan productivo como yo he deseado durante años de elección presidencial. Pero el hecho de que tenemos una gran representación de congresistas demócratas y republicanos, demuestra que hay mayor interés en el Congreso para eliminar el embargo. Como dije anteriormente, la rapidez con que ello suceda, en parte va a depender de que podamos solventar ciertas diferencias sobre asuntos relacionados con derechos humanos, y por eso es tan importante el diálogo, porque envía la señal, por lo menos enseña que estamos participando los dos países en estos asuntos, estamos trabajando.

Le prometí al Presidente que iba a aceptar una pregunta más. Le doy la palabra a Andrea Mitchell de NBC.

Andrea Mitchell (NBC).- Gracias, señor Presidente.

¿Después de sus reuniones de hoy piensa usted que han avanzado suficiente para poder acelerar el ritmo y que el gobierno cubano pueda moverse con celeridad, de manera que los cambios que usted ha efectuado, estos ajustes técnicos para el embargo, sean permanentes y no puedan ser revertidos por el próximo Presidente?

¿Qué consejos le ha dado el presidente Castro sobre la capacidad de permitir que se levante el embargo? Porque nuevamente él dijo que esto es un asunto que está aquí, básicamente que está obstaculizando el progreso. Usted dijo que la conversación era de derechos humanos y que había sido honesta, que había sido franca, y que usted quiere seguir avanzando, pero cuando usted llegó hubo unos arrestos bastante dramáticos de las Damas de Blanco, en una manifestación pacífica, ¿cuál es la señal que se envía? ¿Se puede tener una coexistencia civilizada y al mismo tiempo tenemos estos desacuerdos tan profundos sobre las propias definiciones de lo que significan los derechos humanos?

Y ahora para el presidente Castro.

Para muchos de nosotros es increíble escucharle hablar sobre todos estos temas. ¿Nos podría decir, Presidente, lo que usted ve en el futuro? Le quedan nueve meses de gobierno al presidente Obama, y usted dice que se retirará en 2018, ¿cuál es el futuro de nuestras naciones, dadas las distintas definiciones y las distintas interpretaciones en asuntos como democracia y derechos humanos?

Barak Obama.- Andrea, el embargo concluirá, ¿cuándo?, no estoy totalmente seguro, pero pienso que concluirá, y el camino que estamos recorriendo seguirá después de que yo termine mi gobierno, la razón es lógica; la razón es que lo que hicimos por medio siglo, no fue bueno ni para nuestros intereses ni para el pueblo cubano. Y cuando hablamos sobre normalización de relaciones, si seguimos haciendo algo y lo repetimos y lo repetimos por medio siglo y no funciona, quizás sería lógico y tendría sentido probar algo nuevo, y eso es lo que hemos hecho.

Y el hecho de que hay un apoyo con fuerzas, no solamente dentro del Congreso y no solamente en el pueblo estadounidense, sino también en los cubanos, ello nos indica que este es un proceso que debe y tiene que seguir. Habiendo dicho eso, levantar el embargo requiere los votos de una mayoría en el Congreso y quizás más de una mayoría en el Senado.

Como le indiqué al presidente Castro, hay dos cosas que pienso serán de utilidad para poder acelerar este ritmo, que pueda hacer concluir este embargo:  En primer lugar, siempre que podamos aprovechar los cambios existentes que ya hemos logrado y vemos que hay progreso, ello va a permitir entonces validar este cambio en políticas. Les doy un ejemplo: Hemos dicho, por ejemplo, que ya no tenemos una restricción para que las empresas estadounidenses puedan básicamente invertir para ayudar a desarrollar Internet y hacer todo lo que es infraestructura de banda ancha en Cuba, ya no está en contra de la legislación de Estados Unidos, como ha sido interpretado por mi gobierno. Si siguen ocurriendo ese tipo de tratos comerciales y los cubanos se benefician con mayor acceso a Internet, y cuando vaya esta tarde a la reunión de los emprendedores, entiendo que vamos a conocer cubanos jóvenes que ya están aprendiendo a utilizar Internet y empezar a hacer empresas y eso desarrolla un grupo de personas que van a abogar para que se elimine el embargo.

También estamos viendo el trabajo que realizamos en la agricultura. Y uno empieza a ver más agricultores estadounidenses interactuando con sus homólogos cubanos, y también más exportaciones e importaciones, y eso en realidad va generando más… y aumenta la posibilidad de concluir con el embargo. Entonces tenemos que aprovechar lo que hemos hecho y esperamos que eso pueda ayudar.

También tenemos que hablar sobre derechos humanos, puesto que hay una inquietud dentro de Cuba. Ahora, tengan presente que tengo muchísimos desacuerdos con los chinos con respecto a derechos humanos. Viajaré a Viet Nam más tarde en el año y tengo también francos y profundos desacuerdos con ellos.

Cuando nosotros visitamos Birmania cuestionaron nuestro viaje a ese lugar, debido a las violaciones de vieja data de derechos humanos, según nuestra opinión, y mi enfoque ha sido que si participo de manera franca, declarando nuestros valores con firmeza y con la claridad meridiana de que no podemos imponerle cambio a ningún país, porque tiene que venir de adentro, esa va a ser una estrategia mucho más útil que los desacuerdos rígidos del último medio siglo.

En realidad lo que quiero decir es que tengo fe en el pueblo, pienso que si uno conoce a los cubanos aquí y los cubanos conocen a los americanos allá y se reúnen, interactúan haciendo negocios juntos, yendo a las escuelas juntos, aprendiendo los unos de los otros, reconocerán que los seres humanos somos seres humanos.  Entonces en ese contexto pienso que el cambio ocurrirá.

Me parece que Andrea tenía una pregunta para usted, señor Presidente, sobre su visión.

El Presidente dijo que solamente iba a responder una pregunta, mientras que yo iba a responder dos. Pero, señor Presidente, lo dejo a usted si quiere contestar esa pregunta.

Andrea es una de nuestras periodistas más distinguidas, y yo estoy seguro de que apreciaría un breve comentario de usted, señor Presidente.

Raúl Castro.- Andrea, cómo no.

El otro día le hizo una pregunta al Canciller nuestro, Andrea. Le están preguntando a usted, pero tenemos que concluir, hay un programa. Yo sé que si me quedo aquí hacen 500 preguntas, y yo dije que iba a contestar una, voy a contestar una y media.

Ya el Presidente Obama me ayudó con la respuesta.

¿Andrea es usted?  Bien, Andrea, yo leí algo aquí de lo que pienso de los derechos humanos; pero ahora soy yo el que le voy a hacer una pregunta a usted.

En las instituciones ya reconocido hay 61 instrumentos internacionales, etcétera, ¿cuántos países, Andrea, del mundo cumplen los 61 derechos humanos y civiles esos señalados ahí, en su conjunto? ¿Qué país los cumple todos, lo sabe usted? Yo sí. Ninguno. Ninguno, unos cumplen unos, otros cumplen otros, y entre esos, estamos nosotros. De esos mencionados, 61 son, Cuba cumple 47, habrá otros que cumplan más, y muchos que cumplen menos. No se puede politizar el tema de los derechos humanos, eso no es correcto. Si se persigue con esos fines, vamos a seguir con los mismos.

Por ejemplo, para Cuba, que no los cumple todos, el derecho a la salud.  Usted quiere algo, un derecho más sagrado que el derecho a la salud, que no se mueran millones y millones de niños por falta de una simple vacuna, por cualquier medicina.

Por ejemplo, ¿usted está de acuerdo con el derecho a la enseñanza gratuita para todos los nacidos en cualquier país? Creo que hay muchos países que no consideran eso un derecho humano, en Cuba, empezando que todos los niños nacen en hospitales y ese mismo primer día son inscritos, porque cuando las madres están en un estado avanzado de su embarazo se le conduce a los hospitales muchos días antes, o en algunas casas o locales adjuntos, muchos días antes del parto, para que todos nazcan en hospitales, no importa en qué elevada montaña viva, ni sus condiciones económicas.

Tenemos también otros muchos derechos:  derecho a la salud, derecho a la enseñanza. Usted considera, por ejemplo, y es el último ejemplo que le voy a exponer.

¿Usted cree que por un trabajo igual un hombre gane más que una mujer, solo por ser mujer?  Bueno, pues en Cuba la mujer gana igual que el hombre si hace igual trabajo. Le puedo enumerar decenas y cientos. Es decir que no se puede estar utilizando ese argumento, pienso yo, en la confrontación política, porque no es justo, no es correcto. No quiero decir que no es honesto, eso forma parte de las confrontaciones. Vamos a trabajar para que todos podamos cumplir todos los derechos humanos, eso es así.

Igual que hablar de presos —voy a terminar, porque fue un compromiso de terminar puntual. No es correcto preguntarnos por presos políticos, díganme el nombre del preso político, y ya.

Moderador.- Hemos concluido.

Muchas gracias a todos por la participación.

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