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El 25 de febrero de 1778, en Yapeyú, una ex misión jesuítica situada a orillas del río Uruguay en la Gobernación de las Misiones Guaraníes del Virreinato del Río de la Plata, en la actual Provincia de Corrientes, Argentina, nació, José de San Martín, considerado el Libertador del Sur, padre fundador de la república Argentina, cuya lucha y acciones fueron decisivas para la expulsión total del ejército español y completar la libertad del continente Americano.
Sus padres, españoles, no pertenecen a la nobleza como lo indica la Historia Oficial argentina; y tienen que regresar a España por la imposibilidad de avanzar económicamente en el sur de América.Ya en Málaga, José Francisco estudia en escuela pública (la historiografía oligárquica señala que estudió en la Escuela de Nobles).
A los 13 años de edad se incorpora en el ejército y combatirá, bajo el uniforme real, contra moros, ingleses, portugueses y franceses. Se destacará en la batalla de Baylén, ascendiendo al grado de capitán.
Enrolado en las filas del liberalismo español y ante la derrota de las tropas hispánicas en la península, se traslada a América junto a otros revolucionarios, a fin de continuar la lucha por la democracia y soberanía popular.
En el Río de la Plata se pone a las órdenes de los gobiernos patrios y se involucra en las disputas políticas del lado de las tendencias más radicalizadas.
Tras formar el Regimiento de Granaderos a Caballo, emprende la lucha contra el poder colonialista. Bosqueja el plan militar para liberar el sur del continente y, para alcanzar ese objetivo se radica en Cuyo, siendo nombrado Gobernador.
Nombrado gobernador de Cuyo, con sede en la hoy ciudad Argentina de Mendoza, puso en marcha su proyecto: tras organizar al Ejército de los Andes cruzó la cordillera del mismo nombre y lideró la liberación de Chile, en las batallas de Chacabuco y Maipú.
Luego, utilizando una flota organizada en Chile, atacó al centro del poder español en Sudamérica, la ciudad de Lima, declarando la independencia del Perú en 1821. Poco después se encontró en Guayaquil con Simón Bolívar, y tras una breve entrevista le cedió su ejército y la meta de finalizar la liberación del Perú.
Las oligarquías Americanas y sus historiografías hegemónicas, han pretendido crear un falso conflicto de intereses entre Bolívar y San Martín, pero nada más alejado de la realidad, ya que la relación entre San Martín y Bolívar siempre fue de afecto y mutua admiración. Las oligarquías nativas, tanto argentinas como venezolanas, inventaron, para minimizar el potencial revolucionario de tan imponentes figuras, una disputa de poder y ambiciones.
Nada de esto es cierto: Bolívar siempre trató con gran respeto al Libertador del Sur y San Martín admiró a Bolívar como el gran hombre que culminaría la gesta americana.
En Guayaquil se encontraron y acordaron la mejor forma de terminar exitosamente la guerra anticolonialista. San Martín no podía ser el conductor: el gobierno porteño no apoyaba su campaña y la oligarquía limeña lo había desgastado al extremo de sufrir fuertes cuestionamientos en el seno de la propia oficialidad patriota. Bolívar, en cambio sí tenía posibilidades, en ese momento, de continuar y culminar esta lucha emancipadora.
Así lo entendió San Martín, y tan profundo fue el amor hacia el Libertador que hizo pintar a su hija un retrato de Bolívar, el cual conservó hasta su muerte en su alcoba. La leyenda pintada en ese retrato era: “unidos seremos invenciblesâ€.
La contradicción para San Martín es “Patria o Coloniaâ€. San Martín entiende que todo colonialismo debe ser combatido, es por esto que años después de la independencia, y ante la agresión anglo-francesa al Río de la Plata, ofrece su espada para combatir al nuevo enemigo de la Patria.
Al igual que Bolívar, toda la campaña sanmartiniana está enmarcada en la necesidad de alcanzar la Unión Americana.
La sensibilidad social de San Martín se ve expresada en medidas que van siempre a favor de los más marginados de la sociedad, reconociéndolos en calidad de ciudadanos, iguales ante la ley.
Libertad de vientres y libertad a todo ciudadano que, en condición de esclavo pise territorio liberado; supresión de la servidumbre y tributo indígena; atención a los desamparados y a los niños expósitos, educación popular; incorporación de la mujer a la enseñanza; humanización del sistema judicial y carcelario; campañas populares de vacunación; sistema tributario progresista; etcétera, son algunas medidas democráticas que impone San Martín desde sus tres gobiernos (Cuyo, Chile y Perú).
Poco después de haberse entrevistado con Bolívar en Perú, San Martín parte a Europa, donde murió el 17 de agosto de 1850.
A pesar de que su obra y ejemplo fueron sepultados o relegados a simple estatuas de bronce por parte de las clases dominantes, José de San Martín ha despertado y hoy junto a Bolívar y al Mariscal de Ayacucho, vuelve a cabalgar por las montañas de los andes para llevar su ejemplo y su espada libertaria a todo el continente que hoy lucha por alcanzar su segunda y definitiva independencia.
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