Los hilos económicos de la guerra contra Venezuela


UNA RESEÑA DEL TRABAJO DE PASQUALINA CURCIO.

 

Lo dicho una y mil veces, pero que no se puede dejar de insistir: no es posible hacer un análisis económico de la situación de desabastecimiento e inflación en Venezuela según las teorías académicas y de supuestos expertos, por el sencillo (que no simple) hecho de que detrás de la cortina se encuentran actores y factores de la desestabilización contra la Revolución Bolivariana con el claro objetivo destituyente.

La guerra económica no puede ser un mero enunciado dentro del discurso para el desarme de la guerra misma. Para la banalización existe todo el conglomerado mediático que resguarda a las instituciones nodales del gran capital, como los empresarios y toda la infraestructura que ostentan, que desplaza “la culpa” de las colas, por poner un ejemplo, al Gobierno Bolivariano.

Hacia el sentido contrario de lo inmediatamente dicho apunta la investigación de Pasqualina Curcio, profesora de la Universidad Simón Bolívar (USB), titulado “Desabastecimiento e inflación en Venezuela“. Con los mecanismos concebidos por los análisis econométricos, la también economista pone en evidencia tanto las razones expuestas por la MUD como por las de los expertólogos de la economía y las teorías económicas.

En resumidas cuentas, Curcio expone tres conclusiones con respecto a las variables independientes (desabastecimiento e inflación) de la guerra económica contra la población venezolana:

  1. Que el desabastecimiento no se debe a una disminución de la producción, ni tampoco a una caída de las importaciones, ni tampoco se debe a que el Gobierno Bolivariano no ha asignado las divisas al sector privado importador, mucho menos a un incremento relativamente alto del consumo del de a pie. Asimismo agrega que la escasez se produce en bienes y no en servicios.
  2. Que la inflación es inducida por factores que no participan en la economía real del país, por lo tanto no es causada ni por incrementos de la demanda agregada con respecto a disminuciones de la oferta agregada, ni por el aumento de la liquidez monetaria. Además, el dato más llamativo que Curcio pone de manifiesto: la inflación depende en 73,1% de la tasa del dólar paralelo que es publicada en Dólar Today.
  3. Que no es posible hacer un análisis acertado de la situación económica actual venezolana bajo los parámetros de la teoría y leyes de la economía liberal. Más bien, el análisis político de la realidad, que en la investigación de Curcio se permea con los análisis econométricos que ella misma explica con sencillez, sería la forma correcta de entender la desestabilización económica y monetaria en Venezuela. No hay criterios económicos que permiten explicar las variaciones de la tasa de cambio de la moneda en el “mercado paralelo”, por ejemplo, además de que los episodios de desabastecimiento “coinciden” con momentos de tensión política y en el marco de eventos electorales: 2003, paro general y sabotaje petrolero; 2007, referéndum constitucional; desde 2012, en los contextos de las dos elecciones presidenciales celebradas; y los meses que precedieron al 6D.

Curcio hace uso de gráficos para explicar las errancias de los argumentos de la oposición sin arrimarse a los entresijos académicos.

Metodología de la desestabilización

Comenta la investigadora que la causa original y desencadenante de la desestabilización económica es la manipulación de la tasa de cambio de la moneda venezolana en el mercado paralelo. Ésta tiene dos efectos que generan un círculo vicioso en la economía del país:

  1. Implica un aumento del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), deteriora el salario real de la clase trabajadora del país mediante la pérdida del poder adquisitivo, reconfigura la estructura de gastos de los hogares y disminuye la demanda de los bienes no necesarios, presiona la reducción de la producción y aumenta el desempleo.
  2. Distorsiona el mercado cambiario, aumentando la brecha entre el tipo de cambio preferencial y este tipo de cambio paralelo, genera beneficios al sector privado sólo mediante la especulación con la moneda sin necesidad de importar los bienes necesarios, lo que hace aumentar el desabastecimiento.

Para esto existe una metodología de la desestabilización condicionada por a) la importación de una parte de los bienes; b) la venta de los bienes a precios de dólar paralelo, a pesar de la importación a tasa preferencial; c) el acaparamiento “intermitente” que permite colocar los productos en el mercado, mientras que a la par se genera malestar social por las colas; d) la venta de productos a precios muy superiores por el fenómeno del bachaquerismo.

Para llegar a esa linealidad de hechos y circunstancias, Curcio se hizo una serie de preguntas para empezar la investigación. Citamos en extenso: “¿En cuánto ha disminuido la liquidación de divisas al sector empresarial desde que se instauró el nuevo modelo social, económico y político en Venezuela, si es que efectivamente ha disminuido el otorgamiento de divisas? ¿Qué relación tiene esta supuesta disminución de divisas con el nivel de importaciones, tanto en términos monetarios como en unidades físicas? ¿Qué tanto ha incrementado el consumo de los venezolanos en los últimos años con respecto a la supuesta disminución de la producción y de las importaciones? ¿En cuánto ha aumentado la tasa de desempleo en estos 15 años, como consecuencia de la disminución de la producción, si es que efectivamente ha aumentado? ¿Por qué hay desabastecimiento en algunos rubros y en otros no, por qué algunos alimentos son difíciles de conseguir y otros no? ¿Por qué hay harina de trigo y mantequilla en las panaderías y no en los anaqueles de los supermercados?”.

Luego se cuestiona, referente a la inflación galopante: “¿Cuál es la relación entre la inflación y el desabastecimiento, si es que existe una relación? ¿En qué medida el crecimiento de la demanda agregada (compuesta entre otras variables por el consumo de los hogares) está explicando la variación de los precios? ¿Existe algún otro factor asociado al incremento de precios, además de la demanda agregada, que pueda estar explicando este fenómeno en Venezuela? ¿En qué medida la tasa de cambio de la moneda en el ‘supuesto mercado paralelo’ está afectando los índices de precios de la economía real? ¿Qué relación existe, si es que la hay, entre la tasa de cambio de la moneda en el ‘supuesto mercado paralelo’ y el nivel de las reservas internacionales?”.

Preguntas que son respondidas a lo largo de las 43 páginas, con la generación de más preguntas y sus correspondientes respuestas en gráficos e interpretaciones, tomando como punto de partida cronológica la asunción de Hugo Chávez como presidente de Venezuela (1998) hasta 2013. Misión Verdad escogió cinco gráficos para ejemplificar las líneas gruesas de la investigación.

El desabastecimiento planificado y el acaparamiento

La profesora Curcio afirma que son tres las razones del desabastecimiento:

  1. Disminución relativa de las importaciones en kilogramos con respecto al aumento de las importaciones por dólares.
  2. Acaparamiento de bienes de primera necesidad, principalmente no perecederos y cuya producción y distribución está a cargo de monopolios u oligopolios que coordinan transacciones.
  3. Contrabando de extracción.

Debido al cambio de expectativas del consumidor desde el ascenso a la presidencia por parte de Hugo Chávez, se expandió la demanda de bienes. La expectativa de consumo, explica Curcio, está sujeta a matrices de opinión y patrones de consumo debido al creciente poder adquisitivo del venezolano. El gráfico (número 2 del trabajo de marras) demuestra que no hay relación entre el desabastecimiento y la línea de tendencia del consumo del venezolano. Nótese que los picos de escasez se relacionan con los álgidos momentos políticos antes mencionados.

La producción nacional de bienes (alimentos y servicios), la baja tasa de desempleo y el Producto Interno Bruto (PIB) de tendencia creciente tampoco se relacionan con los índices de desabastecimiento. En el caso de las importaciones, Curcio demuestra que el desabastecimiento tampoco se debe a la disminución de importaciones ni a la baja importación de alimentos en específico; por otro lado, muestra los aumentos de otorgamiento de divisas a los sectores importadores. Por lo que desmiente la propaganda de que “no se le han entregado dólares a los empresarios”.

La investigación prosigue con los índices de consumo, que no ha sido mayor a lo producido e importado en el país. El país ha importado menos bienes y servicios (expresado en la medida real de importación: kilogramos) con una mayor cantidad de dólares asignados por parte del Estado. También ha aumentado el costo por kilogramo de bienes importados, debido a la subida de los precios del mercado internacional.

Al mismo tiempo, las importaciones de alimentos se han incrementado. El siguiente gráfico (el número 10 en el trabajo de Curcio) muestra en detalle las importaciones totales de bienes durante el período 1998-2013: a partir del año 2003 el aumento de las importaciones, éstas expresadas en dólares, es proporcionalmente mayor que el aumento de las importaciones expresadas en kilogramos. Es decir, el país ha importado menos bienes y servicios con una mayor cantidad de dólares asignados.

Lo que lleva a concluir a la investigadora Curcio, junto con el gráfico a continuación (número 14 en el trabajo), es que el acaparamiento ha sido efectivo por parte de los sectores empresariales: el incremento de los depósitos en el extranjero se corresponde con el aumento del costo promedio de los bienes importados, es decir, que una porción de las divisas otorgadas se han quedado fuera del país.

El acaparamiento no sólo es de bienes necesarios para los hogares y para los procesos productivos internos, como apunta la investigación: la fuga de dólares subsidiados ha sido la tónica para el incremento de acumulación privada en bóvedas de paraísos fiscales, desfalco del Estado y sabotaje a la nación.

La inflación inducida

En torno a los ataques a la moneda venezolana, y antes de afirmar que Dólar Today es la referencia principal de ese entramado, Curcio plantea tres hipótesis: 1) Los precios de bienes son ajustados en función de las variaciones del valor de la moneda en el mercado paralelo. 2) La demanda de divisas en este supuesto mercado paralelo es relativamente baja y marginal al compararla con el volumen de divisas que son otorgadas por el Estado a tasa oficial. 3) La oferta de divisas en ese mercado paralelo, dada la cantidad de dólares que se encuentran en manos de privados, no es tanta como se pretende mostrar, y a eso se suma la posibilidad de vender a una tasa mucho mayor a la que le fueron asignadas.

Esto indica que un pequeño pero importante sector empresarial manipula el flujo del dólar paralelo y lo posiciona con Dólar Today como punta de lanza, y que las redes de distribución, en su mayoría en manos oligopólicas, agarra de la mano, con la especulación y la usura, las infraestructuras de expendio.

El siguente gráfico (número 16 en el trabajo) muestra la conexión entre el incremento del INPC y su relación con la crecida tendencia de la tasa expuesta por Dólar Today, mientras que la demanda permanece relativamente estable y sin mayores altibajos. El análisis econométrico indica, según Curcio, que el INPC está determinado en un 73,2% por el dólar paralelo y en un 31,3% por la demanda agregada.

La teoría económica que dicta que el valor de la moneda está soportado por el nivel de las reservas internacionales de un país (base del “cálculo” de Dólar Today) es desmontado por la profesora de la USB, ya que demuestra que no existe ninguna relación entre ambas variables: las reservas muestran una tendencia constante (10 mil millones de dólares) mientras que el paralelo, lo sabemos, se disparó hacia arriba en los últimos años.

Mas la tasa de Dólar Today se relaciona con la asignación de divisas al sector privado (siguiente gráfico, número 18 en el trabajo), y que presentó acelerados crecimientos a partir de 2008 y luego del año 2012.

El valor ficticio del dólar paralelo no lo marca el resultado de la demanda y oferta de divisas, y éste guía las transacciones comerciales. Curcio sugiere que la manipulación perceptiva con respecto a la “falta de dólares en el país” (la variable “expectativa”) pudiese estar influyendo sobre el aumento de la demanda de divisas en el “mercado” paralelo.

Aunque al final hace algunas recomendaciones para paliar el saqueo y la especulación de los sectores importadores y aliados directos del capital transnacional, el dato fundamental no deja de encandilar por obvia: en un mundo dominado por el gran capital financiero en bancarrota, que trata de reacomodarse en el marco de la guerra geofinanciera contra los sectores emergentes de la economía mundial, uno de los principales actores que imparte la dirección desestabilizadora contra Venezuela es la herramienta de la especulación cambiaria Dólar Today.

Los hilos financieros del 1% se corresponden con los internos del “empresariado” criollo. El estudio de Curcio sirve para profundizar en ese entramado, para explicar con mayor claridad la guerra económica contra Venezuela.

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