David Paravisini cuestiona estructura monopólica petrolera


DAVID PARAVISINI

18 de agosto de 2019.- ¿Es posible utilizar los recursos de la renta petrolera para cambiar las características de un país rentista? Es una pregunta que esta bajo consideración, según estimación de David Paravisini, como tantos otros asuntos, entre ellos la posibilidad de que la industria petrolera no sea manejada por un monopolio, en este caso Pdvsa, ya que la soberanía está vinculada al bien, al recurso, y no a la operadora, o que los trabajadores deban convertirse en trabajadores libres y asociados, es decir, en un peldaño superior al de asalariado, vinculado al contrato colectivo y al simple quince y último. También puso en consideración la necesidad de que la industria petrolera y sus unidades dejen de ser enclaves en el territorio donde actúan, desvinculados de las comunidades y del Poder Popular, y propuso que los propios trabajadores participen en el diseño de la política petrolera.

Paravisini, quien junto a Carlos Mendoza Potellá, participó en el seminario Propuestas para la Industria Petrolera Venezolana, organizado por el Partido Socialista Unidos de Venezuela (PSUV) en la Casa del Artista, al fin de escuchar todas las voces y opiniones al respecto, expuso una serie de consideraciones que a su juicio deben incluirse en el diseño de una política petrolera confiable, transparente, eficiente, rentable, al servicio del pueblo venezolano y de las generaciones futuras.

En su exposición, el experto petrolero y constituyente se refirió al contexto internacional, que no puede quedar de lado en todo este debate. Dijo que en el mundo está en curso la tercera Guerra Mundial, tal como lo ha reconocido el propio Papa Francisco. Ese es un factor que hay que tomar en cuenta: el geopolítico.

Y allí está también el tema del cambio climático gravitando sobre cualquier proyecto. Además de todas las consideraciones, estimaciones, debates que llevan adelante las grandes corporaciones globales del mundo capitalista, como el tema demográfico, con campañas que promueven la esterilización de hombres y mujeres, y lo último, asomado por el presidente ruso Vladimir Putin, quien denunció que se busca estimular el celibato, el matrimonio entre gente del mismo sexo, porque eso impide tener hijos.

“Entonces, están todas las políticas dirigidas a disminuir la población. De acuerdo a su criterio (el de los centros de poder y el de las corporaciones capitalista) habría dos mil millones de personas que sobran en el mundo, o sea, que se produzcan algunas desgracias por el tema ambiental para el capitalismo no era tema moral ni ético, sino que además está dentro de sus cálculos, que hayan eventos de tipo natural y ambiental”.

Entre otras consideraciones expuestas en el pequeño teatro de la Casa del Artista, Paravisini expuso que la política petrolera tiene que implantarse en la conquista de un mundo pacifico y la búsqueda de una desarrollo sostenible acorde con los intereses a largo plazo del país y del mundo. Señaló que Hugo Chávez fue un practicante de esto, no solo para salvar a Venezuela, sino buscando que el tema energético petrolero se convirtiese en un tema global, de la paz, de garantía de acceso a la energía.

“¿Que más puede contribuir a la paz si los países del mundo, por pobres o pequeños que sean, tienen garantizado el acceso a la energía que requieren. Chávez lo hizo a través de Petro Caribe, Petro América, que no es otra cosa que el acceso al crédito en materia energética”, consideró.

Planteó de seguidas que una política petrolera debe fomentar un sentimiento de destino compartido, y cuestionó las campañas contra la OPEP, tanto de afuera como desde adentro, que buscan debilitarla.

“Estar juntos en estos tiempos de amenaza es fundamental”, asentó.

Burguesía revolucionaria

Paravisini se dijo que si le preguntan cuándo comenzó la guerra económica contra Venezuela, afirmaría que se inició el 7 de diciembre de 1998, al día siguiente de que Hugo Chávez ganó las elecciones. El 27 de diciembre de eso año, Luis Giusti, presidente de Pdvsa para entonces, vendió el terminal de Jose a un consorcio canadiense-estadounidense por 300 millones de dólares.

“Eso fue un acto de guerra del señor Giusti, de esa Pdvsa contra el país”, aseveró Paravisini. “Primero, estaba prohibido por la Constitución, y segundo, porque sabía que era imposible que el presidente Chávez pudiera, en las condiciones económicas en que estaba el país, rebatir esa situación. De hecho, no fue sino hasta el mes de julio, agosto, de 1999, cuando se presentaron a Miraflores el embajador de Estados Unidos con el de Canadá a pedirle las llaves de José, que es un terminal que tiene una capacidad de embarque y almacenamiento de un millón de barriles diarios. Por supuesto, el Presidente, ante el hecho, les responde que es una venta ilegal, que no tiene base constitucional. Incluso en la Constitución de 1961se impide vender puertos, aeropuertos, ríos. Eso está prohibido. Esta gente pidió que le devolvieran los 300 millones de dólares. No se tenía ni para pagar los sueldos, el petróleo estaba a siete dólares el barril. Chávez se vio obligado a negociar la administración del terminal, un terminal que no necesitaba ninguna administración, era propiedad de Venezuela”.

Durante el fallido golpe de Estado petrolero, entre 2002 y 2003, la empresa estadounidense-canadiense abandonó y saboteó las instalaciones del terminal de Jose, pero los trabajadores lograron rescatar la industria.

Por otro lado, Paravisini se refirió a los muchos esfuerzos, tanto del presidente Hugo Chávez como de Nicolás Maduro, por aumentar la producción petrolera como única fórmula para romper la dependencia de la economía nacional de una burguesía parasitaria que lo que hace es medrar, robarse los recursos nacionales. Piensa que todavía hoy estamos atrasados en ese espacio de la producción petrolera asociada a los recursos del exterior, a pesar de que existe una base sólida en el pueblo, que es el factor que puede producir los cambios.

“Pero la interacción entre gobiernos, entre políticas gubernamentales y esos esfuerzos de producción no se desarrollan con fuerza, Inclusive, hay desde adentro del Gobierno quienes opinan que es una burguesía revolucionaria la que puede desarrollar este tema. El compañero Castro Soteldo lo ha planteado en un programa de televisión. No hemos podido discutir con él sobre cómo Venezuela puede convertirse en una Venezuela productiva si puede ser esa burguesía a la que él se refiere. Es importante porque esa misma discusión se presenta dentro del tema petrolero: quién conduce y dirige, quién es el actor fundamental en una política petrolera, si es el factor de capital, o es el estado de desarrollo de la fuerzas productivas o los trabajadores y trabajadoras, o es el propietario por sí mismo. Es una discusión pertinente”, estima.

Los trabajadores

Entre sus propuesta para el debate sobre una política petrolera, piensa que se debe redefinir la estructura productiva del gas, la refinación y petroquímica.

Afirma que son tres los factores que actúan en la producción petrolífera: ubicar el trabajo como el factor que crea la riqueza al transformar el producto que se extrae del subsuelo.

Oro actor es el capital, que con la herramienta, la tecnología, actúa como factor de producción. Otro actor es el dueño del recurso, en este caso el pueblo venezolano.

Respecto a los trabajadores piensa que se han mantenido no como una fuerza productiva política, sino como un factor de producción, como si fueran una materia prima, perciben un salario.

Acerca del propietario afirma que carece de una representación como tal, por lo que la riqueza producida por los trabajadores se la roban, se la lleva el capital o la burocracia estatal. No hay quien la defienda. No hay conciencia de lo público.

Al trabajador petrolero, que fue el que rescató la industria durante el sabotaje de 2002-2003, en general se ha pretendido aislarlo del conocimiento, de conocer la capacidad que aporta, lo que a su juicio es un error, ya que es el trabajador el que genera conocimiento científico sobre la actividad.

Propone que ahora que la derecha opositora apuesta a la debacle y afirma que ya no hay nadie que arranque una bomba, se debe invitar a trabajadores y trabajadoras a que se conviertan en trabajadores libres y asociados, que sean núcleos de desarrollo, núcleos de organización, que además incorporen al resto de la población y sus estructuras organizativas.

“El presidente Maduro ha avanzado en estas formas de organizar a los trabajadores con los consejos productivos, que pueden asumir el tema operativo de la propia planta. Habría que incorporar el tema territorial”, dice.

Señaló que otro aspecto que se discute es que si se pierde Pdvsa como estructura monopólica se estaría entregando la soberanía nacional. Esto hay que aclararlo, porque la soberanía recae sobre el recurso. La operadora es una empresa.

“De hecho cuando en Venezuela se produjo más petróleo en todo nuestra historia, jamas Pdvsa pudo alcanzar esa meta, fue en 1970. Se produjeron, 3.708.000 barriles diarios con los menores costos de producción registrados. Había 30 empresas operadoras, unas de ellas nacionales. Quiero desmontar el tema de que para producir petróleo tiene que haber el monopolio de una sola operadora. Era Pdvsa, que tenía tres ramas: Corpoven, Maraven, Lagoven, que después Giusti la eliminó e hizo una sola. Estas estructuras monopólicas de producción resultaron ineficientes, jamás llegaron a producir la cantidad de 1970”, afirmó.

Para Paravisini se deben diseñar formas que permitan al propietario (el pueblo venezolano) disponer de instrumentos que hagan eficaz la industria petrolera, y que se ajuste al Plan de la Patria. Además, Pdvsa debe dejar de funcionar como enclave, aislada del Poder Popular. Igualmente debe vincularse al área de seguridad y defensa. La industria petrolera, como el país, también debe deslastrarse de la burocracia e ineficiencia, desconcentrar sus actividades operativas. Todavía nos manejamos con estructuras que vienen de la colonia española.


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