La Paz (Prensa Latina) Tras dos décadas de Gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS), con el paréntesis de un Ejecutivo de facto entre 2019 y 2020, Bolivia eligió en los comicios generales del año que concluye un presidente y una Asamblea Legislativa de derecha.
- diciembre 17, 2025
Por Jorge Petinaud
Corresponsal jefe en Bolivia
La división del bloque nacional popular en los comicios generales del 17 de agosto último propició el triunfo en las urnas durante la primera vuelta del binomio autodenominado de centro derecha, formado por Rodrigo Paz-Edman Lara, del Partido Demócrata Cristiano (PDC)), seguido de la dupla ultraliberal integrada por Jorge Tuto Quiroga-Juan Pablo Velazco (Alianza Libre).
En esa jornada, los candidatos de la izquierda participaron en tres frentes. Eduardo del Castillo representó al MAS-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos y Andrónico Rodríguez fue el candidato de Alianza Popular.
El primer exmandatario indígena de Bolivia, Evo Morales, al frente de sus seguidores impulsó una intensa campaña por el “voto nulo” en protesta por lo que denominó proscripción de su candidatura por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Así las cosas, en la primera vuelta el PDC logró el primer lugar con el 32,06 por ciento de las boletas y la alianza de Quiroga se ubicó segunda con 26,70 unidades de 100.
Como ninguno logró más del 50 por ciento de los votos válidos o un mínimo de 40 puntos porcentuales con una diferencia de al menos 10 puntos respecto a la segunda candidatura más votada, el 19 de octubre se eligió a Paz como nuevo presidente (2025-2030) en un balotaje, figura establecida en la Constitución Política del Estado, promulgada en 2009.
El nuevo mandatario juró en el cargo el 8 de noviembre y 24 horas después encabezó la toma de posesión de un Gobierno que, en su primer mes de gestión, aplicó un conjunto de medidas económicas favorables a los grandes empresarios, lo cual ya echó por tierra la autodenominación de “centrista”.
A 16 días de la toma de posesión presidencial, el ministro de Economía, José Gabriel Espinosa, en conferencia de prensa junto a Paz, confirmó la eliminación del impuesto a las Grandes Fortunas, a las Transferencias Financieras (ITF), al Juego y a las Promociones Empresariales, medidas todas favorables al gran capital.
En lo político, desde la propia instauración de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) el 8 de noviembre último, quedó confirmado su control absoluto por la derecha, dueña de los 36 escaños del Senado y de 120 curules de los 130 de la Cámara de Diputados.
ESTADOS UNIDOS, ALIADO POLÍTICO
Con este paisaje político, Bolivia figura hoy en la lista de los aliados latinoamericanos de Estados Unidos, según el presidente de ese país, Donald Trump, y su secretario de Estado, Marco Rubio.
Ambos representantes de las élites gobernantes de la potencia del Norte se refirieron al tema en vísperas del balotaje del 19 de octubre, y, posteriormente, el Ejecutivo de Paz restableció las relaciones con Washington a nivel de embajadores, reducidas desde 2008 al rango de encargados de negocios, al igual que con Israel.
Apenas 24 horas después de asumir el cargo, Paz anunció que Bolivia eliminará el requisito de visado para ciudadanos estadounidenses que viajen al país sudamericano por motivos de turismo o negocios, como parte de una política destinada a impulsar el intercambio comercial y las inversiones.
Según un reporte de la embajada de Washington en La Paz, “el vicesecretario de Estado norteamericano, Christopher Landau, y el presidente Rodrigo Paz decidieron buscar un Acuerdo de Cielos Abiertos de Estados Unidos para promover los viajes aéreos entre ambos países”.
Dentro de ese contexto, Paz informó que su Gobierno autorizará la operación de la empresa Starlink en Bolivia para ampliar el acceso a un internet más rápido y confiable en todo el territorio nacional.
Sobre seguridad, Landau adelantó que el Departamento de Estado trabajará con el Congreso de su nación con el objetivo de proporcionar asistencia a Bolivia para mejorar este asunto, se informó.
Los servicios de seguridad norteamericanos, incluida la Agencia Antinarcóticos (DEA), fueron expulsados en 2008, acusados de conspirar contra el Gobierno del expresidente Evo Morales.
Paz elogió ante la prensa lo que denominó contribuciones históricas del Cuerpo de Paz estadounidense y adelantó su intención de invitar a su retorno al país.
ALBA-TCP
Ante esta realidad, los Estados de la Alianza Bolivariana-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) decidieron suspender al gobierno de Paz poco antes de su instalación en Bolivia, “debido a que su conducta antibolivariana, antilatinoamericana, proimperialista y colonialista no se encuentra acorde con los principios del bloque integrador”.
En un comunicado, el ALBA-TCP expresó que las declaraciones públicas emitidas contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, por parte del Gobierno “ultraderechista”, “son totalmente inaceptables”, al desconocer los principios de respeto, soberanía y cooperación que sustentan la integración de los pueblos de Nuestra América y los valores fundacionales de la Alianza.
Reafirmó el bloque de integración el compromiso de seguir trabajando junto al pueblo boliviano, defendiendo sus derechos, su desarrollo social y económico, y asegurando que la Alianza continúe siendo un espacio de solidaridad, cooperación y justicia.
La medida de suspensión se mantendrá mientras se evalúan las condiciones políticas en Bolivia, “con el objetivo de proteger los principios fundacionales del ALBA-TCP y garantizar que la organización continúe siendo un instrumento de unidad, soberanía y justicia social para todos los pueblos de Nuestra América”.
arb/jpm