Santiago de Chile (Prensa Latina) Las elecciones en Chile dejaron un sabor agridulce para el progresismo porque, si bien su candidatura obtuvo la primera mayoría, deberá ir al repechaje con la carta del Partido Republicano, en una correlación de fuerzas favorable a la ultraderecha.
- noviembre 21, 2025
Por Carmen Esquivel
Corresponsal jefa en Chile
En los comicios del 16 de noviembre, la abanderada de ocho partidos del oficialismo más la Democracia Cristiana, Jeannette Jara, alcanzó 26,85 por ciento de los votos, seguida por José Antonio Kast, con 23,92, una diferencia de cerca de tres puntos porcentuales.
El tercer lugar lo ocupó Franco Parisi, del Partido de la Gente, y aunque hasta ahora no ha ofrecido su apoyo a ninguno de los dos candidatos, ya Kast recibió el respaldo de los que lograron el cuarto y quinto lugares, Johannes Kaiser, del extremista Partido Nacional Libertario, y Evelyn Matthei, de la derecha tradicional.
En general los análisis son más pesimistas que optimistas. Muchos ya dan por sentado que el país girará a la extrema derecha, sobre todo cuando suman los votos de los candidatos; otros son más cautelosos y hablan de una segunda vuelta abierta.
“Yo creo que hay todavía una posibilidad matemática de revertir esta situación, sin desconocer que el escenario en sí es complejo”, declaró en entrevista con Prensa Latina el rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC), Álvaro Ramis.
Consultado sobre el resultado, Ramis advierte que el proceso electoral transcurre en un momento donde a nivel mundial está avanzando la ultraderecha clásica con una pulsión por el orden, el autoritarismo y que se alimenta del miedo, el rechazo a la migración y la nostalgia por la dictadura.
En segundo lugar, dijo, hay una falta de respuesta del Estado frente a problemas de sobrevivencia en el mundo y que está arrojando a la gente a la precariedad económica.
CANDIDATOS EN POLOS OPUESTOS
Jeannette Jara, de 51 años, es oriunda de El Cortijo, una población de la comuna de Conchalí, en el norte de la capital. “Yo nací en cuna de mimbre, no de oro”, dijo en una ocasión, en referencia a su contrincante, quien viene de una familia acomodada.
Jara fue presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago, dirigente sindical y miembro de las Juventudes Comunistas desde los 14 años.
Desde 1999 integra el Partido Comunista, quien la propuso como su candidata presidencial, si bien después se desmarcó de posiciones históricas de esa colectividad e incluso anunció la posibilidad de “suspender”, “congelar” o “renunciar” a su militancia, en caso de resultar electa.
En el actual gobierno asumió como ministra de Trabajo y logró la aprobación de importantes legislaciones como el aumento del salario mínimo, la reducción paulatina de la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales y la reforma para aumentar el monto de las pensiones.
Su programa, titulado Un Chile que cumple, propone lograr un ingreso vital de 750 mil pesos mensuales (unos 800 dólares) con el objetivo de fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores.
En materia de seguridad plantea combinar las medidas preventivas, con el reforzamiento de las fronteras, la dotación de mayores capacidades a las policías y, sobre todo, levantar el secreto bancario para perseguir la ruta del dinero de las organizaciones criminales.
En sus discursos recientes prometió incorporar propuestas de candidatos que quedaron en el camino, como la devolución del impuesto al valor agregado a los medicamentos, reducir los sueldos de lujo en el Estado y la creación de un Plan Oncológico Nacional.
Para el rector de la UAHC, Jara debe continuar lo que se ha hecho bien en este gobierno y también corregir problemas en sectores que no han sido prioritarios, como la regionalización y políticas microeconómicas dirigidas a atender el bolsillo de las personas.
Durante su discurso tras los comicios, Jara anunció que “hoy comienza una nueva elección” y añadió que la segunda ronda habrá dos contendientes con proyectos de país muy distintos: progresismo versus ultraderecha.
LA PROPUESTA DE LA EXTREMA DERECHA
José Antonio Kast, de 59 años, es un abogado y político de origen alemán que ejerció como concejal y diputado, y aspira por tercera ocasión a la presidencia.
Kast aboga por la “mano dura” contra la delincuencia, levantar muros y abrir zanjas en las fronteras para frenar a los migrantes y construir cárceles al estilo de El Salvador.
El candidato republicano propone achicar el papel del Estado y prevé un recorte en el gasto fiscal de seis mil millones de dólares en sus primeros 18 meses de gobierno.
“Kast se inscribe en la internacional reaccionaria más orgánica, junto a Vox en España y a Javier Milei en Argentina”, afirmó Ramis, quien es licenciado en Educación Pontificia en la Universidad Católica de Chile.
“A nivel nacional, dijo, es un regreso a las posiciones más reaccionarias del pinochetismo, y eso él no tiene ambigüedades en expresarlo y en decirlo”.
Kast votó en el plebiscito de 1988 por la continuidad de la dictadura de Augusto Pinochet y afirmó en una ocasión que si Pinochet estuviera vivo votaría por él.
LOS RESULTADOS LEGISLATIVOS
Además de elegir al próximo presidente, los comicios tuvieron como fin escoger a los 155 escaños de la Cámara de Diputados y a 23 de los 50 senadores.
En la Cámara Alta, las corrientes de izquierda, progresistas, socialdemócratas, más la Democracia Cristiana (DC), tienen en total 25 cupos, cifra similar al bloque de la derecha y la extrema derecha.
“La buena noticia es que se evitó que estos últimos sectores tuvieran mayoría en el Senado. Eso es muy importante porque puede significar un cierto control de la agenda legislativa para evitar que sea más agresiva de lo que se espera”, opinó el rector de la UAHC.
En cuanto a la Cámara de Diputados, la derecha y extrema derecha alcanzaron 76 cupos, pero no lograron la mayoría simple.
El pacto oficialista Unidad por Chile, compuesto por los partidos Socialista, Comunista, Por la Democracia, Radical, Liberal, a los que se sumó la DC, obtuvo 61.
Mientras el Partido de la Gente, sin una posición política clara, logró 14; los regionalistas verdes y humanistas (3) y los independientes uno.
COMIENZA LA CAMPAÑA POR EL REPECHAJE
Tanto Jeannette Jara, como José Antonio Kast, retomaron desde el día uno después de los comicios la campaña con vistas a la segunda vuelta del 14 de diciembre con recorridos por distintas regiones del país.
Jara reinició su despliegue territorial por la comuna de La Pintana, ubicada en el sur de la capital, mientras que Kast viajó a La Araucanía, epicentro del histórico conflicto entre el Estado y el pueblo mapuche.
“Creo que la centro-izquierda debe subsanar rápidamente la desazón y desmovilización generada cuando no se lograron las expectativas de un voto superior al 30 por ciento en primera vuelta”, opinó nuestro entrevistado.
Por otro lado, dijo, la candidatura de Kast no apuesta tanto a la movilización, sino más bien a un acuerdo cupular que le permita traspasar los votos sin hacer mucho ruido para no espantar a los electores, escapar de los focos, eludir debates y esperar que –como fruta madura- caiga la votación en segunda vuelta.
El abanderado del Partido Republicano descartó asistir a un foro convocado para el domingo por el canal Megavisión y en su comando dijeron que la decisión responde a la estrategia de privilegiar el recorrido por regiones.
Aun así, ambos candidatos deberán verse las caras en dos debates tradicionales, el convocado por la Asociación de Radiodifusores de Chile el 3 de diciembre y el de la Asociación Nacional de Televisión, programado para el 9.
Los encuentros se prevén intensos y serán los últimos en que Jara y Kast tendrán la oportunidad de mostrar sus proyectos de país y tratarán de convencer a los indecisos de cara a la contienda final.
arb/car