
La internacionalización universitaria marcada por los principios de la Reforma de Córdoba
(1918-1945)[1]
Luis Bonilla-Molina[2]
- 1809-1918 la construcción de las bases para el capitalismo periférico y semi periférico en Latinoamérica y el Caribe
En este periodo, América Latina y el Caribe (ALC) transitó del estatuto de territorios coloniales a Repúblicas independientes, lo cuál no significó la inmediata conformación de Estados Nacionales conforme hoy los entendemos (poderes públicos, ejército nacional, Banco central, identidad nacional) y, en el caso de Brasil dio paso a un sistema de gobierno monárquico (hasta 1889).
Las guerras de independencia abarcaron un amplio periodo (1804[3] – 1825) dejando huella en la economía de las repúblicas, las cuales enfrentaron múltiples desafíos para intentar conformar y estabilizar los Estados nacionales:
- Inestabilidad política: en los nuevos Estados republicanos, las guerras civiles, golpes de Estado y conflictos entre las élites (especialmente liberales versus conservadores) fueron un lugar común. A ello se le adicionaba la falta de consenso respecto al modelo de Estado (centralismo versus federalismo) lo cual facilitaba la fragmentación y la existencia de caudillos locales;
- Dependencia colonial heredada: las élites republicanas, en su mayoría, sustituyeron a las autoridades coloniales manteniendo las estructuras económicas coloniales (latifundio, desigualdad para indígenas, afrodescendientes y mestizos);
- Fronteras inestables y conflictos territoriales: los territorios no habían terminado de finiquitar sus fronteras nacionales y, en algunos casos como Panamá el interés norteamericano estimuló la fragmentación del territorio. Se desarrollaron conflictos por la disputa de territorios como la guerra de la Triple Alianza (1854-1870; Paraguay versus Brasil, Argentina y Uruguay[4]) y la guerra del Pacífico (1879-1884; Chile versus Bolivia y Perú). La Gran Colombia (1819-1831, conformada por los actuales territorios de Colombia, Venezuela, Panamá y Ecuador) se disolvió redefiniendo fronteras;
- Dificultades en las nuevas élites gobernantes para entender su inserción en la economía capitalista y la división mundial del trabajo: la ruptura del colonialismo se debió a varios factores, entre ellos las disputas Inter burguesas entre las antiguas metrópolis coloniales en el marco del capitalismo industrial y las posibilidades de asimilar la revolución industrial. En ese contexto, las nuevas élites pasaron por una etapa en la cual consideraban que ahora se trataba simplemente de administrar por otras manos la vieja estructura económica heredada, cuando en realidad las Repúblicas surgen em periodo de reorganización de todas las relaciones de producción y comercialización a escala planetaria;
- Dependencia económica: en la división internacional del trabajo y las cadenas productivas, las nuevas Repúblicas se especializaron en monocultivos, minería o actividad pecuaria. Es el caso del café en Brasil, Colombia y Venezuela, el azúcar en Cuba, cobre en Chile o el estaño en Bolivia. La comercialización de los productos en los mercados controlados por los europeos primero, y luego el norteamericano, hizo vulnerables sus economías a las fluctuaciones de precios;
- Precaria infraestructura asociada a la modernización: La inversión extranjera, especialmente británica y norteamericana, en la construcción de puertos, ferrocarriles, canales (Panamá), telégrafos, se hizo con el propósito de privilegiar el beneficio de las élites gobernantes en las nuevas Repúblicas;
- Desigualdad social: se reforzó el modelo de concentración de tierras, despojo de riquezas y asalto a territorios históricamente habitados por los pueblos originarios;
- Falta de integración nacional: las élites gobernantes de las nuevas Repúblicas, a pesar de poseer en su mayoría grandes extensiones de tierra rural, tenían dificultades para conectar con los sectores pobres, campesinos e indígenas, haciendo compleja la construcción de identidad nacional;
- Exclusión social: grandes sectores de la población, especialmente las comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinos, migrantes pobres, quedaron al margen de los derechos ciudadanos que se iban legislando, así como del beneficio económico propio del papel del Estado como ordenador de la riqueza;
- Debilidad institucional: el precario o inexistente desarrollo democrático, la falta de independencia de poderes y la construcción de ciudadanía crítica, fomentaron la corrupción y el nepotismo, siendo obstáculo para la construcción y consolidación del Estado;
La universidad y los sistemas escolares eran parte de esta situación. En siete ensayos sobre la realidad peruana (1928), especialmente en el proceso de la instrucción pública, Mariátegui explica que “el Estado republicano conservó los moldes coloniales en la organización de la enseñanza. La instrucción pública no fue adaptada al nuevo régimen, La República no la transformo; simplemente lo administró”(1928, p.231).
A lo cual añade, “la educación está organizada sobre la base de una estructura social semifeudal. No puede, por lo tanto, ser democrática, ni científica, ni moderna” (p.236)
Precisa que “la inteligencia universitaria se ha educado en la indiferencia ante los problemas sociales. Ha sido entrenada para servir al poder, no para transformarlo” (Mariátegui, El Amauta, No 2, p.15)
Es decir, el periodo que precede a la Reforma de Córdoba (1918) es de reafirmación del carácter capitalista de las naciones en América Latina y el Caribe (ALC), de dificultad para construir el Estado y de intentos para abrirle paso a la modernización burguesa, así como de consolidación del papel periférico de la región en la economía mundial de mercado, lo cual se expresaba en la orientación y fines de las instituciones de educación superior (IES) y los sistemas escolares.
Además, el número de universidades no se había incrementado de manera significativa en las nuevas Repúblicas Las Instituciones de Educación Superior (IES) crecieron al ritmo propio de los requerimientos gubernamentales en materia de profesionalización. El caso de Argentina era singular, al ser el país que había creado más universidades desde 1821 (Universidad de Buenos Aires, Universidad Nacional del Litoral, Universidad Nacional de la Plata, Universidad Nacional de San Juan), mostraba la vocación de la burguesía sureña por usar las IES dentro de un proyecto nacional burgués ilustrado. México era el otro país en el que la élite parecía seguir la misma orientación, pues había refrendado como laica a la UNAM en 1910, fundado la Universidad de Michoacán en 1917 y la Universidad de Sinaloa en 1918. El caso de Brasil era muy particular, con un precario desarrollo de los estudios universitarios, debido a que las élites gobernantes privilegiaron el modelo de formación profesional en Europa, especialmente en la nación colonialista portuguesa.
- 1909: La revuelta del Cuzco
A mediados del siglo XIX, pero especialmente a partir de 1870 se produce en ALC una ola de intentos de modernización burguesa -en medio de desarrollos desiguales- que procuraba promover reformas estatales liberales (Constituciones liberales, burocracia civil y sistemas judiciales modernos, consolidación del centralismo estatal) para afianzar a la burguesía agro-minera exportadora como clase dominante.
En educación este movimiento se expresó en la promoción de la formación laica, científica, gratuita y obligatoria, expansión de la educación primaria en áreas urbanas, exigencia a las universidades de un mayor enfoque profesionalista, técnico y orientado a la formación de la élite que impulsara el desarrollo capitalista moderno. La modernización en el marco de la conformación de los Estados nacionales y su impacto en las IES, ha sido una tendencia de la internacionalización universitaria que poco se ha trabajado.
La demanda por democracia y construcción de ciudadanía aparecía como una expectativa que subvertía el estatus quo autoritario que dirigía la mayoría de países; es decir, la aspiración de impulsar la democracia en la sociedad y las instituciones, ocurría en los propios marcos del carácter capitalista de las economías. Esto evidenciaba la crisis del modelo liberal-oligárquico, por lo tanto, la aspiración de desarrollo democrático procuraba alcanzar el modelo europeo de economía y sistema político.
El Cusco, en Perú, fue escenario histórico de las resistencias anticoloniales y epicentro de la construcción de una élite latifundista. En 1780 este territorio presenció la Rebelión de Túpac Amaru II (en Tinta, cerca del Cusco), que procuraba la eliminación de los abusos a los indígenas. Túpac Amaru II fue capturado y ejecutado en el Cusco en 1781, pero su levantamiento dejó huellas en la sociedad andina.
Con este antecedente, surge la más importante revuelta estudiantil universitaria en la historia republicana regional: la revuelta universitaria del Cusco (1909), orientada a impulsar reformas en la Universidad Nacional de San Antonio Abad. El propósito central de la lucha estudiantil consistía en modernizar la educación, vinculando el que hacer universitario a la solución de los problemas que vivía la sociedad cusqueña. Esto ocurría en un contexto de críticas al modelo autoritario con el cual se gestionaba la universidad que decía promover los ideales liberales; es decir, se puso en evidencia la contradicción entre lo que se decía y hacía.
Las demandas centrales del movimiento estudiantil eran
- modelo democrático, menos jerárquico y autoritario, de gestión universitaria,
- modernización y actualización de los programas y contenidos educativos, y
- mayor relación de la universidad con el desarrollo de la región.
De hecho, la revuelta del Cusco se producía en una universidad pequeña, con escasos 111 alumnos, lo cuál evidenciaba el carácter elitista de su propia matrícula. Se trataba de la irrupción plena de los ideales liberales en la academia y tal vez -no existen evidencias- su combinación con los primeros ecos de las ideas socialistas[5].
Los estudiantes lograron su objetivo, sustituir al rector autoritario Araujo. Albert Giesecke quien lo suple, trabajó para mejorar el vínculo de la universidad con la comunidad, la actualización de la biblioteca y la creación de una revista universitaria para la expresión del pensamiento académico, abriéndose un ciclo de reformas universitarias en el Perú.
La Reforma de Córdoba sería parte del ciclo que inició la revuelta del Cusco. Sin embargo, la racialización de la historia universitaria suele omitir este antecedente y vínculo tan importante con el Manifiesto Liminar.
- Del Empirismo en la gestión educativa al Taylorismo y el Fayolismo: la necesidad de una restructuración educativa en Latinoamérica
Lo que sucedía en Latinoamérica no estaba del todo desconectado de lo que estaba ocurriendo en el sistema capitalista mundial. El capitalismo industrial, impulsado por las primeras revoluciones industriales (1760/1870) había desarrollado un método empirista en la gestión fabril, que no obstante garantizaba la extracción de plusvalor del trabajo y permitía una acumulación de riqueza sin precedente.
El metabolismo básico de la explotación laboral y la reproducción de un sistema que inundaba a toda la sociedad, adquiere características mucho más racionales y científicas en la gestión de la producción, a partir del desarrollo de las ideas de Fayol (administración) y Taylor (organización fabril y know-how del trabajo de producción y comercialización de mercancías).
Los aportes de Henri Fayol (1841-1925) a la racionalización científica de la producción se expresaron en:
- Modelo jerárquico administrativo (unidad de mando, cadena de autoridad, criterios de disciplina),
- Separación de las funciones técnico-productivas, de las comerciales, contables, administrativas generales y de seguridad industrial,
- Instalación de los catorce principios de la administración (especialización del trabajo, autoridad basada en órdenes dictadas con responsabilidad, respeto a las normas y obediencia a quienes competa su ejecución-supervisión, unidad de mando, unidad de dirección, interés individual subordinado al general, remuneración justa y suficiente, centralización equilibrada, línea de mando, secuencia ordenada de funciones, estabilidad del personal competente, fomentar el espíritu de equipo),
- Profesionalización del rol del gerente.
Esto generó un impacto en la educación en aspectos cómo:
- Adopción de modelos administrativos escolares que destacaron la importancia de la planificación, supervisión, control y la eficiencia de la inversión,
- Línea de mando jerárquica de la actividad educativa que replicaba la estructura fabril (altas autoridades, supervisores, director, subdirector, docente, alumno),
- Impulso a la estandarización curricular e introducción de los énfasis en la medición del desempeño y productividad,
- Exigencia de formación de cuadros directivos y calificación técnica de docentes. Es el periodo en el cual se rediseñan, impulsan y abren paso a un nuevo auge de la formación inicial y continua de los trabajadores de la educación,
- Se profundiza la visión de las instituciones educativas como unidades de producción.
La eficiencia exigida a la conducción educativa implicaba un modelo renovado de gestión a lo interno y otras formas de relacionarse con el contexto, con la externalidad académica.
Por su parte, los aportes de Frederick Taylor (1856-1915), a quien se le atribuye la fundación de la organización científica del trabajo fueron:
- División horizontal del trabajo (cada quien a lo suyo),
- Separación entre la planificación (gerente) y la ejecución de las tareas (trabajadores),
- Procura del modo óptimo de producción, mediante el desarrollo de estudios de tiempo y movimientos.
- Instauración de políticas de incentivos salariales por productividad,
Esto se reflejó en la educación en:
- Movimiento de estandarización, por país y localidad, de las didácticas, los tiempos escolares y los contenidos,
- Reducción progresiva de la autonomía docente, cuyas actividades estaban ahora orientadas a la ejecución de los planes de estudio diseñados por especialistas,
- Promoción de estudios comparados de rendimiento estudiantil,
- Creación de sistemas de dirección, supervisión y control del desempeño docente,
- Fragmentación creciente del conocimiento.
El capitalismo había entrado en su fase Taylorista (1910-1930)[6]. Esto generó una ola de precisiones para el cambio, la renovación y la modernización universitaria sin precedentes, de carácter funcional al desarrollo del capitalismo en Latinoamérica y el Caribe, movimiento que precede a la Reforma de Córdoba.
- 1917: el mundo gira. Entre la exaltación revolucionaria y las alarmas en la periferia capitalista
La revolución bolchevique (1917), comunista y anticapitalista, es un dinamizador de los cambios defensivos que promueve la burguesía en todos los territorios para disminuir su impacto y expansión por el planeta. También significó una revitalización del pensamiento socialista (anarquistas y comunistas).
Después de la derrota de la Comuna de París (1871), se desata una represión sin precedentes contra la I Internacional, organización en la que militaban anarquistas y comunistas. Muchos de los perseguidos emigran a Argentina llevando consigo sus ideas de transformación social.
En 1879, anarquistas constituyen el Centro de Propaganda Socialista en Buenos Aires; en 1891 se funda el periódico La Protesta Humana órgano central del anarquismo argentino, y en 1896 surge la Federación Obrera Argentina (FOA), que pasaría en 1901 a ser el FORA y que en su Congreso de 1905 se definiría abiertamente como anarquista. El anarquismo trae consigo ideas de democratización (incluida la universidad) y de compromiso social de las instituciones educativas, algo que van desarrollando las llamadas escuelas racionalistas, bibliotecas populares, periódicos obreros y teatro proletario.
Algo parecido ocurre con las ideas comunistas (que comienzan a conocerse como marxistas). La prensa socialista argentina surge en 1894 con el diario La Vanguardia, que precede a la organización de los marxistas. En 1896 Juan B. Justo, José Ingenieros y otros fundan el primer Partido Socialista (PS) de Latinoamérica y el Caribe, ubicado en la línea reformista de la II Internacional, distanciado del anarquismo. Su Fundador Juan Justo acababa de traducir al español El Capital de Marx. El partido socialista estimula y participa en la creación de sindicatos moderados y mutuales obreras. La promoción de universidades populares por parte del PS ayudaría a fermentar las propuestas renovadoras de 1918.
La revolución bolchevique tendría un primer impacto político en el Partido Socialista, a tal punto que sufriría una división en 1918, dando origen en 1921 a la creación del Partido Comunista Argentino.
Para la burguesía argentina eso significaba que la revolución rusa tenía una falange en su propio territorio, por lo cual se aprestó a promover reformas que contuvieran el descontento social a la par que ponía en marcha una ofensiva represiva contra el pensamiento de izquierdas, como evidenciaría en la llamada semana trágica de 1919.
En 1918 se dieron en Argentina más de 350 conflictos laborales por el costo de la vida y demandas de mejores condiciones laborales. Esto facilitó el auge de las ideas liberales burguesas, como narrativa y propuesta de contención ante los avances del campo socialista.
Argentina había vivido entre 1848-1917 un proceso de modernización capitalista, signado por la expansión del modelo agroexportador, la inmigración europea (que traía ideas políticas novedosas), el impulso a la urbanización y la ruta para la consolidación del Estado liberal-burgués, pero también había entrado en la vorágine de explotación propia del capitalismo.
La oligarquía argentina y sus élites intelectuales eran especialmente sensibles a las ideas de renovación capitalista, expresadas en el Fayolismo y el Taylorismo; estas últimas entendían y promocionaban de manera cada vez más abierta los ideales de la democracia, la ciudadanía y el compromiso social liberal, que no siempre eran bien visto por parte de quienes ejercían funciones de gobierno. De hecho, el gobierno de Hipólito Yrigoyen electo en 1916, solo dos años antes de los hechos de Córdoba, era parte de una primavera liberal en la sociedad argentina.
Al ser el Yrigoyen el primer presidente electo mediante el sufragio secreto y obligatorio -aunque solo masculino, porque las mujeres pudieron votar solo em 1951- esto expresaba vientos de renovación en la sociedad argentina y un impulso a las ideas liberal-burguesas en ese país. Así se manifestaría en los eventos universitarios de Córdoba.
La burguesía argentina había enfrentado al anarquismo y tenía especial temor por el impacto del comunismo en Latinoamérica. Por eso, aprovechan la primavera democrática para impulsar cambios que sirvieran de contención a la extensión de la revolución bolchevique en América del Sur. La apertura democrática liberal-burguesa inundaba todos los espacios y la universidad no era ajena a este fenómeno.
- El Manifiesto Liminar y la Reforma de Córdoba en el desarrollo del capitalismo de la periferia y semi periferia
La situación argentina, previo a los acontecimientos de Córdoba era de aspiraciones generales de democratización y justicia social que hibridaban ideas del liberalismo radical, el anticlericalismo y el antioligarquismo, pero no abiertamente anticapitalistas. El Rector Antonio Nores pertenecía a una familia tradicional conservadora, vinculada estrechamente a la iglesia católica, por lo cual su propia gestión simbolizaba el modelo de universidad oligárquica, excluyente, vinculada a las ideas clericales y era antítesis de las ideas liberales (más aún de las anarquistas, socialistas y comunistas).
Los responsables de las cátedras y consejo académico de la Universidad de Córdoba, en su mayoría estaban cerrados a la renovación académica y muy influenciados por la comunidad jesuita, lo cual se convertía en un obstáculo para la modernización y el desarrollo capitalista.
Si bien desde 1854 la Universidad de Córdoba era una universidad nacional, seguía siendo una corporación cerrada, con autonomía limitada y en cuyos procesos de toma de decisión no participan ni estudiantes ni docentes. Esto era contrario al espíritu de la primavera democrática que se había inaugurado con la elección democrática de Yrigoyen. El desarrollo del capitalismo en Argentina necesitaba otro tipo de universidad.
Los principales protagonistas estudiantiles de la Reforma de Córdoba no eran marxistas, socialistas o anarquistas. De hecho, Deodoro Roca (1890-1942) era un liberal radical con influencia del humanismo progresista; Arturo Orgaz (1881-1952) un liberal republicano, moderado y partidario del humanismo laico; Arturo Capdevilla (1889-1967) nacionalista literario, quien se movía entre el romanticismo y las propuestas morales conservadoras, entre otros.
El Manifiesto Liminar (conocido como el manifiesto de Córdoba), redactado por Deodoro Roca, fue publicado por la Federación Universitaria de Córdoba el 21 de junio de 1918. Las demandas principales del movimiento estudiantil de Córdoba fueron la autonomía universitaria, cogobierno universitario (participación de estudiantes, docentes y egresados en la toma de decisiones), docencia libre y concurso por méritos, extensión universitaria (vínculo de la universidad con los problemas y necesidades sociales), libertad de cátedra y renovación pedagógica (superación del dogmatismo, clericalismo y modelos memorísticos de enseñanza), reforma de los planes de estudio (incorporar las ciencias y el conocimiento que contribuyera a la modernización y el desarrollo nacional) y el acceso amplio (crítica al carácter elitista de la universidad que no permitía el ascenso social, promesa clave del liberalismo en educación).
Algunos de sus logros más importantes fueron el avance en formas de autonomía universitaria (en permanente disputa hasta el presente), impulso de distintas formas de cogobierno (con particularidades de avanzada que se mantienen hoy, como sería el caso de la Universidad de Panamá fundada después, lo que ocurriría en razón de la vinculación de las tareas universitarias con las aspiraciones decoloniales de ese país), concursos de oposición e inicio de reformas en los planes de estudio, incorporación de la extensión universitaria como parte sustantiva del que hacer universitario (parte fundamental de las demandas liberales para impulsar la modernización y desarrollo nacional), la construcción del estudiantado como sujeto político del cambio universitario.
Las demandas no satisfechas estuvieron en el campo del acceso masivo a la universidad (aunque se fue ampliando en las décadas siguientes), democratización parcial de los órganos de gobierno, transformación estructural de la razón social de la universidad (no logró convertirse en el epicentro de una sociedad de justicia y equidad), autonomía plena (la dependencia clerical fue sustituida en muchos casos por la gubernamental, especialmente debido al financiamiento).
Los sucesos de Córdoba (1918) inauguran un nuevo modelo de internacionalización universitaria -que se promueve especialmente entre 1918-1945)- para la renovación y reforma de las instituciones de educación superior.
- La revolución detenida. La agenda de la reforma de Córdoba en la perspectiva de la modernización y el desarrollismo latinoamericano
La Reforma Estudiantil de Córdoba y su Manifiesto Liminar, son sin lugar a dudas uno de los hitos más importantes en la construcción de la universidad pública Latinoamericana. La universidad Latinoamericana mostró con este evento, capacidad de adecuación y sobre todo de anticipación a ciclos de reforma por parte la educación superior en la región.
Sin embargo, en la literatura académica y política se suele sobreestimar sus propósitos y alcances. La reforma de Córdoba no fue anti sistémica ni anti capitalista, pero si profundamente transformadora a los fines del proyecto liberal.
Esta precisión fue ocultada por mucho tiempo por parte de la izquierda pro soviética (especialmente en la etapa de control estalinista de la III Internacional), porque formaba parte de su política de promover una alianza entre los sectores populares y clase obrera con las burguesías nacionales, para el impulso de las fuerzas productivas, una línea política en la cuál la Reforma de Córdoba mostraba ser un ejemplo síntesis ideal; los sectores burgueses, progresistas y comunistas resultaron defendiendo una misma propuesta de cambio, lo cual ha tenido un impacto impresionante en la institucionalidad.
El discurso del desarrollo de las fuerzas productivas era absolutamente funcional a la necesidad que tenían las élites locales de consolidar y modernizar los Estados republicanos (o descolonizados) y desarrollar el capitalismo en la periferia del sistema mundo.
- 1918 – 1945: La universidad latinoamericana en dos aguas. La larga onda de un proyecto de internacionalización universitaria inconcluso
La Reforma de Córdoba abre un periodo de internacionalización del modelo universitario, a partir de lo logrado en 1918. En este sentido, es quizá la única oportunidad en la cual los cambios para el sector, que se suelen contemplar en la internacionalización universitaria, tuvieron como lugar de enunciación la propia Latinoamérica.
No obstante, los sectores más combativos y críticos, especialmente estudiantes y docentes, nunca estuvieron satisfechos con los resultados de la Reforma de Córdoba y, por décadas han planteado que los proyectos emancipatorios y nacional populares requieren de una transformación mucho más radical del sector universitario.
Esto demanda un esfuerzo de análisis crítico de las políticas universitarias, su modelo de gestión y de relacionamiento con el conjunto de la sociedad. En ese sentido, lo alcanzado en Córdoba es parte del camino, nunca la aspiración final.
Lista de referencias
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Bayer, O. (2003). Os expropriadores anarquistas e outros ensaios. Buenos Aires: Booket / Planeta. (Obras originais publicadas nas décadas de 1970-1980).
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Lobato, M. Z. (2004). La vida en las fábricas: Trabajo, protesta y política en una comunidad obrera: Berisso (1904–1970). Buenos Aires: Prometeo / Edhasa.
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Mariátegui, J.C. (1926) La reforma de la inteligencia. En Amauta, no 2, Lima; Editorial Amauta, p. 15.
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Zimmermann, E. (1995). Los liberales reformistas. La cuestión social en la Argentina, 1890–1916. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.
Zimmermann, E. (1995). Os liberais reformistas. A Questão Social na Argentina, 1890-1916. Buenos Aires: Editorial Sul-Americana.
[1] Este texto forma parte del libro colectivo que escribo con Allison Goes, Izabela Gomes y Bruno Menezes
[2] Profesor universitario en la Universidad Federal de Sergipe, con bolsa de CAPES para investigación. Miembro del Consejo Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), integrante de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la educación (CLADE), la Fundación Kairos y el Congreso Mundial contra el Neoliberalismo Educativo. Directo de investigaciones y fundador del Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación (CII-OVE).
[3] Inicia con la independencia de Haití en 1804
[4] Historiadores como Margarita Durán Estragó atribuyen razones económicas (desarrollo de infraestructura económica del Paraguay) más avanzada
[5] El Partido Comunista del Perú se fundaría solo a finales de la década de los veinte del siglo XX.
[6] Luego iniciaría el Fordismo (1930-1970) y el giro posfordista a partir de 1970. Para profundizar en el tema pueden leer Bonilla-Molina, Luis (2022) Los modelos de administración educativa y su relación con las formas de gestión capitalista. Ediciones desde abajo. Colombia
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Calidad EducativaCuarta Revolución IndustrialEducaciónLuis Bonilla-molinaReforma de córdoba
Publicado por Luis Bonilla-Molina
Profesor invitado de la Universidad Federal de Sergipe, Brasil. Miembro electo del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y Coordinador del GT CLACSO “Capitalismo digital, políticas educativas y pedagogías críticas” (2023-2025). Miembro del Secretariado del Congreso Mundial contra el Neoliberalismo Educativo (Río de Janeiro, Brasil, octubre 2024). Integrante de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), la Fundación Kairos y la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS). Investigador del Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación (CII-OVE). Investigador asociado al eje “trabajo docente” de la CRES+5 a realizarse en Brasilia, Brasil, abril 2024. Contactos: luisbonillamolina.62@gmail.com; contacto@luisbonillamolina.com Ver todas las entradas de Luis Bonilla-Molina