
El gigante asiático, ante los aranceles de Trump, aseguró que «no renunciará a las contramedidas de respuesta». Foto: Rusia Today
Trump está feliz porque está haciendo lo que se propuso: sofocar al mundo con sus amenazas, sanciones y con irrespetuosas expresiones
Autor: Elson Concepción Pérez | internet@granma.cu
12 de abril de 2025
La guerra comercial está declarada y coincide con épocas de confrontaciones bélicas, por demás con armamentos sofisticados, y hasta amenazas nucleares.
Todo proviene de un mismo centro de poder, Estados Unidos, en el cual los mandatarios –tanto el anterior como el actual– no se interesan por los miles de millones de hambrientos que habitan en el Planeta Tierra. Tampoco le importaron cifras de enfermos, ni los países donde la hambruna es pandémica.
Trump está feliz porque está haciendo lo que se propuso: sofocar al mundo con sus amenazas, sanciones y con irrespetuosas expresiones como las de este martes, ante el Comité Nacional Republicano del Congreso.
Allí hizo gala de su estilo propio: «Me besan el trasero», exclamó ante el auditorio, en el que algunos se sorprendieron por lo que estaban escuchando.
Cada día amenaza a China, y ya ha subido los aranceles contra la nación asiática hasta un 145 %. El gigante asiático, por su parte, aseguró que «no renunciará a las contramedidas de respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos», y elevó las tarifas a los productos estadounidenses hasta un 125 %.
Otra de las reacciones del desafiante presidente de Estados Unidos fue cuando conoció del desplome bursátil que se ha producido durante la presente semana, del cual dijo: «sean fuertes, valientes y pacientes, el resultado será la grandeza. A veces hay que tomar medicamentos para solucionar algo».
La Unión Europea ha reaccionado con la convicción de que el bloque centraría su comercio hacia otros países, en los que hay grandes oportunidades.
En nuestro continente, el Gobierno colombiano desarrolla una «estrategia integral para ampliar y consolidar nuevos destinos» para las exportaciones, como Europa, Asia, Medio Oriente y América Latina.
Por su parte, el Gobierno de Brasil, lamentó la medida, al considerar que Estados Unidos «viola los compromisos con la Organización Mundial de Comercio (OMC)».
No obstante, y en medio de la guerra de aranceles, Trump dispuso de tiempo para recibir en la Casa Blanca a Benjamín Netanyahu, premier israelí, condenado por el Tribunal Penal Internacional por los crímenes de lesa humanidad que comete contra la población palestina, quien no ha ido a prisión por contar con el apoyo incondicional del gobierno de Washington.
De las conversaciones trascendió lo asegurado por Trump: «Ya saben lo que opino sobre la Franja de Gaza. Creo que es un terreno inmobiliario increíblemente importante, y creo que es algo en lo que deberíamos involucrarnos. Tener una fuerza de paz como la de Estados Unidos, que posea y controle la Franja de Gaza, sería algo bueno. Si trasladamos a los palestinos a diferentes países, y hay muchos que los recibirán, realmente tendremos una zona de libertad».
Vale entonces preguntarnos si, en el tema de los aranceles, en el palestino, en el iraní, en los bombardeos a Yemen, en Ucrania, y en otros más, habría tiempo para poner freno a Trump, antes que el apocalipsis se apodere del Planeta.