¿Una Guerra global en el centro del mundo? I


VLADIMIR ACOSTA

31 OCTUBRE, 2023

Guste o no guste, el pasado 7 de octubre ha sido sin duda una fecha memorable para la lucha palestina por sus derechos y su libertad; lucha que siendo contra el genocida e intransigente sionismo israelí forzosamente tenía que ser violenta. Y, es más, pronto podría esa fecha resultar también memorable para el mundo entero si las tensiones y amenazas de guerra que hizo estallar brutalmente ese día, aumentan en alcances y en intensidad, dada la soberbia racista del sionismo y su respuesta brutal e indiscriminada, tal como hemos visto y condenado por décadas y seguimos viendo a diario.  Y es que esa masiva e inesperada respuesta guerrera de Hamas en nombre de todo el pueblo palestino se produce mientras el estado sionista de Israel esperaba continuar con sus ya 75 años de impunes matanzas genocidas de civiles, de asesinatos de niños, de destrucción de poblados y ciudades, de robos de tierras, de encarcelamientos arbitrarios y de agresiones criminales contra la inerme población de la humillada y masacrada Palestina. Agresiones y crímenes que Israel ha proclamado siempre en forma abierta y que Occidente, es decir, que tanto Estados Unidos (EU), promotor, armador y financista de sus crímenes, como Europa, cómplice dócil y servil suya, se encargaban de embellecerlos y de celebrarlos. Imposible recordar aquí y ahora todas esas agresiones. Me limitaré solo a mencionar las más recientes, que no siempre han sido las más letales ni las más monstruosas. El 27 de diciembre de 2008 lanza la Operación Plomo Fundido, que deja 1400 palestinos muertos; El 14 de noviembre de 2012 le toca a la Operación Pilar Defensivo, que elimina a 170 palestinos; el 8 de julio de 2014 es la Operación Margen Protector, que liquida a 2.551 palestinos; y el 20 de mayo de 2021 en un choque con Hamas mata 232 palestinos.

Nada de esto, de ningún lado, puede compararse con el enorme y sorpresivo ataque de Hamas el pasado 7 de octubre ni con la tardía pero gigantesca y sostenida respuesta sionista, ya que, aunque difieren en su forma y en sus objetivos, lo cierto es que una y otra se mantienen y se diversifican. O, dicho de otro modo, porque con ambas se ha entrado a un nivel más complejo y destructivo de esa lucha, la de Hamas, por la liberación de Palestina y por el derecho de ésta a disponer de un Estado libre y propio; y la de Israel por lograr la destrucción de Gaza y la desaparición definitiva del pueblo palestino.

El contundente y masivo ataque de Hamas el 7 de octubre se realizó con empleo de armas letales que mataron a centenares de israelíes, fuesen militares o civiles, con despliegue de miles de cohetes y misiles, unos 7.000, mucho más potentes que los casi inofensivos cohetes caseros de siempre; todo ello acompañado por la simultánea revelación de la existencia de una reciente y enrevesada red de túneles, enorme red, que usa buena parte del subsuelo de Gaza, red en la que Hamas encerró a 200 israelíes capturados para que sirvieran de rehenes.

Pero el exitoso ataque dejó pronto puntos confusos, difíciles de explicar si se quería describirlo como similar a antiguas protestas o intifadas, todas improvisadas, desarmadas o mal armadas, que eran siempre quebradas fácilmente por la inmediata y brutal respuesta armada del ejército israelí.  Este ataque de Hamas, en cambio, fue producto de un largo proceso de preparación, de meses de práctica en Gaza y de uso de armamento. ¿Cómo explicar entonces que el siempre vigilante estado israelí, armado hasta los dientes, siempre listo para masacrar palestinos, carente de escrúpulos y dueño de un siniestro servicio de espionaje, el Mossad, considerado uno de los más eficientes del mundo, no se hubiese dado cuenta de esto?  Y, es más, ¿cómo entender que, habiendo sido informado con antelación por la CIA y por el gobierno egipcio de la inminencia de ese ataque, Israel tampoco hubiese hecho nada y hubiese esperado 5 horas para responder, lo que le costó unos 1.500 israelíes muertos? ¿Escogió acaso soportar el ataque, subestimando su alcance, para luego aplastar al atacante con su respuesta, que sin la menor duda sería mucho más fuerte y más letal que el ataque de este? Es difícil admitir eso, pues de entrada esa respuesta era poco sensata y además no quedaba muy claro quién estaría vivo para aplicarla. ¿O es que en esto estuvo implicado ya EU? De todas formas, lo cierto es que hasta ahora ese confuso asunto no ha sido aclarado por ninguna de las partes y al parecer el acelerado desarrollo militar del conflicto y los rasgos que va tomando parecen haberlo dejado atrás sin que hubiese ningún intento de aclararlo.

Pero, en todo caso, Israel respondió luego con su usual brutalidad racista. Netanyahu declaró que Israel estaba en guerra con Gaza, que masacraría a todos sus habitantes, y que una vez despoblada de esas bestias, poblaría a Gaza con seres humanos, esto es, con judíos israelitas. Hizo cortar agua, luz y energía y bombardeó pueblos, y en ellos, hospitales y escuelas, matando a miles de palestinos, todos civiles, por supuesto: hombres, mujeres, niños y ancianos, sanos y enfermos, hasta que la masiva protesta mundial contra ese gigantesco genocidio lo obligó a matizar en cierta medida su amenaza. Y así ha mantenido su guerra genocida contra Gaza. Ordenó a la población que había quedado sitiada por su agresión que evacuara Gaza hacia el sur porque iba a bombardear la Franja. Eso llevó a cerca de un millón de habitantes de Gaza, la mitad de los cuales eran niños, a huir hacia el sur, porque Egipto no quería refugiados. Así, desesperados, en medio de misiles y constantes bombardeos israelíes, sin agua ni alimentos, ni electricidad ni refugio, esto es, en medio de una horrenda crisis humanitaria: hambre, oscuridad, enfermedades y muertes. Ya Israel había matado más de 1.800 palestinos, herido a miles y desplazado a más de 400.000. Y esto no ha cesado de aumentar y empeorar desde entonces.

La otra cosa que no pareció al principio llamar mucho la atención fue que al producirse el ataque de Hamas a Israel y la inevitable aparición de EU en ese Cercano-Oriente petrolero, el comportamiento hipócrita que éste asumió más parecía el de una suerte de mero asesor y moderador de Netanyahu que el de quien, a fin de cuentas, como amo que todavía se cree del mundo, no podría ser sino el promotor y eje del problema. Problema que, para él, sólo podía ser el asociado al control del petróleo de ese Cercano y Medio Oriente que le es fundamental desde hace ya más de siete décadas. En tal sentido, me pareció importante, para mostrar el protagonismo de EU y su interés esencial en el manejo y control absoluto de esa situación, lo que dice Michael Hudson en una entrevista que se le hizo en esos mismos días. Michael Hudson es un brillante economista norteamericano, estudioso y crítico de EU como potencia imperial. En esa entrevista, Hudson dice que el conflicto actual, Hamas-Israel, enmascara el intento estadounidense de atacar a Siria e Irán y apoderarse del Cercano Oriente. No se trata de Hamas- explica ante la rápida llegada de 2 beligerantes portaviones yankees al Mediterráneo oriental- pues no se mueven 2 gigantescos portaviones con más de 10 barcos de guerra y miles de soldados solo para atacar a unos milicianos. En su opinión, el progreso de un mundo multipolar y una Eurasia interconectada con Rusia, China e Irán liderando el proceso, es una amenaza grave para el poder global de EU, por lo que en respuesta provoca conflictos regionales en lugares críticos desde el punto de vista geopolítico. Y sus estrategas creen que Rusia tiene inmovilizado su ejército en Ucrania, por lo que no puede apoyar a Siria. Así, con esa política aventurera, EU está arriesgando que se llegue a desencadenar una nueva Guerra mundial, esta vez nuclear. Sus estrategas son conscientes de que EU está perdiendo poder militar y de que la guerra de Ucrania ha dejado a la OTAN prácticamente sin armas. Pero también creen que por eso nunca tendrá tanto como el que todavía tiene ahora. De modo que prefiere que esa guerra sea ya y no en un futuro próximo, pues en ese caso su derrota es segura mientras que si la desencadena ahora podría apoderarse de Irán y obtener el petróleo que con urgencia necesita. Es eso lo que argumenta la subsecretaria de Estado, la Nuland, la del Maidán.

Pero los choques y la violencia crecen. Así que seguimos en próximo artículo.

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