Trump se termina de quitar la careta. Decreta el bloqueo naval contra Venezuela y reclama la propiedad del petróleo y de todas las riquezas del país. Ahora además se arroga derechos sobre nuestro territorio, como si fuera un conquistador. Demuestra que su operación filibustera en el Caribe no tiene nada que ver con la lucha contra las drogas, la democracia en Venezuela o Maduro: quiere nuestras riquezas y nuestro territorio. Quiere las riquezas de toda América Latina y usa a Venezuela para mandar una señal exigiendo sumisión al resto de la región. Como todo delincuente de cuello blanco, su única motivación es la codicia voraz. Para eso, hará lo que sea: asesinar indefensos en el mar, bombardear territorio venezolano, matarnos de hambre. Todo, con tal de hacerse con nuestro petróleo, nuestros recursos y nuestro territorio.
La situación desesperada que vive toda la población venezolana y el cierre de toda salida política que ha impuesto el Gobierno, lleva a algunos a creer que nuestra crisis se resolverá con cañoneras. Para aquellos que, con cinismo o ingenuidad, cifraron esperanzas en que la presencia estadounidense nos libraría del mal gobierno de Maduro, pueden ya bajarse de esa nube. No es por la democracia, es por petróleo. No es contra Maduro y su gobierno de facto, es contra todos nosotros.
La crisis la solucionamos nosotros, los venezolanos y venezolanas, con democracia, justicia social y dentro de la constitución. Hacemos un llamado urgente a una solidaridad internacional de pueblos que haga valer nuestro derecho a la autodeterminación.
Comunes, corriente popular 16.12.25