«La Bruja Márquez», impulsor del derecho laboral y los DDHH en el País

Ángel J. Márquez, conocido popularmente como «La Bruja Márquez», fue un destacado abogado y político venezolano, reconocido por su papel fundamental en la historia política de Venezuela, especialmente en el estado Aragua. Nacido en 1907, Márquez fue parte de la generación de 1928, un grupo de jóvenes que se opuso a la dictadura de Juan Vicente Gómez y que buscó promover ideales democráticos y de justicia social en el país.

Fue uno de los fundadores del Partido Comunista de Venezuela (PCV) en Aragua, donde desempeñó un papel crucial en la organización y movilización de las masas trabajadoras y campesinas. Su liderazgo y capacidad oratoria le valieron un lugar destacado dentro del partido y lo convirtieron en una figura influyente en la política regional.

Márquez se destacó no solo por su formación académica en derecho, sino también por su compromiso con la lucha política y social.
Dirigente en la Huelga petrolera de 1936, asesor de la huelga de los campesinos que trabajan en la hacienda Tiquire Flores, participo desde su fundación en la CTV, activista del PRV-FALN, Asesor de la Huelga Bananera en Yaracuy, en los años en 1977, Asesor de las Huelgas Textiles, impulsor de la Escuela de Formación Obrera(EFO), Asesor de la CTA y CUTV y Asesor de la Liga Campesina.

El apodo «La Bruja Márquez» puede haber surgido de su estilo particular, que combinaba una fuerte retórica política con una visión crítica del sistema político de su época, pero por sobre todo, porque los patrones le temían, porque ganaba todos los casos laborales a favor de los trabajadores.

Su enfoque audaz y a menudo controvertido le permitió ganar adeptos, pero también le generó enemigos entre aquellos que defendían el status quo.

A lo largo de su carrera, Márquez enfrentó diversas persecuciones políticas debido a sus ideales comunistas y su oposición a los regímenes autoritarios.
Perseguido, torturado y estuvo preso en la Rotunda y en el Castillo de Pto. Cabello.
A pesar de esto, continuó defendiendo los derechos de los trabajadores y promoviendo la justicia social hasta el final de su vida.

Su legado perdura en la memoria colectiva de los movimientos sociales y políticos en Venezuela, y su contribución al desarrollo del comunismo en el país sigue siendo objeto de estudio y reconocimiento. Ángel J. Márquez es recordado como un defensor incansable de la democracia y los derechos humanos, así como un símbolo de la resistencia ante la opresión política.
Su compañera de vida fué Priscila López.

¡Honor y Gloria a Ángel J Márquez, La Bruja Márquez!