
En una región marcada por la dominación y resistencia, el capitán Ibrahim Traoré emerge como el rostro del panafricanismo y la soberanía en Burkina Faso.
Por Diallo Ablaye*
En el corazón del África occidental, en una tierra donde los tambores aún retumban con el eco de la dignidad ancestral, un joven capitán se ha erguido como símbolo de esperanza y resistencia. Su nombre: Ibrahim Traoré, aunque para su pueblo y los panafricanistas del mundo, simplemente es IB, un hijo del pueblo, un líder de excepción, una llama que revive el fuego revolucionario que alguna vez encendió Thomas Sankara.
Burkina Faso, traducido como «la patria de los hombres íntegros», no lleva ese nombre por azar. Fue Thomas Sankara, el inolvidable “llamado en América Latina el Che Guevara africano”, quien en la década de los 80 cambió el nombre colonial de Alto Volta por uno que reflejara la dignidad de su pueblo. Enfrentó con valentía al imperialismo francés y a sus cómplices internos, esos «esclavos de casa» que siempre han servido de herramientas para frenar la liberación africana. Lo asesinaron en 1987, como lo han hecho con otros líderes que osaron soñar con una África libre: Patrice Lumumba, Muamar Gadafi, Sylvanus Olympio, Ruben Um Nyobé, y tantos otros mártires del continente.
Hoy, décadas después, un nuevo rostro joven y determinado toma la posta. El capitán Ibrahim Traoré, presidente más joven de África, ha emergido como una figura que revive los ideales de Sankara: soberanía, justicia, dignidad y libertad. Su llegada al poder, aunque criticada por algunos como un «golpe de Estado», es reconocida por millones como un acto de patriotismo, un llamado urgente a proteger al pueblo de Burkina Faso del caos, la inseguridad y el saqueo que durante años ha dejado el neocolonialismo y sus redes internas de corrupción.
IB no es simplemente un jefe de Estado. Es un hijo valiente de África, un hombre sin complejos frente al neocolonialismo, un capitán que no se arrodilla ni ante los intereses extranjeros ni ante sus agentes internos. En apenas dos años de liderazgo, su gobierno ha dado pasos agigantados para desarrollar el país, restaurar la seguridad y devolverle al pueblo el respeto , la dignidad y sus derechos que les ha sido negada durante siglos.
África despierta: la lucha continúa
La presencia de IB en el poder coincide con un despertar continental. Burkina Faso, junto con Mali y Níger han dado forma a una Alianza de Estados del Sahel, unidos por el propósito común de defender sus pueblos del terrorismo, de la injerencia externa y de la fragmentación étnica alimentada desde afuera. Esta nueva alianza representa una ruptura con las cadenas del pasado y un llamado a la unidad panafricanista como único camino hacia el desarrollo real.
Pero este avance no es bien visto por todos. Los intereses neocoloniales tiemblan ante la posibilidad de una África fuerte, autónoma y libre. Como ocurrió con Sankara, hoy se fraguan planes para eliminar a IB, para silenciarlo, para borrarlo de la historia. No lo permitiremos.
Yo, Diallo Ablaye, dirigente de la Organización Panafricanista Mundial, he sido víctima recientemente de un ataque racista en Bilbao, España, un intento de silenciar a quienes defendemos una visión panafricanista real y sin concesiones. Como yo, muchos otros en la diáspora y en el continente, somos testigos de que el sistema global aún está dispuesto a usar la violencia y la exclusión para frenar la libertad africana.

Una promesa de nunca más
La historia africana está manchada con la sangre de sus hijos más nobles. Pero hoy decimos ¡basta! No permitiremos otro Sankara asesinado, otro Lumumba torturado, otro Gadafi humillado. El pueblo africano y sus hijos e hijas en la diáspora están más despiertos que nunca. Sabemos de que es capaz el neocolonialismo, sabemos qué es lo que queremos, y sabemos quiénes están con nosotros.
Por eso, desde la Organización Panafricanista Mundial( OPAM), desde los corazones jóvenes que laten con fuerza en Accra, Bamako, Uagadugú, Dakar, Lagos y en cada barrio negro de América Latina, alzamos la voz en apoyo total al capitán Ibrahim Traoré.
IB representa la esperanza. Representa una nueva África. Representa el mañana que no pudieron apagar.
¡Larga vida a Ibrahim Traoré!¡Viva la resistencia africana!