El bombardeo del Conscience lleva el genocidio palestino al corazón de Europa

El barco El Conscience, tras el ataque por drones antes de zapar. FREEDOM FLOTILLA COALITION

Un barco de ayuda humanitaria fue atacado cerca de Malta por drones presuntamente israelíes. Detalles y antecedentes de un crimen de guerra

Lautaro Rivara 

03/05/25 |Actualizado: 03/05/25

Desde La Valeta, Malta. El viernes 2 de mayo, tras meses de arduo trabajo y varios días de preparación en tierra, varias decenas de trabajadores humanitarios, activistas por la paz y comunicadores de una veintena de países de los cinco continentes se disponían a embarcarse en el Conscience, que por ese entonces navegaba en aguas internacionales próximas a Malta, un pequeño Estado insular ubicado al sur de la Unión Europea. La iniciativa fue organizada por una alianza civil internacional conocida como la Coalición Flotilla de la Libertad (FFC, por su sigla en inglés) y contó con el respaldo de parlamentarios, Premios Nobel y de activistas mundialmente reconocidas como la ambientalista sueca Greta Thunberg.

Terrorismo en aguas internacionales

Pocos minutos después de la medianoche, el día señalado para el embarque, la nave y los 16 miembros de su tripulación fueron atacados por dos drones artillados que atentaron directamente contra su generador, ubicado en la proa del barco, dejando al Conscience sin energía, abriendo una brecha importante en el casco y provocando un incendio que amenazó con hundirlo en las aguas del Mediterráneo.

La sospecha de autoría israelí se funda no sólo en su historial de agresiones contra la FFC y la solidaridad internacional con Palestina, sino en hechos mucho más concretos. Medios locales e internacionales confirmaron este viernes el ingreso de un avión militar israelí en el espacio aéreo maltés pocas horas antes del ataque con drones. La aeronave realizó maniobras al este de la isla a una altitud baja, de 1524 metros, y se retiró tres horas después. «Lo ocurrido es muy grave. Israel parece haber sobrevolado Malta, un Estado miembro de la UE, con una aeronave militar no autorizada, violando nuestra neutralidad. Esto es muy grave«, aseguró a The Times of Malta una fuente militar anónima. Hasta el momento el gobierno israelí no ha dado ninguna explicación oficial.

Horas después del incidente, el Servicio de Tráfico Marítimo de Malta emitió un comunicado de prensa en donde aseguró que tras las primeras labores de asistencia el fuego había sido controlado con celeridad y que todas las personas se encontraban ya fuera de peligro. 

Medios locales e internacionales confirmaron este viernes el ingreso de un avión militar israelí en el espacio aéreo maltés pocas horas antes del ataque con drones

Según la versión contrastante del capitán Beheşti İsmail Songür, ni la respuesta maltesa ni la del barco chipriota que sofocó el incendio en un plazo de tres horas fue todo lo expedita que debió haber sido. Finalmente la tripulación del Conscience decidió permanecer a bordo en custodia del barco y exigir el cumplimiento cabal de los protocolos de rescate, solicitando a las autoridades de Malta el permiso para entrar en aguas territoriales y atracar en un puerto seguro en La Valeta, algo que hasta la madrugada de ayer la guardia costera había impedido.

En el escenario internacional, y cumplidas las 24 horas del atentado, al otro lado del mundo presidentes, expresidentes y líderes políticos y sociales de América Latina y el Caribe se habían posicionado condenando el hecho y exigiendo su esclarecimiento, incluyendo a figuras como el mandatario colombiano Gustavo Petro y el expresidente boliviano Evo Morales. Paradójicamente en Europa, en cuyo territorio se produjo el acto de guerra, ningún líder alzó la voz de momento,

Guerra burocrática y guerra a secas

De las 36 embarcaciones lanzadas por la FFC desde el 2010 a la fecha, sólo cinco lograron llegar a territorio palestino, eludiendo el cerco colonial y haciendo entrega a la población gazatí de la ayuda humanitaria prevista. Pero la mayoría de ellas o bien no lograron salir de sus respectivos puertos por la guerra burocrática desatada por Israel y sus socios occidentales, o bien fueron desviadas, interceptadas e incluso atacadas por sus fuerzas armadas.

El hecho más grave, y el de mayores repercusiones internacionales, fue el asalto al buque Mavi Marmara en el año 2010, que transportaba a cientos de activistas, la mayoría de nacionalidad turca, en el marco de una flotilla compuesta por 750 personas de 40 nacionalidades que llevaban nada menos que diez mil toneladas de ayuda humanitaria a Gaza.

En ese contexto, el 31 de mayo se produjo un asalto de las fuerzas israelíes que, como sucede ahora con el Conscience, también tuvo lugar en aguas internacionales y en flagrante violación del derecho marítimo internacional. La incursión violenta se valió de buques de guerra, lanchas rápidas, munición real, gases, bombas aturdidoras, drones y helicópteros. El ataque se saldó con 50 heridos y 10 activistas asesinados (uno quedó en estado de coma y falleció a los cuatro años del incidente). Algunos incluso fueron rematados por la espalda y a corta distancia, como demostró un juicio en ausencia realizado en Estambul contra cuatro oficiales israelíes. Significativamente, el capitán del Conscience es hijo de una de las víctimas del Mavi Marmara. 

De las 36 embarcaciones lanzadas por la FFC desde el 2010 a la fecha, sólo cinco lograron llegar a territorio palestino, eludiendo el cerco colonial y haciendo entrega a la población gazatí de la ayuda humanitaria prevista

Pese al estupor mundial y la condena de numerosos gobiernos y organismos internacionales, el martirio de los activistas del Mavi Marmara permanece aún impune. Así, los expedientes duermen todavía en los archivos de una comisión de investigación fantasma, conformada por el gobierno de Benjamín Netanyahu y el Likud, que optaron por hacer de juez y parte en el asunto.

El otro antecedente inmediato del ataque al Conscience fueron dos misiones; “Handala: por los niños de Gaza” y “Romper el asedio”, la primera realizada desde la escalada exponencial del genocidio palestino, que comenzó en octubre del 2023 con el bombardeo sistemático de la Franja, que ya descargó sobre los gazatíes el equivalente en kilotones a varias bombas de Hiroshima.

La flotilla de gran envergadura que se preparaba para salir de Estambul en abril con 5.500 toneladas de alimentos e insumos médicos fue víctima de la guerra burocrática. Por la presión conjunta de Israel y Estados Unidos su bandera le fue retirada; finalmente el gobierno turco le denegó los permisos para abandonar el puerto rumbo a Gaza. Es por eso que la misión actual fue organizada con total confidencialidad en el archipiélago de Malta.

“Navegar hasta que Palestina sea libre”

La FFC nació en 2010 como una prolongación de la experiencia del Movimiento Gaza Libre surgido en 2008. En la actualidad, aglutina a campañas nacionales, organizaciones y figuras públicas de países como Canadá, Italia, Malasia, Turquía, Australia, Noruega, Sudáfrica, España, Suecia, Estados Unidos, Irlanda, Brasil, Alemania y otros. Entre sus miembros y aliados se encuentran defensores de derechos humanos, activistas sociales, líderes religiosos, parlamentarios, periodistas, trabajadores de la salud, sindicalistas, académicos, artistas y estudiantes.

A través de misiones e iniciativas de distinto carácter y envergadura, en los últimos 15 años la FFC ha intentado romper el bloqueo israelí, tanto en su dimensión material y militar como en su aspecto político, diplomático y comunicacional. Así, la coalición ha organizado varias giras realizando actividades de concientización en diferentes puertos de Europa.

Pero por sobre todas las cosas se ha propuesto llegar a Gaza, ejerciendo el derecho marítimo de surcar las aguas internacionales sin restricciones ni coacciones, así como el derecho de los palestinos de recibir a quienes quieran en los territorios bajo su autoridad. La propuesta ha sido siempre navegar hasta las costas del enclave colonial, quebrar el bloqueo, brindar asistencia a la población gazatí y abrir un corredor humanitario que ni los Estados ni los organismos internacionales han podido o han querido garantizar, sentado así el precedente para que otros actores de la sociedad civil internacional puedan hacer lo mismo en el futuro. 

La FFC es una organización no partidista que se articula ante todo con organizaciones civiles de Palestina, como los campesinos y pescadores de la Unión de Comités de Trabajo Agrícola o con colectivos como “No somos números”, conformado por jóvenes comunicadores. 

Pese a que la coalición practica y educa a sus voluntarios en la “acción directa no violenta”, la desobediencia civil y la resistencia pacífica, sus referentes han sufrido todo tipo de persecución, estigmatización y agresiones en los últimos años. Aunque como señala Thiago Ávila, representante de la campaña en América Latina, “se trata de apenas una pequeña fracción de lo que sufre cotidianamente cualquier palestino bajo la ocupación, el apartheid y las políticas de limpieza étnica”.

La propuesta ha sido siempre navegar hasta las costas del enclave colonial, quebrar el bloqueo, brindar asistencia a la población gazatí y abrir un corredor humanitario que ni los Estados ni los organismos internacionales han podido o han querido garantizar

En efecto, el castigo colectivo a los palestinos acumula ya 77 años de colonización israelí directa, más de 500 días de bombardeos sistemáticos en la Franja de Gaza y dos meses con la más completa restricción al ingreso de agua y otros elementos vitales. A los ataques directos y permanentes se suma la utilización del hambre, la sed y las enfermedades como armas contra el enclave como ha sido denunciado frente a la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional; pero también la guerra burocrática, la piratería y el terrorismo internacional contra los actores humanitarios y las redes de solidaridad, ahora también en el corazón del salvaje “jardín” europeo.