¿Qué no hacer?


Pasqualina Curcio.- Al contrario de lo que plantean economistas de la derecha, incluso algunos de la “izquierda”, la secuencia de la hiperinflación es la siguiente: dolartoday manipula políticamente el tipo de cambio; aumentan los costos de importación; esto ocasiona un shock de oferta con doble efecto: aumentan los precios y cae el PIB; se genera un déficit fiscal; y luego, para cubrir dicho déficit, ajustar los salarios y garantizar que regresemos a los niveles de consumo que teníamos antes del ataque a la moneda, es decir, para restituir el PIB, el gobierno aumenta la cantidad de dinero. El ciclo comienza de nuevo, y es que no parará hasta que no cese el ataque a la moneda.

El que la cantidad de dinero “inorgánico” no es la causa originaria y determinante de las hiperinflaciones, sino la consecuencia, no lo decimos solo nosotros, lo dijo Phillip Cagan en 1956, a quien se le atribuye la definición de la hiperinflación. Por cierto, el científico en cuestión era monetarista.

Dado ese diagnóstico de larga data, sería un grave error, casi un suicidio colectivo:

1Aplicar la receta neoliberal de recortar o “armonizar” la cantidad de dinero. Su efecto potenciaría el del ataque a la moneda, sumaría a una mayor caída del PIB, del empleo y deterioro de las condiciones de vida, sin, de paso, resolver el asunto de los precios.

2 Seguir entregando por Dicom o por el nuevo sistema de mercado cambiario, las divisas del sector público a los privados, con eso solo lograríamos quedarnos sin reservas, y no nos referimos a los $8.000 millones actuales, sino las que ingresarán por exportación de petróleo y por endeudamiento externo una vez se monetice el trozo de la faja que recibió el BCV.

Si nos quedamos sin reservas, seremos más vulnerables ante los ataques a nuestra moneda. Pero además, no podremos defendernos de las agresiones económicas, no tendríamos para importar alimentos y medicamentos, ni para pagar la deuda externa, ni apoyar la producción comunal y estatal, más ahora que le exoneraron los aranceles de importación a los grandes capitales privados.

3“Flexibilizar” la inamovilidad laboral y reformar la seguridad social. En esta guerra económica y por tanto lucha de clases, la protección del proletariado no se negocia. Eso no se toca. Por lo menos no en revolución.

Pasqualina Curcio
@PasquiCurcio

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