¡Los trabajadores se organizan y expulsan los golpistas de sus fábricas ante el terror fascista!


“En Masatepe unos 40 pobladores encapuchados con morteros intentaron de desestabilizar esa empresa pero los obreros quieren trabajar. ¿Qué sucedió? Que los trabajadores en forma espontánea decidieron defender su estabilidad y salieron 300 trabajadores de una empresa maquilera y sacaron a estas 40 personas”, dice Pedro Ortega, secretario de asuntos laborales de la Dirección Nacional de la CST, Central Sandinista de Trabajadores. 

Los 120.000 trabajadores de manera directa y 250 mil indirectos que laboran en los parques industriales en Nicaragua ya perdieron la paciencia con la oposición golpista que intentan a través el terror y morteros imponer un paro de producción en el país.
 
En los dos días más recientes han sido hostigados y atacados los obreros y obreras en diferentes maquilas, fábricas situadas en parques industriales con una gran mayoría de mujeres. Los ataques se han producido en los municipios de Tipitapa, Managua y Masaya, nos cuenta en la siguiente entrevista de audio Pedro Ortega, secretario de asuntos laborales de la Dirección Nacional de la CST, Central Sandinista de Trabajadores sobre los ataques a los obreros de la oposición golpista.
“¡A quemar la empresa!”
 
En la maquila en el municipio de Tipitapa encapuchados entraron en la madrugada el día martes de forma violenta, derribaron un portón y amenazaron e intimidaron a los obreros que se encontraban en su jornada laboral. Destruyeron las cámaras de vigilancia, hostigando tanto a los obreros como a las gerencias, amenazando de quemar al Parque Industrial si no pararan la producción.

“Entraron disparando con morteros y dijeron que tenían que sacar a los trabajadores, si no, tendrían que quemar la empresa. En la empresa 60 por ciento son mujeres y les dio temor y miedo ante la presencia de morteros y gente encapuchada”, nos cuenta el dirigente sindicalista Pedro Ortega. 

Mujeres y cabeza de familias. ¿Y las feministas?
 
Ante esta situación de terrorismo abierto contra gente trabajadora, la gerencia de esa empresa tomó la decisión de suspender las labores, dejando tres mil trabajadores en la calle, cuenta Ortega, sin sustento para sus familias. Muchas son mujeres que son cabeza de familia con responsabilidad de alimentar a sus hijos.
Las organizaciones feministas, diferentes ONG’s que reciben jugosas donaciones del exterior y que en Nicaragua trabajan con niños o mujeres en su desarrollo, deberían reflexionar por sus posiciones y respaldo a ese terrorismo que ataca, no solo la fuente del ingreso de las familias obreras y campesinas, sino también atacan, como el caso de Masaya al hospital público con mujeres embarazadas y niños recién nacidos.

“En otra empresa que produce cartón entraron disparando con morteros creando pánico y se paró la producción, dejando casi 15.000 trabajadores (sin ingresos). Está en peligro el empleo de la zona franca. Porque hoy son tres días sin labor. La estabilidad laboral peligra. En total son 50.000 trabajadores en igual situación de empleo”, subraya Ortega. 

Paro Nacional ¿contra quién? El caso venezolano 2002
 
La mayoría de los dueños de las maquilas son estadounidenses, canadienses, coreanos y una u otra empresa europea, pero principalmente son norteamericanos y coreanos.
Como el intento de un ´Golpe Suave´ no tiene una base social y política popular, la oposición de la extrema derecha ha exigido que la organización empresarial Cosep convoca a un Paro Nacional contra ellos mismos, es decir lo que en Europa se llama ´lockout´. Los mismos capitalistas cierran sus fábricas y medios de producción, buscando presionar al gobierno a tal grado que cede ante la presión económica.
El caso emblemático es el paro petrolero de los mismos gerentes de la vieja gerencia de PDVSA en Venezuela, que en el 2 de diciembre de 2002 cerró la producción para obligar al entonces nuevo presidente Hugo Chávez a renunciar la presidencia. El paro petrolero duró dos meses y le costó a la nación más de 20 mil millones de dólares.
300 obreros expulsaron los golpistas
 
En Nicaragua, dice Ortega, los violentos opositores intentan ahora hacer lo mismo. Y como no tienen ninguna influencia en el movimiento obrero y sindical no pueden parar la producción. Por lo tanto, se dirige con sus armas a las gerencias, obligándolas cerrar las fábricas en los grandes Parques Industriales.
Dice el líder sindical que en el municipio de Masaya existe la misma incertidumbre ante los increíbles ataques contra el hospital, la alcaldía, la estación de policía, al Mercado de Artesanía, convertidos en objetivos y blancos militares por las hordas fascistas que durante las noches atacan y atracan a la gente en común. Y ahora se dirigen contra las maquilas de la región de Masaya, como en el caso esta mañana.

“En Masatepe unos 40 pobladores encapuchados con morteros intentaron de desestabilizar esa empresa pero los obreros quieren trabajar. ¿Qué sucedió? Que los trabajadores en forma espontánea decidieron defender su estabilidad y salieron 300 trabajadores de una empresa maquilera y sacaron a estas 40 personas que querían hacer lo mismo como han hecho en Tipitapa. Fueron expulsados, a pesar que les tiraron morteros a los trabajadores. Pero los trabajadores con palos sacaron esas personas. Fue la respuesta a las acciones desestabilizadoras que les quieren obligar a los trabajadores a que paralicen sus labores. Porque los trabajadores quieren paz y trabajo. 


El Seguro Social y las pensiones
 
El origen de la revuelta reaccionaria fue el paquete para financiar el “hueco” en las jubilaciones y el seguro social. El director de la Revista Correo (Managua), Jorge Capelán hace éste resumen cual fue el verdadero contenido de la reforma que quiso hacer el gobierno sandinista:
“El detonante del “golpe suave” fue una reforma del sistema de seguridad social del país que tiene un déficit de 80 millones de dólares que debe ser cubierto. La propuesta del FMI y de la irresponsable dirigencia empresarial del país era subir la edad de jubilación duplicando el número de años cotizados, reduciendo una gran cantidad de costos y privatizando el sistema de modo que solo los grupos con alto poder adquisitivo tuvieran derechos. La propuesta del gobierno era de reducir las jubilaciones en un 5% aumentando levemente la cuota de los asegurados trabajadores y aumentando fuertemente la de las empresas y la de aquellos con los ingresos más altos. La idea era la de salvar un sistema solidario e incluyente con el aporte de todos pero especialmente de los sectores más pudientes. El planteamiento del gobierno era de no subir ni la edad de jubilación ni de aumentar los años trabajados”.
El sindicalista Pedro Ortega esta acuerdo con la descripción sobre lo beneficioso era la reforma para consolidar el carácter solidario a los jubilados, sobre todo los trabajadores con pocos años de cotización, mientras el FMI y Cosep querían obligar al estado de Nicaragua de ampliar la edad de jubilaciones de 60 a 65 años más, entre varias exigencias neoliberales:
“Es un sistema solidario. Los trabajadores pagarían de su sueldo el actual 6,25 % a un 7 % de su sueldo. A los empresarios tendrían un aumento de tres por ciento dividido por tres años. La solidaridad se basa en financiar el sistema de jubilaciones y el sistema de salud y eso era lo que el gobierno estaba impulsando para que cediera una reforma que no se perjudicara a los trabajadores. Pero Cosep no aceptó dicha propuesta en vista que ellos también tenían otros motivos con la reforma fiscal, como las exoneraciones del gran capital que tienen más de 30 años de estar exentos de impuestos y exoneraciones. Era parte del chantaje de Cosep contra el gobierno, el chantaje con el seguro social”.
En resumen podemos concluir que la pelea en Nicaragua, desde el inicio, ha sido una lucha clásica entre Capital y Trabajo, entre Burguesía y Proletariado, entre Derecha e Izquierda.

Escucha toda la entrevista (26 minutos): AUDIO: https://app.box.com/s/ viot9z2bwv2fab0of24mgdvsif2yw7 uuEn YouTube: https://youtu.be/oCZlNFw7bYI

 

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