LA TRAMPA MELÍFERA DE HENRY FALCÓN – ANÍBAL GUERRA


por elelefantebocarriba
 No hay que restarle méritos al hasta ahora candidato a la presidencia Henry Falcón por deslindarse de la gallera de la MUD y apostar a unos comicios no reconocidos por Trump y Cía. Ser opositor de derecha y hacer caso omiso de ésto ya es bastante para alguien que apoyó las guarimbas el año pasado. Desde luego, apuesta a un posterior reconocimiento en caso de ganar, lo que se ha hecho evidente en su reciente “gira” a EEUU. Pero igualmente no tiene otra opción que reconocer a la ANC. Por contraste con la campaña de la MUD en 2012, esta vez dicho aspirante opositor ha decidido revelar, en líneas generales, su propuesta de gobierno. Como lo ha puesto fácil, procederé a agriar la miel de una trampa para bobos que hace que la palabra “demagogia” quede corta. Esas líneas las pone sobre la mesa Francisco Rodríguez, asesor de H. Falcón en una entrevista del Diario Panorama del 25/03/2018: Nº 1. Dolarizar los sueldos: este es el principal pegamento de azúcar para atraer electores descontentos. Cuando a un venezolano asalariado angustiado se le asoma la idea de tener en sus manos “dólares”, se juega con un recurso psicológico perverso de ilusión adquisitiva al modo de una lámpara de Aladino. La trampa es la promesa de que, ya por el hecho de recibir dólares como medio de pago, se elevará automáticamente la capacidad de compra. Nº 2. Dolarizar la economía: cuando Rodríguez asoma lo de “dolarizar los sueldos” lo hace, necesariamente, en el contexto de “dolarizar la economía.” Pero no es lo mismo lanzar un programa diciendo “voy a dolarizar la economía”, algo bastante abstracto, que decir “voy a pagar tus salarios en dólares.” Lo que a ellos les importa es el efecto psicológico del anzuelo. Nº 3. Decretar el salario mínimo en dólares: el asesor proclama que “el salario mínimo va a estar fijado en dólares”. Esto es absolutamente demagógico, por no decir irrelevante. En un contexto de dolarización, que no es más que eliminar el Banco Central y dejar la circulación fiduciaria a merced del sector externo y la Reserva Federal de EEUU, como en Ecuador, serán los patronos quienes determinen en la práctica los máximos salariales en función de sus tasas de ganancia monopólicas, lo que harán mediante el chantaje de la ocupación. Un presunto futuro gobierno que decrete un salario mínimo en dólares deberá hacerlo con el consentimiento de Fedecámaras, lo que tendrá que ser suficientemente mínimo y convenientemente congelado. Lo que sería interesante es que Falcón diga que el mínimo doméstico en dólares será parejo con el mínimo de Estados Unidos, algo así como 7 dólares la hora (a ver). Nº 4. El “vigor del crecimiento, de la productividad y de la innovación” lo tendrá el sector privado: cosa nada nueva, pues se trata de la columna ideológica de todos los programas de derecha; fue esencial en el paquete neoliberal de los 90 (recordar el “Gran Viraje” de Carlos Andrés Pérez). De la actuación del “sector privado” conocemos bastante bien, muy favorecido durante el período 1999-2014. Es todo un mito lo de la afectación del “sector privado” sólo por el hecho de haber sido nacionalizadas unas pocas grandes empresas y recuparadas otras que el mismo “sector privado” dejó en el abandono para dedicarse al delito cambiario, negocio más rentable. En condiciones normales este fulano sector ha controlado el 70 % de las actividades económicas y el 90 % de la actividad manufacturera, y si se replegó estratégicamente desde 2013 fue para hacer la guerra. ¿Qué es el “sector privado”, sinónimo usual de “empresariado”? Es simple: unas cuantas corporaciones trasnacionales, que no les interesa “elevar la productividad” en sus colonias del sur para competir con ellas mismas en el norte; una manada de comerciantes importadores parásitos; unos pocos esclavistas agropecuarios y unos que otros dueños de fábricas atrasadas o minúsculas. El crecimiento económico, de haberlo, estará acompañado del crecimiento de la desigualdad y la explotación, como ocurre con todos los países sometidos a la voracidad del capitalismo. Nº 5. Flexibilizar el control de precios: esto es parte de la ortodoxia neoliberal, harto conocida. Resulta especialmente demagógico frente al actual escenario, donde de hecho es ya casi completa la inoperancia estatal sobre las prácticas mercantiles especulativas. El cuadro supuesto de un gobierno de este corte liberará precios “en dólares” en una economía cartelizada sin opciones de política monetaria, lo que conllevaría ciertamente a un esquema de estabilidad monetaria relativa con tasas de explotación del trabajo rígidas, elevada desocupación y permanente fuga de ganancias de las multinacionales. Nº 6. Apostar a la estabilidad monetaria renunciando a la soberanía: hacer esto justamente en momentos en que el dólar, respaldado casi de un todo por la “confianza forzosa” de sus acreedores, se enfrenta a una crisis en puertas, es lesivo al interés nacional. Sería una apuesta al control comercial total de nuestra economía por las corporaciones cónsona con una estrategia de recolonización petrolera. Nº 7. Reducir sustancialmente el pago del servicio de deuda en los próximos años: no puede ser más charlatanesco, además de contradecir la política de endeudamiento que pretende llevar adelante este partido con los organismos multilaterales. Si Venezuela ostenta el récord de riesgopaís gracias al asedio financiero y la manipulación de las calificadoras, un anuncio de campaña de refinanciación con períodos de gracia sólo tendría algun sentido si cuenta con la bendición de Wall Street, lo que implica servir previamente en bandeja de oro nuestros recursos naturales. Dice Rodríguez: “Vamos a ir al Banco Mundial, al BID a la CAF y al FMI, también hablaremos con China, con Rusia, con la India, con todo el que esté dispuesto a ayudarnos, a prestarnos dinero…” Nº 8. Asumir compromisos con los entes crediticios multilaterales: la cita hecha en el punto anterior no fue completada. Rectifico: “Vamos a ir al Banco Mundial, al BID a la CAF y al FMI, también hablaremos con China, con Rusia, con la India, con todo el que esté dispuesto a ayudarnos, a prestarnos dinero, siempre que esos recursos no vengan acompañados de un compromiso de nuestros recursos serán bienvenidos.” Las itálicas son mías. Habrá que conocer qué convenio con el FMI y el BM no ha estado atado no ya a un “compromiso”, sino a la renuncia a la soberanía en materia de política económica y entrega bastarda de los recursos naturales. Grecia renunció a su soberanía al aceptar la “salvación” del Banco Central Europeo y el FMI. Hoy no es más que una provincia colonial de Alemania. Nº 9. No se trata de un “paquetazo”: estos demagogos escudan su entreguismo bajo la presunción de una “santa contrición” del FMI. Cito: (reportero) – “¿En qué se diferencia un paquete económico expansivo, como el que plantea, a los paquetazos del FMI?” Respuesta: “Es algo totalmente diferente. En torno al FMI, en los años ochenta en América Latina, se vio un estilo sumamente contractivo, esas ya no son las políticas del FMI, ya tiene una visión distinta de la economía, justamente lo que nosotros queremos evitar es tener ese tipo de programas, como el de 1989, el cual causó una enorme inestabilidad política que minó las bases del programa (…) Nosotros no aplicaremos un paquetazo de los ochenta.” Pregunto: ¿dónde ofrece el FMI esa “visión distinta”, cuando lo que dicen todas las experiencias de crisis es la aplicación de la ortodoxia de siempre? Además, ¿ha sido en verdad el efecto contractivo el verdadero problema de la aplicación del recetario típico del FMI para los países periféricos? Antes bien, después de 1989 en Venezuela se registró un crecimiento económico que duró hasta 1993, con un promedio nada despreciable de 5,6 %. En Europa la receta ortodoxa puede considerarse contraproducente. En los países del sur, en cambio, es capaz de “reactivar” el crecimiento… eso sí, con los siguientes costos sociales: expansión de la desigualdad; sometimiento de los pueblos; profundización de la vocación minero-extractivista; imposición de monocultivos; destrucción del medio ambiente; pérdida de la soberanía; consumismo irracional de segmentos privilegiados; endeudamiento de los trabajadores; etc. La dominación capitalista global con estos signos la vemos en México, en Colombia, en Perú, en Chile… Nº 10. Ajustar el precio de la gasolina y las tarifas de los servicios públicos: todos sabemos que la gasolina y los servicios se encuentran subsidiados casi en su totalidad, y no creo que haya un venezolano que esté en desacuerdo con racionalizar los precios y tarifas. El tema de la gasolina es largo, escapando al contexto de estos comentarios. Pero sí vale señalar otro pegamento de azúcar del programa de Falcón: “hacerlo en sintonía con la recuperación del salario” (Rodríguez). El FMI no va a esperar la “recuperación del salario” para emprender el ajuste. Éste será prioritario. Un retorno de los capitales después de ganar la guerra supondría una recuperación muy prolongada bajo la lógica neoliberal, el mismo Rodríguez habla de hasta 5 años. Macri, en mejores condiciones, no sólo no esperó amablemente que los trabajadores pudieran pagar los tarifazos sin mella para sus bolsillos, de hecho acompañó los tarifazos con despidos masivos. El “gasolinazo” en México y los tarifazos de Argentina no han esperado por una mejora salarial capaz de sufragarlos. Nº 11. Privatizar el sector petrolero: aquí la demagogia lleva a verdaderos disparates. El discurso de Falcón se parece un poco al de CAP en vísperas de la aplicación del paquete de 1989: ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario. Conservarán a PDVSA, pero darán “más participación a la empresa privada.” Más participación de la que ya tienen es privatizar a secas. Dice Rodríguez: “…estamos de acuerdo en bajar la participación de Pdvsa en las empresas mixtas, plantearíamos a la AN una modificación a la Ley de Hidrocarburos para que inversionistas extranjeros puedan tener control mayoritario, eso de hecho se está dando…” Ciertamente, el actual gobierno está privatizando los servicios conexos y parece apostar a un colapso para tercerizar. Pero para que los socios adquieran control mayoritario sobre la explotación de los yacimientos es necesario no sólo modificar la LOH, sino el artículo 302 de la Constitución. Nº 12. Desgavar a las corporaciones petroleras: la demagogia de campaña lleva al equipo de Falcón a decir que no reducirán el ISLR y la regalía, pero sí la Ley de Precios Exorbitantes (ley del FONDEN). La reforma de esta última significa que, de ganar ellos, buena parte de la renta petrolera que se perciba quedará en el bolsillo de las multinacionales. Pero podemos estar absolutamente seguros, además, que un financiamiento (o re-financiamiento) programado con el FMI exigirá la reducción de impuestos, porque eso ya es una directriz muy clara del capital trasnacional, como lo ha hecho Trump en Estados Unidos. Corporaciones litigantes contra la república como Exxon Mobil y Conoco Phillips impondrán estas condiciones para volver y “resarcir” los daños. En pocas palabras, la “política petrolera” de Falcón no es más que un refrito de la apertura petrolera de los 90. Como dijo nuestro añorado Comandante: “el que tenga ojos que vea.”

Aníbal Guerra (Vocero del Colectivo de análisis Rojo y Negro)

elelefantebocarriba | 12 abril, 2018 en 3:00 am | Etiquetas: Aníbal Guerra | Categorías: Aníbal GuerraAutoresSin categoría | URL: https://wp.me/p8yy92-Ff
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